Sófocles y Stravinski engrandecen la Quincena Musical
La representación de 'Oedipus Rex' de Stravinski añade una nueva escenificación creada y dirigida por la compañía de marionetas catalana Per Poc
'La fille du régiment' en San Sebastián: como el de casa, ninguno
![La actriz francesa Irène Jacob durante la presentación de 'Oedipus Rex'](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/08/25/quincena-musical-actriz-RkLXST1xOe0LjPCUrJModsL-1200x840@abc.jpg)
Durante el mes de agosto, la Quincena Musical empapa Donostia de música. Hace ochenta y cuatro años que los hosteleros y comerciantes de la ciudad quisieron enriquecer la oferta turística del verano y desde entonces se compite con el clima, que este año incorpora al sol asomando sin duelo y dispuesto a fundir el metal, y se asocia a la gastronomía, que en su versión más típica significa esperar una larga cola para tomar un pincho en un local de referencia. Donostia ha logrado arrebatarse de éxito lo que proporciona ganancias importantes y una incomodidad evidente para un hábitat que se distancia de aquella ciudad que diseñó la Quincena como inversión de futuro.
Hoy, longevo y también recalcitrante en la repetición del modelo que ha funcionado durante años, el festival sobrevive sin necesidad de inventar, arriesgar o imaginar otras posibilidades. Lo heterogéneo y el lugar común conforman buena parte de la programación de este año compartimentada de nuevo en conciertos de música antigua, de cámara, contemporánea, de órgano y con jóvenes intérpretes, además de dieciséis sesiones fuera de San Sebastián con la Quincena Andante.
Es un pequeño universo que suena a revisitado y que entre lo más inmediato propone algunos nombres interesantes como el violonchelista Pablo Ferrández junto a Filarmónica de Rotterdam que también ha traído con ella la novena sinfonía de Beethoven, a la pianista Mitsuko Uchida, la violinista Anne-Sophie Mutter que celebra sus sesenta cumpleaños, el incombustible Grigory Sokolov, y la cercana Hilary Hahn con remate en la sinfonía de los mil dirigida por Robert Treviño a conjuntos locales.
Se distancia de todo ello la representación de 'Oedipus Rex' de Stravinski que añade un guiño hacia un repertorio poco habitual y que además estrena aquí una nueva escenificación creada y dirigida por la compañía de marionetas catalana Per Poc, fundada y dirigida por Santi Arnal y Anna Fernández. Destaca la presencia del coro Easo cuya historia guarda una interesante relación con el título con varias interpretaciones referenciales entre las que destaca la dirigida por el propio Stravinski en el dos Recreios, de Lisboa, en el Festival Gulbenkian, y cuya grabación se localiza fácilmente en YouTube. La dirección musical es ahora de Erik Nielsen con la Bilbao Orkestra Sinfonikoa de la que es titular hasta agosto de 2024, y un reparto encabezado por el tenor Peter Marsh y la actriz y cantante francesa Irène Jacob como narradora en francés aunque la obra admita perfectamente traducir sus soliloquios al idioma local.
Festival freudiano
El propio Stravinski fijó muchos detalles en referencia a la interpretación de la obra, incluyendo una descripción detallada para la puesta en escena y su desarrollo. El apunte gráfico en la edición de la partitura, hecho por el hijo del compositor, Théodore Stravinski, no se aleja demasiado de lo que ahora se ha mostrado en el Kursaal donostiarra, al menos de una perspectiva estrictamente conceptual. La austeridad y el hieratismo propuesto por Stravinski, como marco al texto redactado por Jean Cocteau sobre el original de Sófocles, lleva en esta propuesta a un supuesto museo de máscaras y restos arqueológicos de la antigua Grecia en el que la ruina explica el paso del tiempo y ahonda en la dramática situación de la ciudad de Tebas asolada por la peste como forma de maldición ante las perversiones de su habitantes.
Veinticuatro horas antes de la primera representación de 'Oedipus Rex' la temperatura en Donostia se disparó a máximos históricos, el viento del sur quemaba por contacto; horas antes del estreno se anunciaba galerna acompañada de un frente frío que vendrá en los próximos días acompañado de tormentas. Las malas acciones, ahora bajo la denominación de cambio climático, tienen sus consecuencias que no siempre es agradable descubrir. De hecho, Edipo se ciega con un alfiler de oro cuando descubre que ha matado a su padre y es esposo de su madre. Buscó la verdad como lo hizo Hamlet quien murió una vez que el espíritu de su progenitor le pide que vengue el asesinato que su hermano perpetró contra él.
Hay puntos en común y a ello se agarra la representación donostiarra para prologar 'Oedipus Rex' con la obertura 'Hamlet' escrita por Chaikovski por otra parte un compositor muy respetado por el soberbio Stravinski. ¿Molesta la unión de músicas tan distintas? Poco. ¿Sobra 'Hamlet' en el contexto de 'Oedipus'? Quizá. Las ideas no siempre encajan llegado el momento de su ejecución práctica. Hilos invisibles separan y unen cosas diversas. En la producción donostiarra, 'Hamlet' y 'Oedipus' se rozan entre sí antes de que arranque la engrasada superposición de planos inventada por Per Poc y cuya profundidad espacial coloca en primer plano al museo de reliquias por donde transitan los personajes que en realidad son máscaras parlantes, la inmediata gasa en la que se proyectan sombras chinescas y que aún, detrás de esta, la presencia del coro ordenado y firme, encajado y severo.
Auditorio complacido
Resulta incómodo decir que 'Oedipus Rex' ha proporcionado un momento de expansión a los espectadores dada la inquietante naturaleza de un mensaje que, cuando se ofrece con verdadera persuasión apabulla e intranquiliza. Pero es innegable que tras los aplausos y las caras sonrientes de quienes llenaron el auditorio Kursaal había mucha satisfacción, que tiene una deuda inmediata con los intérpretes que han dado forma a la ópera-oratorio. Están en ello Mikhail Petrenko en el papel de Tiresias, Fernando Latorre en el de Creón, el siempre seguro y aplicado Damián del Castillo cantando el mensajero y Aitor Garitano cuya gestión del pastor augura al joven cantante un futuro interesante.
Para Freud, todos los neuróticos son una materialización de Edipo o de Hamlet, cuestión que andando el siglo XX se ha matizado en muchos sentidos que son complementarios y no contradictorios porque explican la pluralidad de valencias en la que incurre el mensaje transmitido por los mitos. Es una pena que la Quincena no haya reflexionado más persuasivamente sobre ello en su programación, insertando, por ejemplo, una obra tan poderosa como 'Oedipus Rex' en un contexto argumental superior y al hilo, quizá, de la inquietante y contemporánea coincidencia de las circunstancias ambientales y sociales que se viven. En cualquier queda el divertimento, la escasa hora y media de espectáculo, que tiene como consecuencia más evidente la de proporcionar oxígeno al festival y un ameno desahogo a su audiencia.
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