El Barça más orgulloso tumba a un brillante Manresa

Nadie duerme tranquilo en esta Copa 2024, todos los días suponen un esfuerzo sobrehumano, una prueba de fe con un Martín Carpena más que expectante. Si el Madrid sufrió lo suyo contra el UCAM Murcia, este viernes le tocó al Barça pasar por la prueba del algodón contra un Manresa inmenso. Los de Pedro Martínez, liderados por unos Badio y Taylor excepcional, llevaron al límite a sus rivales, partido espectacular y vibrante donde los haya.

Una receta que le hizo recordar al Barça un orgullo propio que hacía tiempo que no sacaba a relucir. Con Parker, Hernangómez, Jokubaitis y Laprovittola a la cabeza (siempre salvador el argentino cuando el balón quema), lo pupilos de Roger Grimau aceptaron el intenso ritmo del BAXI y, tras un intercambio de golpes digno de ver incluso en diferido, salieron campeones y semifinalistas.

A la afición del Barça le dio por asomar la cabeza en el Carpena a veinte minutos del inicio del partido, himno a capela, abucheo sonoro para los azulgranas y aplausos para el Manresa, afición atronadora. Las alianzas y las enemistades en la Copa son bellas, comprensibles y efímeras. En cuestión de minutos una sonrisa puede convertirse en un puñal, ni mucho menos miente el personal cuando asegura que este es el torneo más especial de Europa.

El duelo tuvo un inicio tan eléctrico que a Vesely se le rompió una zapatilla a las pocas posesiones, percance que no le impidió hacer un tremendo mate a dos manos. Se movía muy bien el Manresa, inteligentes Taylor y Badio a la hora de buscar en la continuación a sus interiores (brillante el papel de Geben), mientras que el Barcelona se mostraba somnoliento, sin pulso en defensa para frenar a sus rivales.

De desfibrilador se disfrazó Jokubaitis, acertado el lituano con su intenso baloncesto, dos canastas consecutivas que permitieron a los catalanes asentarse de una vez por todas. A la causa del báltico se unió Willy Hernangómez, poderoso el madrileño tras recibir los pases de su compañero. Buenas noticias en ataque, pero algo más oscuras en defensa. El agujero en la zona era notable, sin respuesta los azulgranas contra la pizarra de Pedro Martínez. Pero un bello triple de Laprovittola lo disimuló todo y el Barça se puso en cabeza.

La magia del argentino fue incontrolable, suministró de manera muy efectiva a las esquinas, donde siempre esperaba Óscar Da Silva con la mirilla apuntando al blanco. Los de Grimau apretaron en defensa y, tras un intercambio de golpes entre Parker y Taylor, llegaron al descanso con siete puntos de ventaja.

La dureza fue a más tras la reanudación, precipitados los dos equipos, locura en el guion que sentó de maravilla al Manresa, que tras dos canastas de Robinson y un triple de Badio hizo desaparecer la diferencia de un plumazo. El problema del Barça es mental, débiles los catalanes en ese plano, pues es muy difícil de entender cómo un equipo con tanta calidad y veteranía sufre tales desconexiones.

El partido se caldeaba y eso era muy mala noticia para los azulgranas, crecidísimo el BAXI al contraataque, bien Badio en la defensa ante bestias como Satoransky y Kalinic, mortífero Steinbergs desde el triple. Solo Parker y Willy conseguían mantener a flote a su equipo con jugadas individuales. Qué gran tercer cuarto de baloncesto, intenso como ninguno en esta Copa, a cara de perro. Un ambiente que obligó al Barça a sacar todo el orgullo y, con un parcial de 7-0, volver a mandar en el marcador.

Las genialidades tuvieron continuidad en el último acto, valentía a raudales de ambos bandos, acciones espectaculares, duras faltas y muchas ansias de victoria. Todos los ingredientes para el partido perfecto estaban en la olla y solo quedaba por saber quién sería el triunfador. Y en medio del caos emergía siempre Badio, brutal su actuación, un canterano del propio Barça destrozando a su antiguo club.

Taylor, Parker, Laprovittola... Todos querían ser los protagonistas de una obra maestra. El base argentino se hizo una vez más con los mandos del duelo, parcial de 6-0 para los azulgranas que rompió Robinson con un triple. Pero la buena acción del norteamericano fue respondida por una bandeja imposible del 20 del Barça. Vesely, tras varios fallos, hizo lo que debía desde la línea de personal y el Barça, orgulloso, cerró una gran victoria.

En el último partido de los cuartos, Málaga y Tenerife reeditaron la anterior final de la Copa, orgullosos vencedores los andaluces. Pero anoche, los canarios consiguieron su ansiada venganza en un encuentro espectacular. Pese a que los locales llegaron al descanso con una ventaja de 10 puntos, sus rivales, gracias a las geniales actuaciones de Doornekamp (25 puntos) y Guy (23), avanzaron a las semifinales.