Diez años sin Sara Montiel, la folclórica que conquistó la MTV

Lola Flores, las 'Rocíos' Jurado y Dúrcal, Carmen Sevilla, la Pantoja, Marujita Díaz... todas las artistas que forman parte de nuestro Top10 de folclóricas fueron únicas en su especie, hicieron cosas rompedoras y derribaron barreras. Pero sólo una conquistó la ultramoderna y archijuvenil cadena de pop televisivo MTV: Sara Montiel.

Fue en el año 2002, cuando dejó de piedra a toda España y parte del extranjero al protagonizar un anuncio para los premios MTV Europe Music Awards, en el que aparecía con toda la cabeza vendada, casi como una momia, recibiendo en su casa una invitación para asistir a a la gala. Entonces se vuelve loca pensando en qué ponerse para el evento y acaba quitándose las vendas para descubrir su rostro perfectamente maquillado al grito de «Marvellous!» (maravilloso). Un spot tan simple como genial, que hizo que la chavalada se preguntase quién demonios era esa señora tan molona.

El anuncio fue rodado en Madrid, y al tratarse de una entrega de premios internacional, se emitió en televisiones de medio mundo dividido en dos capítulos de un minuto de duración, aunque su director, John Bland, también grabó una versión de casi un cuarto de hora que fue presentada en diversos festivales de cine como «el primer corto realizado por la cadena MTV». Un logro que se ajustaría más al perfil de Madonna o Elton John, pero que protagonizó nuestra Saritísima, que por supuesto asistió con sus mejores galas a la ceremonia en el Palau Sant Jordi de Barcelona y fue la encargada de entregar el premio Mejor Intérprete Femenina.

En 2008, a los ochenta y un años, cuatro antes de morir, Sara Montiel dio otra lección de modernidad grabando con el dúo Fangoria la canción 'Absolutamente', que se convirtió en el hitazo discotequero de la temporada. «Inventó un tipo de mujer muy poco común, una artista que ha sido una de los más espectaculares que ha dado España», dijo Alaska sobre su colaboradora. «Se hizo un traje a medida y de alta costura. Guapa, guapísima como ha sido, siempre ha sabido favorecer a la cámara, con ese gesto tan suyo, con esa leve inclinación de cabeza que sólo saben hacer ella y esas transformistas maravillosas que la veneran. Además, la gente no sabe lo difícil que es entender cómo Montiel pudo burlar lo justo a los censores y a la opinión pública para desplegar ese erotismo y esa modernidad sin ser masacrada».

Sara fue moderna, y pionera. En muchísimas cosas. Tantas, que Alaska llegó a asegurar sobre ella: «¿Cuántas horas hemos echado en nuestra vida viendo a Sara y descubriendo las cosas que hizo antes de que nosotros tuviéramos una edad para haber nacido?». La cantante de Fangoria había conocido a Sara Montiel en 1982, cuando su marido Pepe Tous contrató a los Pegamoides para un concierto en la plaza de toros de Mallorca. «Fuimos a su casa a firmar el contrato y llegó Sara de la playa. Iba muy moderna, con la raya en medio en el pelo y un vestido muy mejicano», contó en 'Lazos de sangre'. «Fue muy simpática, cercana, maravillosa y yo, sin poder hablar de los nervios. Soy muy tímida para eso. Conocer a las personas que son importantes para mí me dejan callada». Alaska sentenció en el programa de televisión que, si aún viviera, Sara Montiel «tendría Instagram y sería una youtuber». Y seguramente así sería.

Y es que por muy cupletista y tradicional que fuera, era una mujer que miraba hacia el futuro con audacia. Aunque es cierto que ya había actuado para él alguna vez en El Pardo, unas navidades dio plantón al mismísimo Franco rechazando su invitación a cantar en su fiesta. Y con el dictador aún vivo, dedicaba parte de su dinero a pagar a muchos homosexuales las multas para salir de la cárcel por transgredir la Ley de Vagos y Maleantes. Incluso se dice que se presentó en varias ocasiones en los calabozos de Puerta del Sol para pedir su liberación. Y ella misma siempre fue también una mujer liberada y empoderada, que plantó cara a su segundo marido cuando le ordenó que dejara el cine por él.

Historiadores de la cultura española la han descrito como una feminista, independiente y autosuficiente que no temía al pecado, y posiblemente por eso enamoró también a Hollywood, siempre ávido de mujeres fatales y, mejor que mejor si son exóticas. Cuando décadas después tuvo su momento de gloria en la MTV, fue como cerrar el círculo.

Al margen de adjetivos, lo que fue Sara Montiel es una artistaza como la copa de un pino, y hasta el final: pocos meses antes de morir seguía dando actuaciones, acompañada de su inseparable pianista.