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ABC Cultural

Heroico Damián Castaño en la generalísima corrida de Dolores en Bilbao

El salmantino corta una oreja de importancia, la de mayor peso de la feria, sobre el lodazal de Vista Alegre

Honores en la despedida de El Juli en Bilbao

Damián Castaño, con la montera calada, en su faena al último toro con el ruedo totalmente embarrado Efe
Rosario Pérez

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Qué tarde de emociones. De toros y toreros. Se frotaba la afición la mirada, incrédula por lo que en el ruedo de Vista Alegre sucedía. Que no era un ruedo, era un lodazal impracticable. Sobre aquel barrizal se hundía la figura de Damián Castaño, ... el pequeño torero charro, agigantado con un Cigarrero que nada regaló y que hubiese dejado sin aliento a cualquiera. Pero Castaño se creció y se la jugó. Con la montera calada, con el corazón ofrecido y una desnudez bárbara. Era la faena de la verdad, la verdad de Salamanca, con el toro de verdad, el de Bilbao. Como muy de verdad había sido en la apertura la de Perera a un fiero fuenteymbro.

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