El peor viaje de Belén Rueda...un accidente y un chico ensangrentado
Eran las cuatro o las cinco de la mañana. Belén y su amiga se encontraron un coche accidentado y un chico sangrando, atrapado. Nunca supieron nada de él
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El peor viaje de la actriz Belén Rueda no ha terminado del todo: a pesar de que sucedió hace tres décadas, ella y la amiga que la acompañaba siguen sin saber aún cuál fue el desenlace, cómo está el chico al que encontraron accidentado ... en una carretera y acompañaron al hospital. «Yo tenía veintitantos años y vivía en Alicante -cuenta- y una amiga y yo habíamos quedado con más amigos en Benidorm. A la vuelta, debían ser las cuatro o las cinco de la mañana, no había nadie en la carretera, y de repente encontramos un coche accidentado».
Pararon, y vieron que en el vehículo había un joven que estaba «con la cabeza hacia atrás, sangrando, atrapado por el volante». No había llegado ni la policía ni la ambulancia, «era una época en la que no había teléfonos móviles ni nada». «Estábamos aterrorizadas», admite. Pero había que actuar.
Al día siguiente, buscaron en la prensa con una «ansiedad curiosa» para ver si había noticias de muertes de tráfico
La amiga de Belén, que tenía nociones de primeros auxilios, se quedó con el herido, mientras la actriz se iba en busca de una cabina de teléfonos. Avisada la Policía, regresó al lugar del accidente: «Estuvimos esperando veinte minutos que se me hicieron largos como días». Cuando por fin llegó la ambulancia y se llevó al joven, pidieron permiso para seguirla hasta el hospital, por «esa cosa que te queda de ver si este chico salía adelante».
Pasadas unas horas, tuvieron que regresar a sus casas sin demasiada información. Al día siguiente compramos la prensa «con una ansiedad curiosa» para ver si algún diario decía algo, recuerda. «Nos alivió no ver ninguna noticia que hablara de un muerto en accidente de tráfico», pero aparte de eso no supieron nada del joven nunca más. «Siempre que nos juntamos con mi amiga y lo recordamos, pensamos en cómo estará este chico, nos quedamos con la intriga de saber quién era y cómo está».
En el relato de Belén Rueda hay algún eco de leyenda, algo también de película de terror. Quizás es porque después de verla tanto en el teatro y las pantallas, la asociamos ya a ese aura de mito que tienen algunos de los personajes que ha encarnado. Entre los últimos, precisamente, la recreación de dos mujeres legendarias.
Por un lado, la hemos visto protagonizando el montaje de 'Salomé' que presentó Magüi Mira en el Festival de Mérida. Por otro, acaba de estrenar la película 'La ermita', de Carlota Pereda, en la que se mete en la piel de Carol, una peculiar médium que ejerce el oficio porque lo ha heredado de su madre, pero sin creer en él. «Lo maravilloso de este personaje es que toda ella es una contradicción: vive de algo en lo que no cree, y tiene un carácter antipático para que la gente no se le acerque, pero sin embargo está pidiendo a gritos que alguien le pregunte '¿cómo estás?'». Para prepararse el personaje, se ha reunido «con muchísimas médiums, he tenido charlas muy largas».
También ha profundizado en leyendas como la que nutre el argumento de la película. Antes de que existiera el cine, esas narraciones orales eran uno de los grandes entretenimientos: «Las leyendas se cuentan con familia, con amigos, con tiempo, con la calma, porque es algo que narras con palabras pero que cada uno traduce en su cabeza con sus propias imágenes».
Carol y Salomé son, cada una en su terreno, leyendas. «Son mujeres fuertes, luchadoras, que les ha tocado vivir una vida que no es la que ellas quisieran». Ambas, además, «intentan salir de la rueda en la que la vida les ha metido, y cada una lo hace a su manera». Salomé existió de verdad, y para Belén Rueda el montaje de Magüi Mira es una invitación a profundizar más en un personaje que a menudo se ha despachado señalando simplemente que «es una caprichosa».
Pero cuidado: «El capricho dura un segundo, lo interesante es averiguar cómo se llega hasta ahí», hasta pedir la cabeza de San Juan Bautista en bandeja de plata. Lo mismo podría decirse de aquel accidente. El suceso duró también un segundo, pero… ¿Quién era aquél chico? ¿Hacia dónde iba? ¿A qué se dedicaba? ¿Qué fue de él? Quién sabe si el peor viaje de Belén Rueda tendrá un final que podamos conocer algún día.
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