Borja Jiménez, del temple al arrebato, a hombros en Tarazona

La tarde, televisada en directo por OnetoroTV y la autonómica Aragón TV, debió tener más fuste y trapío en los tres primeros toros de Sancho Dávila, con dos inválidos y un tercero de noble condición. La corrida se completó con una segunda mitad de Valdefresno, con más caja, buen son en sus embestidas con un cuarto de nota.

Borja Jiménez comenzó la faena al tercero apoyado en las tablas para sacárselo a los medios con torería. Un trincherazo, un cambio de mano y uno de pecho dejaron su impronta. El toro apuntaba siempre rajarse y Borja lo toreó con armonia y temple, buenas las formas y trazo largo en los naturales.

Arrancó aguerrido con el capote ante el sexto y a por todas con la muleta. Tanto que hasta se amontonó en algún momento, hasta que se entendió, muy por abajo y apretando por los pitones, para dar subir el volumen al trasteo que le refrendó la tarde.

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De caudalosa casta uno, al que no terminó de gobernar, y de excelsa bravura otro, al que cuajó torero, sentido y de verdad, sale a hombros en su mano a mano con un Luque sin suerte

Urdiales tuvo un primer toro tan noblote como falto de empuje. Labor de apuntes, pero sin intensidad y carente de emoción. El cuarto, de Valdefresno, se movió y embistió incasable en el último tercio. El riojano lo pasó por el derecho sin ajuste y las más de las veces sin que llegara el acople que el buen toro merecía. Con la espada no fue su día.

Nada pudo hacer Daniel Luque con el inválido segundo de Sancho Dávila y se lució con el capote al recibir al quinto, que empujó en el caballo en la querencia. Manseó, pero metía bien la cabeza aunque con la tendencia a la huída. Luque intentó siempre aguantarlo y recorrió todos los terrenos del ruedo, más detrás que delante del animal. Porfió en tablas y le agradecieron las ganas.