Premio luca de tena
Pedro G. Cuartango: «Si volviera a nacer, sería periodista»
Premios cavia 2023
Discurso íntegro de Pedro G. Cuartango, columnista de ABC
El Rey: «Sin un periodismo independiente, no hay opiniones libres»
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Durante medio siglo fue, Pedro G. Cuartango un animal de Redacción, de los de doce horas al día: media jornada. Probablemente ha sido el periodista de España que más editoriales ha escrito en democracia. Tres mil o cuatro mil, según sus cálculos. Le gusta mucho esa palabra, periodista, porque tiene la certeza de que en esa artesanía se puede resumir su vida, y tan contento. ¿No resumen los periódicos los días? Empezó muy pronto en esto, primero en Radio Nacional de Cáceres, y después en 'Actualidad Electrónica', el primer semanario sobre electrónica e informática en español: esto tiene su gracia, no me lo nieguen. A 'El Mundo' llegó en 1992, y allí desempeñó el grueso de su carrera. De redactor jefe pasó a subdirector y responsable de Opinión. Por eso mide tanto sus afirmaciones. En 2017 fichó por ABC, y aquí ha seguido con lo suyo. «Yo no nací con sangre en las venas, sino con tinta», dijo el día que le comunicaron el Luca de Tena, un reconocimiento a una carrera ligada al periódico, a ese oficio diario de darle a la tecla.
El discurso íntegro
Decía Mark Twain, que fue director de un periódico agrícola pese a que creía que los nabos crecían en los árboles, que el periodismo consiste en sacar a la luz aquello que se supone. Estas palabras son una gran verdad. El periodismo consiste en ir más allá de las apariencias para buscar el sentido oculto de las cosas.
Voy a cumplir medio siglo en esta profesión y puedo decir que he pasado muy buenos y muy malos momentos. Pero jamás me he aburrido. Jamás la cambiaría por otra. Si volviera a nacer sería periodista. Y ello porque este oficio, sí el periodismo es un oficio, me ha permitido ser testigo de mi tiempo.
El periodismo tiene mucho que ver con la búsqueda de la verdad, aunque la verdad es siempre poliédrica. Y ese afán suele molestar al poder. Como se ha dicho tantas veces, el periodismo consiste en contar algo que algunos no quieren que se cuente. Por eso, el papel del periodista es incomodar y vigilar los abusos de los poderosos. No es posible hacer un periodismo al servicio de quien manda y no es posible anteponer la ideología a los hechos.
Como decía Jefferson, resulta preferible periódicos sin democracia que democracia sin periódicos. En realidad, no existe ninguna democracia, que etimológicamente significa el gobierno del pueblo, sin una prensa libre y plural.
Desgraciadamente la prensa, los medios escritos, están atravesando una crisis sin precedentes. La caída de las ventas en los kioscos y el dramático descenso de los ingresos publicitarios amenazan la supervivencia de la prensa. Y han provocado un deterioro en las condiciones de trabajo de los periodistas.
Es imposible predecir la duración y los efectos a largo plazo de este fenómeno, pero parece claro que el actual modelo está tocado de muerte y que es necesario reinventar el periodismo. Esto es fácil de decir y muy difícil de hacer. Pero, como creo que el periodismo es esencial para que los ciudadanos estén informados y puedan formar su opinión, estoy seguro que resurgirá de sus cenizas. El periodismo ha sido, es y será esencial en la defensa de la libertad y del pluralismo.
Dentro de pocos días, los españoles tienen una cita en las urnas. Confío en que el Gobierno que salga elegido apueste por la regeneración ética de las instituciones y por el respeto a las minorías, uniendo y no agudizando las divisiones. El periodismo debe contribuir también al debate de ideas, a la tolerancia y al respeto del adversario, entre otras razones, porque el cainismo y el sectarismo nos han traído golpes, asonadas y guerras civiles en los dos últimos siglos de la historia de este país.
«En unos tiempos en los que se nos insulta por moderados y que se dice que ello es signo de cobardía y debilidad, yo reivindico la equidistancia»
En unos tiempos en los que se nos insulta por moderados y que se dice que ello es signo de cobardía y debilidad, yo reivindico la equidistancia, que no es tibieza ni eclecticismo sino una voluntad de expresar la complejidad de lo real. Nadie tiene la verdad absoluta y nadie esta totalmente equivocado. Eso lo deberíamos tener en cuenta a la hora de hacer nuestro trabajo. Simenon decía que lo importante es comprender y no juzgar. Sin caer en el relativismo, eso también es aplicable a nuestro oficio.
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Acabo ya. Quiero finalizar estas palabras con un homenaje a los miles de periodistas anónimos que han hecho y hacen su trabajo fuera de las candilejas. He visto auténticos ejemplos de abnegación y de esfuerzo en las redacciones. Es en las redacciones, donde he pasado la mayor parte de mi vida, donde he sido más feliz. Me gusta decir que yo, que ya quería ser periodista a los 12 años, llevo tinta y no sangre en mis venas. Que viva el periodismo para siempre.
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