'Nada': un montaje memorable
Crítica de Teatro
Tres horas de gran teatro, de gran aliento dramático, conseguido a base de un ritmo endiabladamente cortante y magistral, pausado y sin fisuras que nos mantiene con el ánimo en un puño
'Nada', la gran novela de la posguerra española, cobra vida en el escenario
Crítica de teatro
'Nada'
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De Carmen Laforet
- Adaptación Joan Yago.
- Dirección Beatriz Jaén
- Escenografía Pablo Menor Palomo
- Iluminación Enrique Chueca
- Vestuario Laura Cosar
- Música y espacio sonoro Luis Miguel Cobo
- Vídeo Margo García
- Coreografía Natalia Fernandes
- Intérpretes Carmen Barrantes, Jordan Blasco, Pau Escobar, Laura Ferrer, Manuel Minaya, Amparo Pamplona, Júlia Roch, Julia Rubio, Andrea Soto y Peter Vives
- Lugar Teatro María Guerrero, Madrid
Basada en la novela con la que Carmen Laforet consiguió contra todo pronóstico el primer premio Nadal, la adaptación teatral de 'Nada' es una maravilla. Aquí está ese infierno doméstico de la calle Aribau, los demonios de unas almas a las que ... la vida no trató demasiado bien, los resentimientos, los odios, los sueños rotos, las culpas, el afán de sobrevivir en ese fango moralmente infecto de después de la Guerra Civil. Aquí están las ilusiones de Andrea al llegar a la Universidad de Barcelona, las nuevas amistades, el descubrimiento del ambiente artístico y esa herida (que vamos a encontrar después en Juan Marsé) por la que se padecen los prejuicios y los desprecios de la clase alta catalana. No es extraño, por ello, que se haya hablado de 'Nada' como de una novela de formación, pero hay mucho más que eso y esta adaptación lo comprende perfectamente: la defensa de la bondad, el alegato en favor de la inocencia, el afán de pedirle prestado al mundo un poco de alegría, un futuro.
La 'Nada' que traen a las tablas del María Guerrero Joan Yago y Beatriz Jaén está llamada a ser no solo una de las mejores obras de esta temporada, sino uno de los mejores montajes de estas últimas temporadas. Lo tiene todo: una escenografía tan monumental como eficaz, simbólica y espectacular; un espacio sonoro que pone las dosis justas de emoción y los pelos de punta; una iluminación (atentos al juego de luces de las lámparas) que crea ambientes existenciales, extraordinarios cuadros donde se subraya la violencia, la falta de sentido y la búsqueda de un lugar en el mundo. Amén de unas interpretaciones realmente poderosas. Tal vez sobre aquí o allá algunas intervenciones del narrador.
'Nada', la gran novela de la posguerra española, cobra vida en el escenario
El Teatro María Guerrero estrena la primera adaptación teatral del texto de Carmen Laforet
Es curioso que viendo esta 'Nada' uno se acuerde de Tennessee Williams o de Harold Pinter, quizá porque el gran teatro siempre busca su propio pedigrí. En cualquier caso aquí, como diría Rochefoucauld, el espectador no premiará con su aplauso la apariencia del mérito sino el mérito mismo, y guardará en su retina algunas de estas escenas poderosamente memorables: la lluvia que cae sobre Andrea y su amiga Ena, tan purificadora, la desaparición de los últimos muebles en el foso cuando ya la vida adquiere tintes de liquidación, o ese final de las dos amigas (Andrea y Ena) en el interior iluminado de un coche rumbo a la felicidad del verano.
Tres horas de gran teatro, de gran aliento dramático, conseguido a base de un ritmo endiabladamente cortante y magistral, pausado y sin fisuras que nos mantiene con el ánimo en un puño.
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