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Betis - Real Sociedad

El juez anula al Betis (0-3)

Estrada Fernández, con asistencia del VAR, no dio por válido un gol de Sanabria y deshizo un penalti sobre el paraguayo en un mal día verdiblanco

Willian José busca un pase ante Sidnei durante el duelo de anoche J. M. SERRANO
Mateo González

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De un juez se espera que sea imparcial. Que señale lo que vea. Que busque la justicia. Obvio que se puede equivocar. Aunque con los medios tecnológicos actuales el error induce a mueca sospechosa. A descrédito de quien debe obrar en defensa de la verdad. Por muchas tomas que pongan del gol de Sanabria y las más variadas proyecciones de la línea del VAR, no se ve el fuera de juego por ningún lado. Porque el bíceps no es el hombro. Simple anatomía. Y normas de este bello y apasionante deporte que deprecian con estos fraudes. Repiten varias veces el forcejeo entre Le Normand y Sanabria y en todas la camiseta que se rompe es la del bético. Dos jugadas decisivas. Claves. Fulminantes. Ahí Estrada Fernández barrió siempre para el lado visitante. Y no estaba la grada del Villamarín para hacerle ver que la polémica era un escándalo. Se libró de una pañolada, cuanto menos. La Real Sociedad hizo un buen partido. Un gran partido. Y el Betis no estuvo a la altura esperada. Pero el error arbitral continuado le pesó a los de Pellegrini. No es excusa, es leer lo que sucedió. La decepción por ver esfumado la culminación del esfuerzo debido a una injusticia. Luego el duelo podía haber quedado, quizás, 2-3. O no. Ya son conjeturas tardías que sirven de nada. Lo único cierto es que con 0-1 un gol y un penalti volaron para desvanecer a un Betis que también puso de su parte para no mantenerse en pie ante un oponente que se vino arriba y goleó al contragolpe con una efectividad notable.

Resulta que en dos de los tres encuentros en casa, el Betis ha visto cómo el protagonismo se lo ha llevado el árbitro. Y los puntos, el rival. Con el Madrid fue De Burgos Bengoetxea. Ayer, Estrada Fernández . Había recelo por su historial. Y, lamentablemente, se confirmó durante los 90 minutos. Lo que estaba siendo un partidazo se nubló con la anulación del gol de Sanabria. Una indignación que no se frenó, sino que aumentó con el agarrón continuado de Le Normand al paraguayo en el área. Jamás hubier pitado falta de Sanabria en esa jugada en una situación normal. Fue el atajo que encontró para la anulación. Ni viéndolo por el monitor consideró nada Estrada a favor de los béticos. O, más bien, de lo justo. Más allá de todo esto, las pequeñas decisiones. Esas que sacan del partido a todo un equipo. Un ejemplo: que Mikel Merino se fuera del campo sin amarilla después de hacer siete de las 18 faltas de su equipo.

Todo ello condenó al Betis a la irregularidad de cimas y simas que viene arrastrando tiempo atrás. Cuando el revuelo se produjo, el choque ya iba 0-1 porque después de unos minutos de zozobra, el Betis no supo cómo hacer daño a su rival en los últimos metros con un Borja nuevamente derretido. Se recompuso el bloque bético con el balón pero sin premio. Tello tuvo la mejor para los verdiblancos y Willian José asustó en la otra portería justo antes de que Portu marcara tras buena internada de Oyarzabal a espaldas de Aitor, improvisado lateral. Mazazo antes del descanso.

Se aplica el Betis, que sale buscando al recién entrado Sanabria. Llegan las dos jugadas ya comentadas y se rompe el partido. La desesperación alcanza a los verdiblancos , que comienzan a vivir con prisas, a moverse demasiado pronto en el alambre. El banquillo se mueve más pero en las carreras ganan los realistas. Como en la de Isak con Bartra tras pase en profundidad de Silva. Un regalo. El catalán yerra al incomodar al sueco y Estrada no tiene dudas en pitar penalti. Acierta, curiosamente, en el área del Betis. Marcó el especialista Oyarzabal y el duelo ya iba buscando el punto final. Los verdiblancos andaban groguis, interpretando la pelea cada uno por su cuenta. Isak saca rédito de ese desconcierto y casi hace el tercero, honor que corresponde a Januzaj tras un disparo espectacular. El 0-3 marca una distancia exagerada entre dos contendientes que plantearon una pugna pareja hasta que el juez anuló las opciones de uno de ellos. No sólo no agarró el liderato el Betis, sino que regresa a las dudas de antaño. Uno de los males de los cursos pretéritos fue el maltrato arbitral. No se ha ido. Ahí está. En seis jornadas ya hay ejemplos. Busquen una solución porque así siempre jugarán en inferioridad.

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