La incertidumbre marca los pasos de la Compañía Nacional de Danza
La salida de Joaquín de Luz acarrea también el fin de contrato de 24 bailarines, casi la mitad de la plantilla. La CND convoca audiciones y recibe a la nueva directora, Muriel Romero. La inquietud por la situación y por el rumbo futuro envuelve al conjunto
Joaquín de Luz: «Para ser artista hay que darse una bofetada de vez en cuando»
![La CND en 'La Sylphide', de Joaquín De Luz](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/09/04/53380146367_bd06ddd800_o-RB1UXkVuNTSkBJLzaWigbdN-1200x840@diario_abc.jpg)
El cambio de dirección de la Compañía Nacional de Danza (CND) cayó como un jarro de agua fría para algunos, pero no para Joaquín De Luz, su antiguo director. «Yo era consciente de que me iban a echar porque molesto. No quieren dolores de ... cabeza, buscan un tipo de gestión que no dé problemas y sin gran perfil artístico. Mi discurso siempre ha sido el mismo y es que yo no necesito estar aquí, si vengo no es para quedarme sentado ocho años llenándome el bolsillo de dinero público. He llegado con propuestas que nunca se han llevado a cabo por la desidia total que hay en esta casa». De Luz se refiere al Inaem, la institución que ha decidido no contar con él, convirtiéndose en el único responsable de los centros artísticos del Inaem a los que Cultura no ha renovado su contrato tres años más, posibilidad que marca el código de Buenas Prácticas. [Lluís Homar, director de la CNTC, fue renovado, pero tras varias publicaciones periodísticas denunciando irregularidades en el cobro de sus trabajos, se decidió que no continuara].
Se intuía un cambio de aires drástico, distinto, arriesgado, así al menos lo pensaba la compañía, y así ocurrió. Muriel Romero fue nombrada directora de la CND a principios del mes de julio. Su llegada fue una sorpresa para la compañía como también lo fue su propuesta, que trajo consigo términos que hasta ahora no se habían escuchado en esta institución como el trabajo con artes tales como la creación musical y literaria o la performance. Este cambio de dirección es un incentivo para algunos y una incertidumbre para otros. Cristina Casa e Ion Agirretxe llevan ocho años en la compañía como primera bailarina y solista respectivamente, y en este periodo han conocido a tres directores distintos. «No hay que tener miedo. Me gusta bailar Balanchine pero me motiva aún más que venga alguien que me enseñe a trabajar de forma distinta. Eso es lo transformador. Cuanta más experiencia tiene el bailarín más fácil es absorberlo todo. Si vas con una predisposición negativa nada bueno va a salir de ahí», reconocen.
Los cinco años de Joaquín de Luz no han sido fáciles. Le tocó lidiar con una pandemia que paralizó durante meses la actividad de los bailarines y teatro y tampoco estuvo exento de polémica. En 2020 se le acusó de favorecer a su pareja, Kayoko Everhart, bailarina de la compañía. El director hacía autocrítica en una entrevista de ABC. «Lo hubiera hecho de otra manera; también hubiera sido distinta la producción de 'Giselle'... Y más cosas. Pero los errores construyen también», reconocía. También a lo largo de estos cinco años, las giras se han visto reducidas y no han visitado tantas ciudades como en otras temporadas. Es una de las cosas que Cristina Casa ha echado en falta a lo largo de este curso, además de coreógrafos que están emergiendo y que apenas se han tocado en la CND.
Sin embargo, la compañía realizó una gira internacional durante dos meses en Estados Unidos que tuvo una gran acogida en los teatros de allí. De Luz también consiguió traer a Peter Martins, legendario director del New York City Ballet y que trabajó junto al español cuando él era bailarín principal de la compañía. También contaron con la presencia de la bailarina neoyorkina Lauren Lovette, a la rusa Maria Kochetkova o con las coreografías de Valentino Zucchetti o Justin Peck. También han cerrado varios programas con entradas agotadas incluso antes de su estreno, como el caso de 'La Sylphide' en el Teatro de la Zarzuela.
![Imagen principal - Arriba, Joaquín de Luz junto a Peter Martins. Izquierda, la CND en 'Apollo', de George Balanchine, Derecha Joaquín de Luz y Lauren Lovette en 'Sinatra Suite', de Twyla Thar](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/09/04/53038393603_6c3380f874_o-U64122274730MZY-758x470@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - Arriba, Joaquín de Luz junto a Peter Martins. Izquierda, la CND en 'Apollo', de George Balanchine, Derecha Joaquín de Luz y Lauren Lovette en 'Sinatra Suite', de Twyla Thar](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/09/04/50513074766_4be20ca234_o-U78165601713tlX-464x329@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - Arriba, Joaquín de Luz junto a Peter Martins. Izquierda, la CND en 'Apollo', de George Balanchine, Derecha Joaquín de Luz y Lauren Lovette en 'Sinatra Suite', de Twyla Thar](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/09/04/53077330847_5689e0a94e_o-U48365765833hgf-278x329@diario_abc.jpg)
A lo largo de esta etapa se ha hecho un gran esfuerzo físico y económico para bailar coreografías de George Balanchine como 'Apollo' o 'Tchaikovsky Pas de Deux', dos piezas que han formado parte del repertorio de esta temporada y que, por lo que se desprende de la propuesta de la nueva directora, no parece que continúen. La salida del director deja muchas incógnitas. 24 bailarines terminaron en agosto su contrato y se marchan de la compañía. El número equivale a casi la mitad del elenco de la compañía y la temporada empieza en septiembre. Hay audiciones convocadas (26 plazas) que cierran su plazo a mediados de mes, pero aún queda por conocer la fecha de las pruebas presenciales así como de la resolución.
Este tipo de contratos que tenían los bailarines estaban asociados directamente a la duración de la dirección. Los bailarines eran conscientes de que su contrato terminaría cuando Joaquín de Luz saliera de la compañía, pero la noticia del despido del director llegó en abril, en un momento donde las compañías de danza, sobre todo europeas, ya habían cerrado las audiciones para la próxima temporada. El futuro de estos bailarines está en el aire porque aún no saben qué va a ocurrir con ellos. Es posible que varios de ellos, dicen en la propia compañía, se presenten a las audiciones, pero nadie les asegura su continuidad.
«Muchos de ellos son extracomunitarios y tienen que renovar visado y piso. Lo comunicaron todo tan tarde que no pueden hacer nada, y es algo que ya sabían con antelación que iba a ocurrir. No tiene lógica ninguna ni el tiempo ni este tipo de contrato», reconoce De Luz. A esta incertidumbre se suma dos importantes actuaciones que ya tiene programada la CND: 'La Sylphide' en el Teatro de la Zarzuela (diciembre, 2024) durante una semana y 'Don Quijote' en el Teatro Real (febrero, 2025). Son dos ballets que necesitan un amplio cuerpo de baile así como una preparación muy concreta. Las audiciones se han convocado este mes, pero son dos fases y desconoce cuándo llegarán los nuevos integrantes a la compañía, que será como máximo tres meses antes de las funciones en la Zarzuela.
!['Don Quijote', de José Carlos Martínez](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/09/04/DON-Q-7-1800x1361_20240904123156-U51280351055pdV-760x427@diario_abc.jpg)
«No hay una situación de tranquilidad. Es un drama real. Desconozco por qué se hicieron este tipo de contratos, pero es dramático que el cambio de dirección afecte de una manera tan drástica. Deja a la compañía partida por la mitad y se ha comunicado muy tarde», reconoce Arantxa Argüelles, que conoce bien la compañía. Fue bailarina principal de la CND con María de Ávila, Maya Plisetskaya, Ray Barra y Nacho Duato, y tras una larga carrera, ha vuelto como maestra repetidora en la compañía. «Son los bailarines que más están bailando en las últimas temporadas. No se sabe cómo se va a afrontar este repertorio que ya está firmado y que el tiempo se echa encima», añade.
Las precarias condiciones de los bailarines no es algo nuevo en la CND. La compañía cuenta, según su exdirector, con convenios de los años ochenta, algo con lo que es imposible trabajar. «Hay bailarines que por las horas extra que han trabajado se le acumulan tres meses y medio de descanso. ¿Qué bailarín puede estar parado tanto tiempo? Se ha metido en el mismo saco a los bailarines que el resto de trabajadores, técnicos y administración», asegura De Luz, quien además confiesa que algunos bailarines se han cansado de luchar y se han rendido dejando la compañía dividida en dos. «La desidia es contagiosa y ha afectado incluso a ellos».
Falta de identidad
Otra de las incógnitas es el repertorio. A lo de esta etapa se ha hecho un gran esfuerzo físico y económico para bailar coreografías de George Balanchine como 'Apollo' o 'Tchaikovsky Pas de Deux', dos piezas que han formado parte del repertorio temporada, que han tenido una gran acogida y que se desconoce su continuidad en él, aunque por la propuesta de la nueva directora, parece que no seguirá.
Uno de los retos a los que se ha enfrentado la CND desde hace mucho tiempo es la identidad. Para cualquier compañía de danza del mundo, la identidad se genera, además de con historia, con repertorio. En los últimos 20 años hemos visto cómo la CND, bajo la dirección de Duato, apostó por las coreografías de su director así como coreógrafos de su generación como Jirí Kylián o William Forsythe. Todo el repertorio previo a esa etapa desapareció. «Yo lo viví en mis propias carnes. Fue un momento agridulce. Tenía 19 años y la compañía pasó de un repertorio clásico a una más de autor, más moderna, y tuve que partir. Es un gran coreógrafo, pero no quería hacer únicamente sus obras», confiesa Argüelles.
![Imagen principal - Arriba, 'White Darkness', de Nacho Duato. Izquierda, 'Carmen' de Johan Inger, Derecha 'La Sylphide' de Joaquín De Luz](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/09/04/51561178681_a16eeb22b2_o-U34734085571TYq-758x470@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - Arriba, 'White Darkness', de Nacho Duato. Izquierda, 'Carmen' de Johan Inger, Derecha 'La Sylphide' de Joaquín De Luz](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/09/04/34558590604_914a677438_o-U87030328004nDI-464x329@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - Arriba, 'White Darkness', de Nacho Duato. Izquierda, 'Carmen' de Johan Inger, Derecha 'La Sylphide' de Joaquín De Luz](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/09/04/53381243498_420a922188_k-U37303775851sHF-278x329@diario_abc.jpg)
José Carlos Martínez, en 2011, se encontró con una compañía partida por la mitad: aquellos de la etapa de Duato y nuevos bailarines que entraban. Uno de sus retos fue homogeneizar una compañía de danza a través de un repertorio mixto, es decir, con clásicos como 'El Cascanueces' o 'Don Quijote', neoclásicos con 'Bella Figura' de Kylián o contemporáneos como 'Carmen' de Johan Inger. Joaquín De Luz apostó también por esta línea, la de traer más clásicos como 'Giselle' o 'La Sylphide' y más modernos como 'Sad Case'. Además, también hizo por recuperar algunas apuestas de sus predecesores como el 'Carmen' de Inger, el 'Don Quijote' de José Carlos Martínez o 'White Darkness' de Duato. «La gente me machacó cuando dije que iba a recuperar obras de Duato. Se debe construir y al mismo tiempo recuperar lo que se ha hecho hasta ahora por el bien de la danza y de cuidar el patrimonio. Es el camino para generar una identidad», reconoce De Luz.
Pero no es fácil porque para hacer repertorio variado hace falta más presupuesto. «Esta compañía está subvencionada y pensada como la que tenía Nacho Duato. Para hacer clásicos se necesita mucho más dinero, mucho más subvención, un teatro y unas condiciones que sean dignas», añade. Tanto Cristina Casa como Ion Agirretxe, que trabajaron durante la etapa de Martínez, De Luz y ahora en adelante con Muriel Romero, reconocen que apostar por un repertorio que ya se bailó anteriormente y que tuvo éxito ayudaría a recortar muchos gastos. «Tenemos un montón de material guardado en el baúl que está por desempolvar. Se ahorraría mucho dinero que se podría destinar a otras cosas. Se puede hacer un gran repertorio con todo lo que se ha hecho en 45 años», asegura el bailarín.
«La época de Duato fue muy fructífera, pero, ¿generar una identidad significa hacer obras de una sola persona? Yo creo que no. No olvidemos que es una compañía nacional, no privada. La CND tiene la obligación moral de ofrecer al público un repertorio variado: clásico, tradicional, neoclásico y contemporáneo», asegura Arantxa Argüelles. Aunque se desconoce el rumbo exacto que quiere tomar Muriel Romero, dada su propuesta y presentación, se espera un cambio más violento que el último con De Luz. «La nueva directora tiene una tarea difícil por delante. Las aguas están muy movidas y con los tiempos que ha empleado el Inaem vamos muy tarde con todo. Confiamos en su capacidad para enfrentarse a ello, pero es cierto que no es fácil».
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