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Ciclismo

Pogacar también gana en el Muro de Huy

Completa el Tríptico de las Ardenas con una exhibición en el final de la Flecha Valona, en la que Landa fue tercero

Van der Poel se exhibe en la París-Roubaix

Pogacar celebra su victoria en la Flecha Valona EFE
Emilio V. Escudero

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El coleccionista de triunfos, el ciclista más voraz del pelotón, volvió a cruzar la línea de meta en primer lugar. Tadej Pogacar no tiene días de descanso, incontenible cuando se acercan los últimos kilómetros y tiene opciones de victoria. El esloveno, que venía de ganar hace apenas unos días la Amstel Gold Race, repitió alegría en la segunda de las clásicas de la zona. Triunfo incontestable en la Flecha Valona, que le permite completar el Tríptico de las Ardenas y unir su nombre a leyendas como la de Eddy Merckx, Bernard Hinault o Philippe Gilbert.

Cada día es un nuevo reto para Pogacar, el caníbal moderno del pelotón. El ciclista que siempre va al ataque y que no se conforma con entrar en segundo lugar. De los 18 días que ha estado sobre la bici en 2023, doce han acabado con victoria. La última, la exhibición de este miércoles en el Muro de Huy, en el que el esloveno ha destrozado las esperanzas del danés Mattias Skjelmose Jensen, segundo, y del español Mikel Landa, tercero.

Ellos fueron los que más cerca estuvieron del extraterrestre ciclista. El tipo que acumula récords sobre la bicicleta. La duda no era si podría ganar su primera Flecha Valona este año, sino cómo lo conseguiría. Si atacaría de lejos, en el alto de Cherave o esperaría al Muro de Huy. Ese donde Valverde pedaleaba como en la manzana de su casa. El lugar en el que el murciano se hizo leyenda con cinco victorias. Más que nadie.

Lieja en el horizonte

Consciente de su superioridad, Pogacar mantuvo la paciencia mientras se sucedían los ataques en ese último tramo de la carrera, a la que se llegó sin escapadas y con un grupo muy numeroso en cabeza. Las esperanzas de se estrellaron contra un muro y no precisamente el de Huy. A falta de 200 metros, Pogacar arrancó con violencia y no encontró oposición. Ataque furioso y definitivo que le permitió cruzar la línea de meta posando para los fotógrafos. Silbando. Por detrás, los mortales se peleaban por las migajas. Premio de bronce para un bravo Mikel Landa.

Su voracidad se pondrá a prueba este fin de semana en la Lieja-Bastoña-Lieja, el cuarto Monumento de la temporada, en el que se verá las caras con Remco Evenepoel.

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