entrebarreras
Sebastián Castella, tras abrir por sexta vez la puerta grande de Madrid: «He toreado como sueño»
Borja Domecq, ganadero de Jandilla, Castella, Manzanares y Aguado analizan la novena de abono
Un colosal Sebastián Castella rinde Madrid como en sus grandes tiempos

Novena de abono, y de nuevo se colgaba el 'No hay billetes'. Así volvía el francés Sebastián Castella a Las Ventas, acompañado por José María Manzanares y Pablo Aguado, ante un encierro de Jandilla.
Tras estoquear al primer toro en la Monumental madrileña después de su reaparición, Castella expresó: «El toro tenía nobleza, pero para esta plaza no es el toro. Le faltaba emoción, y por más que le daba los tiempos, venía a veces a destiempo. El viento no dejaba torearlo con los vuelos como pedía el toro, y eso lo deslucía. Al final he podido meterlo, tanto a él como al público. Pero le costaba porque le faltaba fuerza. Era toro para otra plaza por su condición, no por sus hechuras, que sí eran de Madrid». Después de eso, Rociero se encontró en su camino, y visiblemente exultante declaró que «estoy muy emocionado porque lo he pasado bastante difícil. Ha sido un inicio de temporada duro. En mi vida tengo algo marcado y es Madrid. Soy un bendecido de esta profesión, por tener en mi vida a Madrid, ser un torero de Madrid y haber podido hacer faenas soñadas aquí. Porque con éste he podido sacar lo que yo llevo dentro, lo que he buscado, los sacrificios en todo el inicio de temporada, en la que buscaba el triunfo, sino buscaba el toreo. Y hoy ha salido con un grandioso toro al que he podido torear al ralentí con mucha emoción, muy ceñido y torear para mí. Creo que toda la plaza lo ha visto y todos nos hemos puesto de acuerdo».
Los micrófonos de Mundotoro TV se subieron a la furgoneta de Sebastián Castella tras saborear (por sexta vez ya) la gloria. «Sabe a disfrute, sabe a recompensa, sabe al toreo, a lo que es la vida. He pasado muchos sinsabores, que yo llamo aprendizaje, porque las primeras tardes no han sido fáciles por una cosa o por otra. Pero el de Arriba aprieta pero no ahoga, y creo que ha sido una de las puertas grandes que más he podido disfrutar aquí en Madrid, porque he toreado como lo sueño: reunido, muy despacio, muy ceñido y con cadencia a un toro muy bueno, y lo he cuajado para mí».
«Ya les dije a los banderilleros que con el capote bajaran la mano e intentaran llegarlo hasta el final, porque era bravo. Había veces que protestaba, a lo mejor porque le faltaba fuerza. Protestaba más por el lado izquierdo. Por ahí se acostaba y protestaba por el derecho. Si es verdad que humillaba e iba hasta el final, pero le faltaba un poco de continuida», explicó Manzanares tras pasaportar al segundo de la tarde. No hizo declaraciones tras el quinto.
Pablo Aguado pechó con el peor lote de la tarde. Sin embargo, el sevillano vio cosas buenas a sus toros. «Tenía muy buena condición. La pena que perdía las manos. Tenía mucha calidad, pero, evidentemente, no era un toro de triunfo en Madrid, pero sí para pegarle algún muletazo despacito. El viento es horroroso, tremendo. Es muy difícil torear y limpiar los muletazos, pero contra eso también tenemos que luchar los toreros».
MÁS INFORMACIÓN
Borja Domecq, ganadero de Jandilla, también apuntó sus impresiones de la tarde: «Ha habido de todo. Ha habido un gran toro y una gran faena, que yo creo que con el aire que hace, no es fácil cuajarlo como lo ha hecho Sebastián, y muy importante. Gracias a Dios ha hecho honor a su nombre (Rociero). El resto de la corrida... El segundo toro ha tenido cosas buenas, pero ha molestado mucho el aire; el primero muy noblón; y los dos últimos los que menos me han gustado. Madrid es una plaza muy exigente, pero con un toro de esa categoría es para irse contento».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete