El Atlético persigue coronar su cima más alta

Un cambio de tendencia impensable que tuvo su origen en la sufrida victoria ante el Vic. Una ronda copera ante un equipo de sexta categoría en la que los colchoneros pasaron las de Caín para tumbar al modestísimo cuadro catalán. Después, con mejores resultados que juego, llegarían los triunfos ante Las Palmas, PSG, Mallorca y Alavés, a destacar el ejercicio de resistencia en París con la guinda del postrero gol de Correa.

Las contundentes goleadas y exhibiciones ofensivas en Praga y Valladolid confirmaron que el Atlético era otro. Apoyado sobre el cambio de sistema al 4-4-2, el excelente rendimiento del banquillo y la capacidad de llevarse los partidos en su recta final, el conjunto madrileño se encontraba lanzado en su escalada clasificatoria tanto en Liga como en Champions.

Regresaron los derroteros del sufrimiento frente al Cacereño y en la espectacular y agónica remontada ante el Sevilla. Casi por inercia y sin necesidad de grandes partidos, los rojiblancos seguían sumando victorias, como hicieron ante el Slovan Bratislava y el Getafe.

Para despedir el año, le llegó al Atlético su gran reválida: visitar al Barcelona, donde Simeone no había conseguido ganar en sus diecisiete enfrentamientos previos. Con un guion parecido al Parque de los Príncipes, resistieron los colchoneros el buen hacer del conjunto azulgrana y remontaron el partido con el tanto de Sorloth sobre la bocina.

Para estrenar el año 2025, derrotó al Marbella para registrar su decimotercer triunfo seguido e igualar así la mejor racha de la historia del club, cosechada en 2012 también bajo el mando del técnico argentino. Entonces, Mestalla provocó un frenazo que el Metropolitano quiere evitar a toda costa este sábado.

Enfrente, un Osasuna que llega después de seis jornadas consecutivas sin conocer la victoria, pero cuya última visita al feudo rojiblanco se saldó con una sonora goleada. Los rojillos, el último obstáculo para que los de Simeone entren de lleno en la historia del Atlético de Madrid al coronar una cima nunca antes vista.