Paul McCartney reescribe el final de los Beatles de su puño y letra
El británico se explica a través de sus mejores canciones y señala a Lennon como culpable del final de la banda

Una cita nada menos que de 'Hamlet', hit 'shakesperiano' que, ahora lo sabemos, también tuvo algo que ver con la gestación de la terminal 'Let It Be', encabeza la monumental edición de 'Letras', casi mil páginas generosamente ilustradas con las que ... Paul McCartney (Liverpool, 1942) ha querido autorretratarse a través de 154 canciones. Éxitos escritos a cuatro manos junto a John Lennon, sí, pero también composiciones para sus discos en solitario, para los Wings, o a dúo con Linda McCartney.
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Canciones, en fin, para desovillar una vida cantada y contada y dar forma a una suerte de autobiografía que, ya fuese por falta de tiempo o de ganas, McCartney siempre se había resistido a escribir. «A algunas personas, cuando llegan a una determinada edad, les gusta consultar su diario para recordar acontecimientos cotidianos del pasado, pero yo no tengo diarios. Lo que sí tengo son mis canciones -cientos de ellas-, que me sirven más o menos para el mismo propósito», escribe el autor de 'Live And Let Die' en el prólogo.
Sir Paul se sincera
Justo antes de eso es donde sir Paul McCartney desliza un fragmento de un diálogo entre Polonio y Laertes que aventura lo que está por venir. «Sé sincero contigo mismo», puede leerse nada más empezar el primero de los dos volúmenes con los que, de 'All My Loving' a 'Your Mother Should Know' y de 'I Lost My Little Girl'(1956) a 'The Kiss Of Venus' (2020), el músico inglés evoca recuerdos de infancia, enriquece un poco más el anecdotario de los Beatles y, faltaría más, se sincera.

La excusa son las canciones, sí, pero gracias a ellas sabemos, por ejemplo, que una fan se coló realmente por la ventana del lavabo de su casa y le birló una foto de su padre ('She Came In Through The Bathroom Window'); que si 'When I'm Sixty Four' habla de los 64 años es porque creyó que sería más divertido estar a punto de jubilarse que efectivamente jubilado; y que durante mucho tiempo 'Yesterday' se tituló en realidad 'Scrambled Eggs'.
También sabemos que McCartney, albacea junto a Ringo Starr de la fabulosa leyenda de los cuatro de Liverpool, se debe haber cansado de ser el malo oficial de la película , el archivillano que envió a los Beatles al desguace, y señala sin miramientos a Lennon como responsable final de que la banda británica saltase por los aires en 1970. «Hacia finales de 1969, John nos había dicho con bastante alegría que todo había terminado», recuerda McCartney en la entrada dedicada a 'Dear Friend', lamento por una amistad que en los setenta hacía aguas por todos lados. «Yo pensaba que debíamos volver a hacer conciertos más pequeños, pero su respuesta no se hacía esperar: 'No'. Finalmente, John dijo: 'Oh, llevo tiempo queriendo deciros esto: dejo los Beatles'. Nos quedamos todos conmocionados», escribe.
«Hasta que nos topamos con la marihuana éramos bebedores. Conocimos la hierba cuando estábamos en Estados Unidos y nos voló nuestras pequeñas cabezas»
Paul McCartney
'Got To Get You Into My Life'
Hasta ahora, la versión más extendida señalaba a McCartney como responsable de haber anunciado la muerte de los Beatles, pero también eso, asegura, tiene una explicación. «Realmente yo no tenía muchas acusaciones que lanzar, pero siendo John como era, estaba arrojando bastantes en entrevistas. Me había acusado de haber anunciado la separación de los Beatles para promocionar el álbum 'McCartney', pero yo simplemente respondía a las preguntas del departamento de prensa de Apple con franqueza», revela.
Pasan las páginas, llega 'Get Back' y McCartney ahonda en el trauma de la ruptura y en el papel que Yoko Ono jugó en la misma. «Me tomó un tiempo, pero supongo que finalmente acepté la situación. Era mi mejor amigo de la juventud, el compañero con quien había creado algunos de los mejores trabajos del siglo XX (dijo él, modestamente).Si se había enamorado de aquella mujer, ¿qué tenía eso que ver conmigo? No solo tenía que dejarle hacer sino que tenía que admirarlo por haberlo hecho», recuerda.

La relación con Lennon («realmente estaba loco, de la más agradable de las formas») es una de las constantes de un libro en el que la madre de McCartney, fallecida cuando él tenía 14 años, tiene un gran protagonismo. «No hace falta ser Sigmund Freud para darse cuenta de que la canción es una respuesta directa a la muerte de mi madre», escribe sobre 'I Lost My Little Girl', su primera canción.
También las drogas tienen un papel capital en un libro en el que Sir Paul recuerda cómo, durante el verano de 1964, Bob Dylan les introdujo en la marihuana y él acabó haciendo de 'Got To Get You Into My Life' su «oda a la hierba». «Hasta que nos topamos con la marihuana éramos bebedores. Conocimos la hierba cuando estábamos en Estados Unidos y nos voló nuestras pequeñas cabezas», recuerda. Años después, harto de las giras y de casi electrocutarse durante una actuación en San Francisco, McCartney se sacó de la chistera 'Sgt. Pepper 's Lonely Hearts Club Band' y el pop ya no volvió a ser lo mismo. «Debo admitir que había tomado algo de ácido en Denver y todo esto era una especie de juego después de aquel viaje», reconoce ahora.
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