La rocambolesca desaparición de la escultura de 38 toneladas de Richard Serra que destapó ABC
El artista estadounidense terminó replicando la pieza para que el Reina Sofía pudiese mostrarla en su exposición permanente
Muere Richard Serra, el artista estadounidense de las obras monumentales creadas con placas de acero oxidadas
![La obra replicada de Richard Serra en el Reina Sofía](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/03/27/5211817-RUzNRzniosnkFcQrhZQHzdK-1200x840@diario_abc.jpg)
'El Museo Reina Sofía pierde una escultura de Richard Serra de 38 toneladas de peso'. La noticia que saltó en 2006 a las páginas de este periódico no era ninguna inocentada. Fue en un 18 de enero y en ella, la periodista de ABC especializada en arte Natividad Pulido contaba que por imposible que pareciera, la pieza de acero 'Equal-Parallel/Guernica-Bengasi', formada por dos bloques de 148,5 por 500 por 24 centímetros y otros dos de 148,5 por 148,5 por 24 centímetros, que el museo había comprado en 1987 al propio artista estadounidense por unos 36 millones de pesetas había desaparecido.
«No se sabe dónde está, ni quién la tiene, ni siquiera si sigue en pie», narraba Pulido, para quien esta increíble historia era «digna del mejor guion de Hollywood». El museo, que por entonces funcionaba como Centro de Arte Reina Sofía, bajo la dirección de Carmen Giménez, encargó a Serra una obra para que formara parte de la exposición 'Referencias : Un encuentro artístico en el tiempo', junto a piezas de Baselitz, Saura, Chillida, Tàpies y Twombly. La muestra estuvo abierta del 26 de mayo al 15 de septiembre de 1986.
Como el Reina Sofía no disponía de almacenes para albergar una pieza de estas características, al término de la muestra se confió a una compañía especializada en el almacenaje de obras de arte, Fluiters, situada en Torrejón de Ardoz. En 1990 volvió a exhibirse durante un breve espacio de tiempo y en noviembre de ese año volvió a ser trasladada. Esta vez se llevó a Arganda del Rey, a la empresa Macarrón S. A., también especializada en montaje y almacenaje de obras de arte.
«Ahí empieza en realidad lo rocambolesco de la historia», proseguía la periodista. Aunque se suponía que la escultura había permanecido en las dependencias de Macarrón S.A. desde entonces, la empresa se disolvió en 1998 por suspensión de pagos y la Tesorería de la Seguridad Social embargó la nave (no su contenido). Durante más de una década todos los directores del Reina Sofía (Tomás Llorens, María Corral, José Guirao, Juan Manuel Bonet) pensaron que la única obra de Serra de su colección se encontraba en los almacenes de Macarrón.
El escándalo saltó a la luz cuando su sucesora Ana Martínez de Aguilar, al poner en marcha el Plan Museográfico, quiso instalar la obra en la sala A1 del edificio de Sabatini. Así se lo explicó la directora al artista cuando visitó Madrid, con motivo de la presentación del gran conjunto de piezas realizado para el Guggenheim de Bilbao, y el propio Serra dio el visto bueno a que la obra se alojara en dicha sala. Sin embargo, Martínez de Aguilar comprobó sorprendida que nadie sabía del paradero de la escultura. No había facturas del pago del depósito de la pieza a Macarrón desde 1992. «Inexplicable. Trece años sin que conste en el museo ningún pago a Macarrón y sin que esta empresa reclamase los pagos», resaltaba Pulido en ABC.
La subsecretaría de Cultura tomó cartas en el asunto, pero las pesquisas policiales no dieron el fruto deseado. Hoy el Reina Sofía cuenta en su exposición permanente con una réplica que realizó el propio Richard Serra en 2008 y a la que dio rango de original. La primera escultura de 38 toneladas nunca apareció. «Cuesta imaginar que algo que pesa tantas toneladas pueda desaparecer«, comentó estupefacto Serra al enterarse de su pérdida.
El caso no llegó a Hollywood, pero sí se convirtió en novela en 2022. En 'Obra maestra' (Anagrama), el escritor Juan Tallón se valió de 73 voces involucradas de alguna manera en la trama, como el propio Richard Serra, Philip Glass, la jueza que instruyó el caso, la fundadora del Reina Sofía, algunos de los directores de la pinacoteca, los policías que buscaron la obra, galeristas, coleccionistas, ministros, historiadores... y la propia Natividad Pulido, la primera en dar a conocer la noticia.
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