Cecil Beaton, en 'My Fair Lady': picaportes, peleas y los ojitos de Norma Shearer
Hatari! Books publica por primera vez en España el 'Diario de rodaje' de Cecil Beaton en la mítica película, un libro que da una idea de su estancia en Hollywood y de lo mucho que despreciaba la vulgaridad del lugar
María Callas, viuda de sí misma

Cecil Beaton: «Participar en un proyecto como 'My Fair Lady' es la experiencia creativa más satisfactoria que alguien que trabaje en el mundo del teatro puede tener. Sentir que, desde su concepción, todos los elementos son los adecuados, saber que cada persona con la que ... colaboras es la más brillante en su contenido y verte inspirado de tal manera que sabes que vas a conseguir dar el máximo de tu potencial es poco común; de hecho, este es el maravilloso —y escurridizo—objetivo al que siempre se aspira». Y esa gente, por nombrar a los más importantes, eran Jack Warner, George Cukor, Alan Jay Lerner, Rex Harrison o Audrey Hepburn. Cecil Beaton fue el diseñador de producción, de arte y de vestuario.
Hatari! Books publica por primera vez en España el 'Diario de rodaje' de Beaton en 'My Fair Lady'. Beaton rellenó siete cuadernos y el libro se editó en 1964, el mismo año de la película. En este, como escribe su biógrafo Hugo Vickers en el epílogo, se incluyen algunas entradas que no se recogieron en el original para dar una idea más amplia de su estancia en Hollywood. Además, hay fotografías, cartas (la letra de Audrey es de niña de colegio de monjas), ilustraciones y retratos de Beaton a los actores.
Una cena en casa de Joan Cohn (viuda de Harry Cohn, el magnate de Columbia) es ejemplo de lo mucho que despreciaba la vulgaridad de Hollywood. 20 de julio de 1963: «En la cena me he sentado junto a Norma Shearer y me he quedado maravillado al pensar que esta señora alguna vez haya podido ser una estrella del cine. Vale que la iluminación era particularmente desfavorable, viniendo como venía, de ambos lados, pero es que tiene unos ojos tan pequeños que son únicos en su pequeñez…». La anterior (19 de julio de 1963) es de la película: «…Lo del modelo de Eliza para Ascot ha sido un golpe bajo. Las amapolas escarlatas del sombrero han pasado a ser naranjas y, ¿quién hubiera podido adivinar que en los planos generales los encajes y los lazos que van en blanco y negro se iban a ver verdes y amarillos? Me ha entrado una angustia tremenda… Audrey, intentando consolarnos, nos ha contado cómo en su última película tuvieron que descartar un abrigo de cebra confeccionado por Givenchy porque salía amarillo. Y en el intento de ser glamurosos, el peinado del baile de Audrey parece el nido de un pájaro andrajoso…».
Contra Billy Wilder
Del 10 de mayo de 1963 es una «gozosa» cena en casa de Diana Vreeland donde Truman Capote contó «sus últimas experiencias con los dos asesinos a los que ha estado visitando en el corredor de la muerte».
De junio de 1963 (fecha exacta indeterminada): «Tras la cena en casa de Edie Goetz han proyectado la película 'Fellini 8 y medio'. No he comprendido una sola palabra… Billy Wilder tiene el típico complejo de Hollywood por el que se ataca a todo lo que no sea comercial: 'Es una desfachatez consentirle estas pretensiones esotéricas de superioridad. Es un insulto para el público…'. También han invitado a Hitchcock, que nunca me ha caído bien. Le ha dicho a David Selznick que el caso Profumo ha puesto a Inglaterra donde le corresponde, ya que los ingleses son tan arrogantes que se lo tenían merecido».
Sobre lo minucioso de lo menor (lunes 17 de junio de 1963): «Tirados en el suelo de mi oficina, Jim McGuire y yo hemos estado seleccionando picaportes, pomos, tiradores y cerraduras para la sala de estar de Higgins, el estudio y las habitaciones de servicio».
Jueves 22 de agosto de 1963. «A la hora de la comida, Audrey, con la cara y el pelo manchados, ha pasado por mi oficina para saludar. Cada mañana, al alba, le cubren el pelo con grasa y sobre ella ponen un montón de arcilla de batán. El efecto es de suciedad absoluta…. Cada noche se tarda una hora en lavarle el pelo antes de que se pueda marchar a casa».
Martes 17 de septiembre de 1963: «Cole Porter se prendió fuego y le ha llevado seis meses recuperarse lo suficiente como para organizar una cena. Esta noche sus invitados hemos sido Fred Astaire y yo. Cole, con la pierna que le queda apoyada en una silla frente a él, tenía aspecto de diablillo de película».
Miércoles, 23 de octubre de 1963: «Otro día de esfuerzo sobrehumano: ciento cincuenta mujeres que peinar, pintar, enjoyar y vestir para la llegada a la embajada. Había una calma relativa cuando he llegado ya que muchas de las mujeres habían sido preparadas al amanecer. Mi toque personal era necesario. Me he puesto a deshacer y rehacer peinados, y a recolocar pelucas y pelo auténtico. Algunos de los peluqueros se han molestado, pero eso es algo que no puede evitarse».
Cecil Beaton (1904-1980) era un señorito de cuna (semi) meneada que ascendió socialmente. Estudió con Orwell y Ciryl Connolly y fue víctima de los abusos escolares de Evelyn Waugh. Abandonó sus estudios en Cambridge y fue contratado por 'Vogue' en 1927 como fotógrafo. También como caricaturista e ilustrador. Uno de los más celebrados retratistas del siglo XX (también de la familia real inglesa) tenía tres fotos en su mesilla al morir: la de Greta Garbo, la del millonario Peter Watson y la de Kin, el amante al que mencionaba en sus memorias.
En su juventud, a Beaton no se le permitió entrar en el 'Royal Ascot Enclosure'. Hoy su diseño de las carreras más famosas, su Ascot en blanco y negro, es la imagen más perdurable del acontecimiento social. 'Malice in Wonderland', como lo llamaba Jean Cocteau, lo disfrutaría mucho.
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