Vic - Atlético
Un doblete de Julián Álvarez salva al Atlético de una noche de terror en Vic
Copa del Rey
Los rojiblancos vivieron en el filo de la navaja durante ochenta minutos hasta la aparición del delantero argentino
Copa del Rey: cuadro del torneo
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El Atlético salvó en Vic los muebles y la clasificación para la siguiente ronda de la Copa del Rey, pero a cambio se marchó con un incómodo runrún en la cabeza, porque a punto estuvo de vivir una noche de terror. Ante un equipo de la liga élite catalana (sexta división), los rojiblancos vivieron en el filo de la navaja durante ochenta minutos.
Carentes de ideas y contundencia, los de Simeone se vieron sin argumentos para someter a un grupo de aficionados. El Atlético sufrió pese a tener en el campo a toda su artillería y sin que mediara ninguna excusa de por medio, incapaz de hacer un gol a un portero, Agustín Mora, que se gana la vida como albañil y que tampoco necesitó hacer el partido de su vida para contener las escasas acometidas de los futbolistas profesionales que tenía enfrente.
Se rumió la catástrofe, pero el Atlético se salvó gracias a un penalti que no era y a la providencial aparición en el partido de Julián Álvarez. Fue el argentino el encargado de marcar la pena máxima y también de finiquitar la eliminatoria pocos minutos después con un segundo gol a la contra. Gracias a eso respiró un Atlético acongojado y, por momentos, a merced del empuje de su rival.
El Vic, en fiesta desde antes del partido, lo tuvo cerca. Quiso suplir esas cinco categorías de diferencia con un extra de arrojo y despliegue físico, y el resultado fue impresionante. Se marcharon con la cabeza muy alta.
Esta es la realidad del Atlético ahora mismo. Y algo debía de intuir Simeone cuando apostó por un once con nueve jugadores habituales. Solo los canteranos Kostis y Javi Serrano, más el guardameta Musso, desentonaban respecto a cualquier otro partido.
No quería sorpresas el técnico argentino, que sin embargo se encontró con un Vic muy combativo que apenas cedía un metro a sus rivales. El Atlético tenía la pelota, pero le costaba un mundo alcanzar la portería rival. La tuvo Correa con un disparo que le repelió Mora. Y la tuvo Gallagher, con otro trallazo desde fuera del área bien taponado por el guardameta del Vic. Entre medias de ambas ocasiones, poco más. Solo una mano dentro del área de Pradas tras un remate de Sorloth que no vio Cuadra Fernández, y que al contrario del que sí pitó en la segunda mitad, era pena máxima clara.
Tras el descanso, y visto el panorama, Simeone sacó del campo a los dos canteranos, y a Sorloth, y empezó a dar entrada a más pesos pesados. El Vic entregó metros, porque el cansancio empezaba a hacer mella. Pero curiosamente eso le permitió salir mejor a los contragolpes. Los locales llegaban menos, pero lo hacían con bastante más peligro. Riera se lamentó por una volea alta, mientras que a Arnau Prat le faltaron solo unos centímetros para llegar a un pase envenenado tras otro jugadón de Riera..
El drama para el Atlético era cada vez más evidente y Simeone, ya sin disimulo posible, puso en el campo a Julián Álvarez y a Griezmann. Si ya con eso tampoco…
La salvación llegó después de una caída dentro del área de Giuliano por una falta de Bertrana que no fue. El Vic, además, se quedó con uno menos por la roja a Senyé por protestar.
Julián Álvarez no sintió el peso de la responsabilidad y colocó un disparo duro y raso pegado al palo derecho del guardameta. Impecable.
El gol fue una liberación. Permitió al Atlético respirar y aprovechar el arreón del Vic para sentenciar poco después a la contra con un segundo tanto de Julián Álvarez.
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