Pedro García Cuartango: «Hay un mundo mágico cercano al nuestro que no conocemos»
El reputado periodista invita a descubrir 45 enclaves cargados de leyenda y misterio que explican aspectos de nuestra forma de ser y entender la vida
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![Pedro García Cuartango, en su domicilio en Madrid en 2021](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/04/26/cuartango-Rpc9yfy7TiQwxRxXx82kFSP-1200x840@abc.jpg)
Existe un pueblo en Galicia con tumbas junto a las puertas de las casas, adosadas a los muros de las viviendas de granito como quien tiene maceteros con petunias o bancos descalzadores donde sentarse al sol. A sus casi 68 años, el reputado periodista Pedro García Cuartango ... (Miranda de Ebro, Burgos, 1955) cuenta con mucho mundo vivido y leído a sus espaldas, pero recuerda que se quedó «perplejo» cuando se acercó a la localidad de Santa Mariña de Aguas Santas, en Orense, en un oscuro día de lluvia. Allí escuchó la leyenda de la santa, de la que se dice que brotaron aguas milagrosas cuando fue decapitada por un gobernador romano, visitó su gran iglesia y se adentró en el bosque, hasta la ermita templaria inacabada, con gruta y tumbas adosadas. En aquel ambiente cargado de historia y misterio, al ver cruzar la calle a un pálido anciano con un solo ojo sano, Cuartango creyó «haber dado un salto en el tiempo de veinte siglos«.
«Santa Mariña podría ser un espejismo de una mañana de verano, pero es un lugar bien real» donde «el reloj se detuvo hace siglos», escribió después en este periódico, aún impresionado. La increíble historia de este y otros lugares sobrecogedores que Cuartango ha investigado en los últimos años forman ahora su 'España mágica' (Penguin Random House), una guía culta para viajar «por los grandes secretos arqueológicos y monumentales de nuestro país».
«Hay un mundo cercano al nuestro que no conocemos», asegura su autor, convencido de que el 90% de los lugares en los que recala en su obra apenas suenan fuera de su entorno más cercano. Pocos saben que en Santa Marta de Ribaterme (Pontevedra) sacan en procesión en ataúdes a quienes han escapado de la muerte, que en O Corpiño (Lalín) todavía se practican exorcismos para expulsar al diablo del cuerpo, o que la legión romana de Décimo Junio Bruto se negó a cruzar el río Limia en el 138 a.C. porque los soldados temían perder la memoria.
«Pensaron que era el río Leteo, en la frontera del Hades, el reino de los muertos, porque había una tradición en la Antigüedad de que el más allá estaba en el lugar donde se ponía el sol, el punto más occidental de Europa», relata Cuartango. Y el 'finis terrae' gallego, Finisterre, se consideraba entonces el fin del mundo civilizado. «El posterior fenómeno de la peregrinación a la tumba de Santiago podría guardar alguna relación con celtas, griegos y romanos que seguían el camino de las estrellas para llegar a esos confines del mundo, a ese Finisterre poblado por la imaginación de peligros y seres fantásticos», apunta en el prólogo de su libro.
Galicia tiene un protagonismo evidente en sus páginas por ser «la comunidad española donde es más fuerte la España mágica». Su legado celta está muy presente en «el culto a los muertos, el orujo, la Rapa das bestas y el culto a los caballos, los castros…», explica. Sin embargo, en el mapa de los 45 enclaves «mágicos» de Cuartango hay cuevas como las del yacimiento de las Cuatro Puertas en Canarias, o las de Ojo Guareña, en Burgos y monumentos megalíticos como los dólmenes de Antequera o los 'clots' de Sant Julià (Gerona). «En la España del Neolítico, en la España de los celtas, en la España prerromana los hombres interpretaban los fenómenos naturales, la fertilidad, la muerte, con una serie de explicaciones míticas. Es ese sentido de mágico, el de no racional, el de esas explicaciones en cierta forma intuitivas, el que abordo en el libro», explica el autor.
En su ruta también figuran pueblos malditos como Bozate, en Navarra, que fue el último reducto de los agotes, tratados como apestados en su propia tierra durante ocho siglos, o Trasmoz, la localidad aragonesa excomulgada desde 1255. Se adentra en desconcertantes templos románicos como San Pedro de Cervatos o San Pantaleón de Losa y se detiene en el extenso y legendario legado de los templarios, que desaparecieron tras la toma del castillo de Monzón por Jaime II de Aragón en 1309. «Fueron encarcelados y ajusticiados como herejes cuando no lo eran, ni cultivaban ninguna cultura esotérica ni practicaban la brujería. Eran simplemente poderosos», recuerda el periodista. «Un tema fascinante -añade- es el juego de la Oca, que se dice que era una guía templaria para recorrer el Camino de Santiago».
Una corta memoria histórica
El columnista de ABC, autor entre otras obras de 'Anatomía de una traición' y 'Elogio de la quietud', cree que «en España hay un debate sobre memoria histórica que se circunscribe a la Guerra Civil y el franquismo, un lapso de menos de un siglo y nuestra Historia no se explica solo por lo ocurrido en el último siglo». Ni siquiera, continúa, si nos remontamos a los Reyes Católicos, cuando nace el Estado moderno. «Si no somos capaces de entender lo que nos dejaron los árabes, los romanos, los celtas, los fenicios… no podremos entender muchos aspectos de nuestra manera de ser y de ver la vida».
Porque, a juicio de Cuartango, aún vivimos bajo esas influencias. «Están tapadas por sustratos de modernidad, pero hay tradiciones, valores y formas de entender la vida que tienen un origen muy arcaico», defiende mientras recuerda, por ejemplo, que en Bayona se ven casas con muérdago en la puerta para protegerse de las meigas.
Alejado del esoterismo de autores como Juan García Atienza o de las especulaciones del fallecido Fernando Sánchez Dragó en su 'Gárgoris y Habidis' -«no hay ninguna prueba de que la Atlántida existiera, no lo creo»-, Cuartango investiga la historia de esos mitos y se ciñe a los hechos, diferenciando lo real de lo legendario. Sin embargo, sostiene que «toda leyenda es verdad». Precisamente, afirma, «la verdad está en su falsedad» ya que a través de las leyendas «podemos entender los valores de los hombres del pasado».
En su libro, de marcada divulgación, no pretende dar explicaciones satisfactorias sobre esas tradiciones legendarias, simplemente suscitar la curiosidad, pero también aporta alguna interpretación personal, basada en los datos que ha rastreado. Y sobre todo, ofrece una visión de España muy distinta a la idea «uniforme, unitaria y maniquea» que su generación estudió en su juventud, en las clases de Formación del Espíritu Nacional.
Frente a la tesis de Claudio Sánchez Albornoz que destacaba la identidad cristiana y romana de los españoles, Cuartango apoya la visión más multicultural de Américo Castro. «España es un país que por su posición geográfica ha sido mezcla de muchas culturas y tradiciones. Esto lo ves en las leyendas, en los mitos, en los monumento» que con su 'España mágica' invita a visitar.
«Es uno de los objetivos del libro, que fuera una incitación al viaje porque son tesoros muy cercanos que nadie conoce», insiste mientras pone por ejemplo las fuentes de Ocaña que diseñó Juan de Herrera, «un sitio increíble a solo 80 kilómetros de Madrid». La 'España mágica' existe y está muy cerca.
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