FÚTBOL
Enfrentamientos por Joao Félix y dos fichajes de invierno: la ruptura con Simeone que acabó con la salida de Andrea Berta
La incorporación en enero de 2024 de Carlos Bucero como director general, la puntilla para el italiano, que hace unos días dejaba su cargo como director deportivo del Atlético
El Atlético persigue coronar su cima más alta
![Andrea Berta, exdirector deportivo del Atlético. Arriba, junto a Enrique Cerezo en la presentación de Joao Félix](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2025/01/11/andrea-RXl8AFurMXIJf2EyV4a3bCM-1200x840@diario_abc.jpg)
Corría enero de 2023 cuando se produjo la primera «bronca gorda», según fuentes del entorno de Andrea Berta, entre el director deportivo italiano y Diego Pablo Simeone. Una discusión enraizada en desencuentros pasados, con la figura de Joao Félix como epicentro (que salió cedido ... por primera vez en ese mercado invernal), y que terminó por explotar con el fichaje de Matt Doherthy. La prueba de la desaprobación del Cholo a la llegada del lateral irlandés es que ostenta el dudoso honor de ser el fichaje que ha disfrutado de menos oportunidades en toda la era Simeone. Apenas dispuso de 16 minutos tras participar en sólo dos partidos y seis meses después volvió por donde había venido. Como consecuencia de aquel desencuentro, las mismas fuentes apuntan a ABC que Berta se planteó «por primera vez» que quería «marcharse del Atlético de Madrid».
Hasta ese día, la relación entre Berta y Simeone «siempre fue buena», en palabras de personas cercanas al argentino. Un Cholo que incluso manifestó públicamente en más de una ocasión (principalmente en momentos delicados para el técnico) que al menos una vez al mes se reunía a comer junto al italiano y a Gil Marín para departir sobre las vicisitudes del equipo.
Esa relación se fue enfriando y acabó por romperse de forma definitiva hace un año. De nuevo un fichaje invernal fue la gota que colmó el vaso. Simeone, poco amigo de proclamar en la prensa los refuerzos que demanda, sí lo hizo ese verano con la petición de un '5' que hacía tiempo que anhelaba. El Cholo reclamaba un pivote puro, un recuperador, alguien con la experiencia suficiente como para echar a rodar y ser titular en la Liga española en poco tiempo. Sin embargo, no vino nadie en verano, y en enero le trajeron a Arthur Vermeeren, una joven promesa de apenas 18 años llegado de una liga menor como la belga. Simeone hirvió. El resultado, le dio la titularidad recién aterrizado ante el Rayo para quitarle al descanso, y después de aquello jugó cuatro ratos. Unos 20 millones de euros se pagaron por él y sólo seis meses después se fue cedido al Leipzig. No volverá.
Ese mismo mes de enero de 2024 sucede un hecho clave que supondría la certificación del fin de Andrea Berta: Gil Marín decide incorporar como director general de fútbol a Carlos Bucero, socio de Jorge Mendes que en su día fue adjunto a la dirección deportiva del Real Madrid. Desde ese momento, al italiano le correspondía dar cuentas a Bucero, algo que no acogió de buen grado. Según fuentes cercanas al club, Bucero fue asumiendo protagonismo, se convierte en hombre de confianza de Gil «y este verano se ha comido a Berta». Desde el entorno del transalpino confirman que Bucero quería el puesto de Berta «y el tema entre ambos ha acabado muy mal».
El italiano, orgulloso
Andrea Berta se marcha dolido, pero sin rencor. En sus doce temporadas en el Atlético de Madrid (llegó en 2013 al área de scouting internacional, para convertirse en el director deportivo en 2017 en sustitución de Caminero) no ha concedido ni una sola entrevista. Tampoco ha querido hacerlo a ABC, pero sí deja un mensaje a este medio: «Los hechos hablan por sí solos. Yo sé quién soy y sé lo que hice y todos en el mundo del fútbol también lo saben». El de Brescia se marcha orgulloso del trabajo realizado y afirma que «el reconocimiento que estoy recibiendo estos días me vale más que cualquier otra cosa».
Algunos de los que le conocen bien, apuntan entre sus mayores logros el fichaje de Oblak (2014), cuando aún era responsable de fútbol internacional; el regreso de Rodri por 20 millones (2018), flamante Balón de Oro, para ser traspasado al City un año después por 70; o más recientemente las contrataciones de dos desconocidos como Samu Lino y Reinildo (2022), que inicialmente dieron un grandísimo rendimiento. Y aseguran que siempre se ha reafirmado en el tremendo potencial de Joao Félix, el fichaje más caro en la historia del Atlético (127 millones en 2019): «Era el Golden Boy de ese año».
Aunque en el entorno del club matizan que las negociaciones de los grandes fichajes (Joao, Luis Suárez, la vuelta de Griezmann) siempre las llevó Gil Marín y que al italiano «le costaba» concretar operaciones fuera del radar de Jorge Mendes, quien le recomendó en su día. Pesos pesados del vestuario confirman que la comunicación para renovaciones o salidas no eran a través de Berta.
Quienes han trabajado con Berta estos años lo definen como alguien «muy introvertido» y de pocas palabras. De hecho, entre sus subordinados más directos reconocen que hablaban poco con él y que el contacto solía producirse «a través de algún cargo intermedio». Sin embargo, otros le definen como una persona «discreta» y «muy leal». Y algunos de los jóvenes que han salido cedidos a otros equipos en las últimas temporadas subrayan que ha tenido un comportamiento «muy atento», con mensajes «cada semana» para saber cómo iban.
«El éxito pasado no garantiza el éxito futuro», proclamaba Gil Marín en el comunicado en el que se anunciaba el fichaje de Carlos Bucero. Uno de los giros que persigue la dirección es enfocarse más en el mercado español, donde Bucero supera a Berta. Aunque fuentes cercanas al Cholo niegan el enfriamiento, en el último año la comunicación con el italiano se había reducido mucho, limitándose a 'la visita del médico' en los entrenamientos, y el nuevo director general se había transformado en el enlace del argentino. Un Simeone que ayer valoraba en rueda de prensa la salida de Berta, reconociendo las fricciones: «No puedo opinar de lo que decide el club. Hemos tenido una relación sana y limpia, con obviamente discusiones y no ponernos de acuerdo en algunas cosas, pero con el objetivo de buscar lo mejor para el Atlético. Le agradezco su grandísimo trabajo y le deseo lo mejor».
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