Agustín Pery: «No busco redención porque no soy un estafador»
Tras la buena acogida de 'Moscas', el director adjunto de ABC vuelve con 'Txalaparta, una novela policíaca ambientada en la Navarra de los años duros del terrorismo
Agustín Pery: «En España hemos convertido en héroes a verdaderos chorizos»

Si uno lee las solapas de 'Txalaparta' puede sufrir un 'shock' adrenalínico por estrés. Jabois: «Una historia brutal como un disparo: ruidosa, rápida y mortal». Rebeca Argudo: «Como un puñetazo en el estómago (…) que, cuando se recibe, sorprende y noquea». María José Solano: «Tiene un ritmo oscuro (…) y la pulsión de quien usa la palabra para golpear sin cansancio la vida». Karina Sainz Borgo: «(…) El bello espectáculo de lo violento, los diálogos picados…todas las virtudes de una navaja suiza (…)». Ángel Antonio Herrera: «Pery escribe con la ametralladora de todos los talentos. Un monumento salvaje». Incluso un servidor: «Una sucesión de puñetazos en el estómago que cuando te quieres dar cuenta ya no duelen». Lo lees y casi notas cómo te duele el bazo. Pero es exactamente así. 'Txalaparta' (Los Aciertos & Pepitas) es, ante todo, un thriller, una novela tan negra como el ambiente asfixiante de la Navarra de los años duros del terrorismo que Pery describe de modo magistral. Y hay violencia en la novela como hubo violencia en cada esquina de aquella sociedad. Pero no es solo eso, es una novela trepidante, bien escrita y divertida en la que, desde la primera página, se puede oler la humedad, los bajos fondos y la decadencia de una atmósfera opresora. Y unos personajes bien armados. Pero es que, adosado a la acción hay algo de ese Faulkner desesperanzado que utilizaba el sur como parábola de un mundo sin esperanza.
—Ya me gustaría a mí tener algo de Faulkner.
«Creo que hay un intento de arrinconar a las víctimas de ETA, de no contar con su relato, que es el más honesto y el más cierto»
—¿Cree que hay un olvido hacia las víctimas de ETA?
—Creo que hay un intento de arrinconarlas, de no contar con su relato, que es el más honesto y el más cierto. Pero este no es un libro sobre ETA ni sobre las víctimas. Es un thriller que trata esa época como escenario, esa atmósfera pesada y gris que conozco porque la he vivido y que cuenta las consecuencias que puede tener el terrorismo en una cadena de gente que va más allá de las víctimas y sus verdugos. El terrorismo envilece y genera una serie de sucesos encadenados que son los episodios que se van relatando y que muestran lo que pasa cuando el terrorismo entra en tu vida.
—¿En la vida de quién? Porque la novela es muy coral.
—Es que no quiero compadecerme de nadie. Todos son perdedores, muchos de ellos sin querer serlo y algunos sin merecerlo. Por ejemplo, las víctimas.
—La sensación es que todos son víctimas.
—A alguien que intencionadamente busca hacer el mal no le considero una víctima. Le considero un imbécil o un miserable. Aún así muchos acaban siendo víctimas del ambiente, de la atmósfera y de la vileza.
—Llama la atención que el personaje principal sea una mujer. Está muy bien tratada la psicología femenina. Quién nos iba a decir que tenía un lado femenino…
—Me lo han comentado algunas amigas y lo agradezco. Pero no lo buscaba. En cuanto a mi lado femenino no descarto tenerlo pero, en realidad, es solo producto de imaginar situaciones, de la escritura 'río' y de escuchar AC/DC a toda leche.
«Me ponía a teclear como un poseso cuando me levantaba los domingos y no volvía a leerlo hasta el siguiente domingo porque probablemente habría dudado. De ahí el ritmo trepidante, de las escenas que imagino y que fluyen de modo natural»
—Sí, ese ritmo de AC/DC es muy 'Txalaparta'.
—Así es. Me ponía a teclear como un poseso cuando me levantaba los domingos y no volvía a leerlo hasta el siguiente domingo porque probablemente habría dudado. De ahí el ritmo trepidante, de las escenas que imagino y que fluyen de modo natural. Llevo 27 años casado con una navarra y tengo muchas referencias. He estado allí en los años más duros, conozco el ambiente de los Jarrais, de los policías y de sus hijos. Y como lo conozco, lo ficciono.
—El paisanaje está muy logrado. A veces parece realismo mágico.
—Es que hay mucha gente que no es consciente de lo que fue vivir en esos años, no digo sufrir el terrorismo sino 'vivir' en el terrorismo. Es un matiz importante que la gente joven no conoce. No solo fue que tu padre pudiera estar amenazado, es que acompasabas tu vida al hecho cierto de que vivías en una zona donde sucedían estas cosas, con bares por y para el terrorismo, con empresarios victimas del impuesto revolucionario…y todo esto no se ha contado. Hay magnificas novelas, pero el terrorismo aún no se ha utilizado como escenario para una novela policiaca.
—Es muy manido decir que el entorno es un personaje más, pero lo es. Y atrapa.
—Es intencionada esa búsqueda de una atmósfera asfixiante, que te agobiaba hasta para ir a comprar la carne a según qué carnicería. Entrabas a un bar y mirabas. Quería trasladar eso. Y por eso sí que es un personaje más.
«Es intencionada esa búsqueda de una atmósfera asfixiante, que te agobiaba hasta para ir a comprar la carne a según qué carnicería. Entrabas a un bar y mirabas. Quería trasladar eso. Y por eso sí que el entorno es un personaje más»
—No hay maniqueísmo.
—Sería muy fácil. Y de las situaciones extremas nadie sale indemne, ni siquiera el que moralmente está por encima.
—Y hay un personaje memorable: el propio policía.
—Sí, en mi anterior libro estaba en Mallorca. Y quería explicar cómo llegó allí.
—Corrupción en Mallorca, terrorismo en Navarra… Son temas en los que para usted no hay esperanza.
—Es que no busco hacer apostolado. Busco contar una historia creíble y ser honesto. No quiero finales felices ni personajes empáticos. Eso sería fácil. Aunque sospecho que no sería capaz de hacerlo. No busco redención.
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—¿Le preocupa cómo puede caer en Navarra?
—Lo que piense cierta gente me importa poco. En cuanto a los que siento más cercanos me preocupa que no sean capaces de entender que constantemente ocurran cosas que no nos gustan. Y me niego escribir en función de lo que debería ser, estaría haciendo una versión actualizada de Bambi. Y eso ni de coña. No soy un estafador.
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