SAN ISIDRO
Alejandro Chicharro puede dormir tranquilo
El novillero se marchó andando con más crédito aún que el día de la salida a hombros
Viento en popa la taquilla, pero no el arte
![Natural de Chicharro al sexto de Guadaira](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/05/28/alejandro6-R7cXGnxXyBbbPMp10p5Ge8M-1200x840@diario_abc.jpg)
Volvía a la Monumental el triunfador del 1 de mayo. Sin Puerta Grande esta vez, dejó una fenomenal imagen, de un torero cuajado, listo y con valor. No había gustado su primer novillo, un Pernocto poco agraciado y en el límite, pero sí encantó ... cómo Alejandro Chicharro administró al de Guadaira, un ejemplar con el que había expuesto Juan Carlos Rey con los palos hasta desmontarse. Tras el brindis a la afición –más de dieciocho mil espectadores, ¡en una novillada!–, el de Miraflores condujo genuflexo la embestida, frenada en seco en el de pecho. Sobre el zurdo, que era el pitón, concedió media distancia y ligó una templada serie. Y otra más por ese lado, con la mente despejada, un trazo clásico y una colocación cabal. El mismo asiento mostró a derechas mientras buscaba ofrecer el pecho en el sitio de la sinceridad. Con un pectoral con su sello abrochó antes de ir a por la espada y marcarse unas ceñidas manoletinas. La presentida oreja se evaporó por el pinchazo previo a la estocada y todo quedó en vuelta al ruedo tras petición.
Bravo bautismo traía el sexto del desigual y deslucido conjunto: Jaquetón, brindado al padre. Tras la eficaz labor de la cuadrilla, Chicharro principió con estuarios, hilvanados a una espaldina. Pero lo de más categoría sería un puñado de naturales con ritmo y cadencia, con los tendidos imantados. Mucho sabor tuvo el de pecho. El novillo, tan carente de fondo; el novillero, tan sobrado de actitud y buen aire. No hubo premio por la tizona, pero se ganó el respeto de Madrid, que lo despidió en medio de una sonora ovación.
Qué buen ejemplar el primero de Guadaira. Para arrancarle un trofeo. Sin embargo, la correcta actuación del francés Lalo de María, con ciertos avances, no caló y Moliendo, que en gerundio era su nombre, se arrastró intacto. Devuelto el cuarto, salió un jabonero de Torrehandilla lastimado de las manos, que las echaba por delante. Y aquello tampoco cogió vuelo.
San Isidro
- Monumental de las Ventas. Martes, 28 de mayo de 2024. Decimosexto festejo. 18.547 personas. Novillos de Guadaira y Torrehandilla (2º bis, 4º bis y 5º), desiguales, justos de fuerza, casta y fondo dentro de su general nobleza; destacó el buen 1º.
- Lalo de María, de azul pavo y oro: estocada trasera (silencio); pinchazo hondo y estocada contraria (silencio).
- Pepe Luis Cirugeda, de verde botella y oro: cuatro pinchazos y estocada corta tendida (silencio tras aviso); cinco pinchazos y estocada perpendicular (silencio).
- Alejandro Chicharro, de lila y oro: pinchazo y estocada (petición y vuelta al ruedo tras aviso); pinchazo, otro hondo y dos descabellos (saludos tras aviso).
Acusó su verdor el debutante Pepe Luis Cirugeda, que, además, pechó con el lote más deslucido. Ninguno de la ganadería titular mataría el de Algeciras, sino dos de Torrehandilla: el serio sobrero calamocheó demasiado y se rajó; el quinto –al que recibió a portagayola– fue un torito de Guisando. Un mundo le costó darle matarile al chaval que tuvo el detalle de brindar a la Policía en su doscientos aniversario: «Gracias a ustedes, España puede dormir tranquila». Muy tranquilo puede dormir Chicharro, que se marchó andando con más crédito aún que el día de la salida a hombros. Hay madera.
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