Javier Cámara se convierte en Tío Vania por partida doble
Las Naves del Español estrenan dos versiones distintas (que se pueden ver juntas o por separado) de la obra de Chéjov, escritas ambas por Pablo Remón
Bárbara Lennie y Javier Cámara juegan juntos por vez primera
![Javier Cámara, en una imagen de 'Vania x Vania'](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/02/28/_a9a5606c_vanessa_rabade-RESmnMjfUOyNm0lF9cNhL2H-1200x840@diario_abc.jpg)
Antón Chéjov publicó en 1899 'Tío Vania' (la obra sería estrenada un año después, bajo la dirección de Konstantín Stanislavski). Ha transcurrido desde entonces siglo y cuarto y las versiones, más o menos fieles al original, han sido innumerables. «Es un texto ... infinito -dice el dramaturgo madrileño Pablo Remón-. El tema de la obra es la vida entera». Remón se ha sumado a la abundantes lista de nombres que han posado su mano sobre el texto de Chéjov; la novedad es que no ha hecho una sola versión, sino dos. «Una más teatral -sintetiza-, que deja más espacio a la imaginación del espectador, en la que no hay escenografía ni cambios de vestuario, en la que los actores están en escena todo el tiempo... Y una segunda en la que quería que hubiera sensación de un teatro más convencional en un sentido, pero al tiempo más cinematográfica: más uso de la música, de la luz...»
El resultado es el espectáculo 'Vania x Vania', que se estrena hoy en las Naves del Español, en Matadero, donde estará hasta el 7 de abril. Las versiones son dos obras diferentes que se pueden ver por separado, aunque hay un abono a precio reducido para ver las dos funciones en el mismo día. Las dos están dirigidas por el autor e interpretadas por el mismo elenco: Javier Cámara (Vania), Juan Codina (Alexander), Israel Elejalde (Astrov), Marta Nieto (Elena), Manuela Paso (Marina) y Marina Salas (Sonia). La producción, que comparten Teatro Kamikaze y el Teatro Español, cuenta con el espacio escénico de Monica Boromello; la iluminación de David Picazo; el sonido de Sandra Vicente y el vestuario de Ana López.
La primera versión de 'Vania' presenta, añade el autor, a «un Chéjov desnudo, esencial, en un acercamiento minimalista al texto y a la interpretación». La segunda versión, sigue, es una «reescritura de Chéjov en dos tiempos: Rusia, finales del XIX; Castilla, a día de hoy. Un juego teatral. ¿Cómo dialoga la obra original con una reescritura actualizada? ¿Hasta qué punto las preguntas de la obra original siguen vigentes hoy?»
Uno de los principales axiomas del mundo del teatro es que los clásicos lo son precisamente porque siguen hablando a los espectadores de hoy en día. La intención última de Pablo Remón, precisamente, ha sido establecer un diálogo con el texto original. «'Vania x Vania' -dice el dramaturgo y director- pretende mostrar dos caminos posibles de acercarnos a esta obra, entre tantos posibles. No creo que ninguno sea completo, que ninguno sea definitivo. Pero sí serán muestras de lo fértil del texto de Chéjov: Vania seguirá ahí, puro enigma, esperando las preguntas adecuadas».
![Imagen principal - Tres momentos de 'Vania x Vania', con Juan Codina, Israel Elejalde, Marta Nieto, Manuela Paso y Marina Salas](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/02/28/_a9a5722c_vanessa_rabade-U46118053203psv-758x470@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - Tres momentos de 'Vania x Vania', con Juan Codina, Israel Elejalde, Marta Nieto, Manuela Paso y Marina Salas](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/02/28/_a9a5959c_vanessa_rabade-U00548081875IQS-464x329@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - Tres momentos de 'Vania x Vania', con Juan Codina, Israel Elejalde, Marta Nieto, Manuela Paso y Marina Salas](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/02/28/_a9a5850c_vanessa_rabade-U51531541272FdW-278x329@diario_abc.jpg)
En la obra, Chéjov cuenta la historia de Vania, que junto a su sobrina Sonia cuidan y administran la finca del profesor Alexander Serebryakov -el marido de la fallecida hermana de Vania-, casado ahora con otra mujer llamada Elena. Un médico, Astrov, y una veterana enfermera, Marina, completan el «ecosistema» -la palabra la emplean tanto Remón como Marina Salas- que habita la obra.
«Chéjov estaría orgulloso»
«Pablo [Remón] ha hecho dos versiones preciosas y muy respetuosas; yo creo que Chéjov estaría orgulloso de él», apunta Javier Cámara, que volvió al teatro hace dos años después de más de una década de ausencia de la mano, precisamente, del dramaturgo madrileño. Y habla el actor de ese diálogo entre la obra original y los espectadores de hoy en día. «Cada frase me interpela directamente. No solo como actor, sino también como persona. Los conflictos, los asuntos de los que habla: los sueños, los fracasos, los amores, los deseos. Chéjov no es un clásico solamente, es uno de nuestros contemporáneos más vivos. Habla de lo que pensaban las personas hace cien años y también de lo que pensarán dentro de cien años».
Pablo Remón llegó a 'Tío Vania' después de despejar muchas dudas. Se decidió por este texto de Chéjov y no en otro en buena parte por los actores con los que iba a contar. «No escribo mis textos -dice- en abstracto. Siempre lo hago sabiendo quién los va a interpretar y pensando en ellos. Luego puede ser que un actor o una actriz no lo pueda hacer, pero mi idea inicial es esa. Y estas dos versiones están completamente escritas para estos actores concretos». Javier Cámara en el papel de Vania -uno de los grandes roles clásicos del repertorio- fue la piedra angular del proyecto.
Ha escrito Remón que cuando ve un espectáculo suyo siempre quiere volver a montarlo: «Si hubiera tomado esta decisión en lugar de aquella, si hubiéramos ido por este camino en lugar de aquel... Me dan envidia entonces los pintores, que vuelven una y otra vez sobre el mismo motivo. O los músicos, que se permiten enseñar sus caras B, sus rarezas, las versiones previas de un tema. Muchas veces lo más interesante me parece no el resultado final, sino los distintos acercamientos, los distintos intentos. Decía T. S. Eliot que cada poema era 'un tipo diferente de fracaso'. ¿No sería interesante ver a un director acercándose a una obra no una, sino dos veces? ¿O al mismo actor en busca del mismo personaje dos veces?» Para llegar a estas dos versiones, reconoce el dramaturgo, ha tirado muchísimo a la papelera. «Tengo un proceso de escritura muy caótico. A veces escribo cosas que no sé si van a servir o no. Lo que se va a ver en escena es, más o menos, un 20 por ciento de lo que escribí. Mi ordenador está lleno de carpetas de posibilidades y de versiones... El trabajo fue ir afinando las dos versiones para que se fueran diferenciando y que, de alguna forma, cada una fuera autónoma». Y es que el deseo más profundo de Remón al abordar este trabajo era «una reflexión sobre qué es el teatro; qué nos aportan la escenografía, la luz, cómo cambia una obra cuando entran en escena estos elementos que no están en la sala de ensayos».
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