Eugenio Carmona: «Es posible releer a Picasso desde la mirada 'queer'»
Dirige desde este martes un curso sobre el artista en el Reina Sofía y es el comisario de la exposición 'Picasso 1906. La gran transformación', que se verá en este museo a partir del 14 de noviembre
Paloma Picasso: «Hay que juzgar su arte, no a la persona»

La Fundación Amigos del Museo Reina Sofía invitó a dirigir un curso, 'Picasso después de Picasso', a Eugenio Carmona, que pronunciará las cuatro conferencias: 9 de mayo ('¿Por qué Picasso es Picasso?'), 16 de mayo ('Picasso 1906. La gran transformación'), 23 ... de mayo ('Masculino Picasso Femenino') y 30 de mayo ('Picasso contra Picasso'), que tendrán lugar en el Auditorio Sabatini del museo. Carmona lleva muchísimos años estudiando al artista malagueño, con investigaciones, ensayos, exposiciones... Director de la Cátedra Picasso de la Fundación Málaga, es asesor del Museo Casa Natal del artista y miembro del comité de programación del Museo Picasso Málaga, del que fue promotor y miembro de su Patronato fundacional. Su proyecto 'Picasso y la modernidad española' fue destacado por 'The Art Newspaper' como una de las exposiciones más visitadas en las últimas décadas.
Inmerso en la preparación de un PowerPoint para el curso, hace un alto para hablar telefónicamente con ABC. «En estos momentos, hablar de Picasso ya no puede ser lo mismo. Algo ha cambiado en los últimos años», advierte. «Se ha suscitado la crítica feminista y poscolonial hacia él. La revisión de Picasso en su conjunto me parece muy bien. Pero implica que, a partir de ahora, tenemos que hablar de Picasso de otra manera, con otros parámetros, con otros criterios y creo que estamos olvidando por qué Picasso es Picasso, por qué ha sido lo que ha sido a lo largo del siglo XX, por qué ya se habla de él desde el terreno de la intimidad personal como una 'celebrity' y no tanto como alguien que creó un nuevo sentido de lo artístico». ¿Hemos convertido a Picasso en una 'celebrity'? «Creo que él mismo lo provocó. No es inocente. El paso del tiempo ha sido como una especie de bomba que le ha estallado en las manos».
La conferencia del día 16 llevará por título el mismo que la gran exposición que prepara el Reina Sofía para noviembre y de la que será comisario: 'Picasso 1906. La gran transformación'. No quiere entrar en polémica con Paloma Esteban, ex conservadora jefe del Departamento de Pintura 1881-1940 del Reina Sofía, quien hace años preparaba una muestra sobre Picasso, Gósol y 1906, que finalmente su entonces director, Manuel Borja-Villel, retiró de la programación.

En una entrevista con 'XL Semanal', Esteban declaraba recientemente: «Veremos si la muestra que prepara el Reina Sofía es una copia de mi exposición». Carmona zanja el tema diciendo tajantemente que no conoce en absoluto el proyecto de Paloma Esteban. Se limita a explicar el suyo, en el que lleva inmerso unos dos años. «Creo que en 2023 no tiene mucho sentido hacer una exposición sobre Gósol, aun siendo un momento especialmente brillante en Picasso. Lo que tiene sentido es descubrir que entre 'La muerte del arlequín' y 'Las Señoritas de Aviñón' hay un año de Picasso que ha desaparecido de la historia. Es un Picasso que no es ni rosa ni 'Las Señoritas de Aviñón'. Es otra cosa. Para mí, es la primera manifestación de qué tiene que ser la modernidad. Y lo hace Picasso con una nueva mentalidad: es solar, radiante, descubre el cuerpo».
Echa por tierra la teoría de que Picasso descubriera el arte negro en 1907 cuando fue al Museo del Trocadero de París: «Desde 1905 el arte fang está en manos de Braque, de Matisse, de Derain, y Picasso tiene acceso a ello. Se mezcla con referencias a Ingres, los tratados etnográficos, la fotografía homoerótica... En su propuesta de hacer un arte primigenio se encuentra con el arte de otras culturas. Cuando Manolo Borja-Villel me encarga el proyecto, yo le digo que hay que ver a Picasso de nuevo con ojos contemporáneos en el momento fundacional de la modernidad. Cuando pinta 'La muerte del arlequín', el Picasso rosa, simbolista y bohemio desaparece y aparece un nuevo Picasso desde finales de 1905, que no ha sido bien identificado por la historiografía, ni por los museos. Es un Picasso del que ya hablé en un congreso en 2006 en Barcelona. Es un Picasso que no tiene en mente 'Las Señoritas de Aviñón', no sabe que va a llegar hasta ahí. Robert Rosenblum analizó la ambigüedad sexual del joven Picasso. También estuvimos Elizabeth Cowling y yo. Hablamos de Gósol, del cubismo, de Picasso en 1906...»
En la exposición abordará «un renacimiento con la juventud como metáfora, la pulsión escópica, la mirada del 'voyeur' Picasso y la presencia del cuerpo femenino en la historia del arte. Habrá un espacio específico sobre lo vernacular, el mundo agrario en Picasso y cómo lo utiliza también para hacer determinadas transformaciones. Otros espacios estarán dedicados a Fernande [Olivier] y a la relación de Picasso con diversas culturas, a través de la relación entre Picasso y Gertrude Stein. Trabaja con formas culturales primigenias que van desde el arte griego arcaico hasta el arte etrusco, pasando por formas de arte subsahariano y fenicias. Lo que hace Picasso, en realidad, es una hibridación cultural».
La tercera conferencia se titula 'Masculino Picasso Femenino'. «Es una conferencia que planteé ya hace algunos años en la casa natal de Picasso en Málaga y en mi toma de posesión como académico de San Telmo. Un tema que llevo mucho tiempo planteando: la mirada 'queer' sobre Picasso está inscrita en el propio Picasso. Su 'Minotauro ciego' evoca a Tiresias, que había sido hombre y mujer al mismo tiempo y había conocido el placer que sienten los hombres y las mujeres en diversas etapas de su vida. Picasso entra en la fundación de la modernidad a través de la alteridad. Y hay dos personas que para él son fundamentales: Max Jacob y Gertrude Stein. Los dos son judíos y homosexuales. Apollinaire, en el primer artículo que escribe sobre Picasso, sobre su época rosa, dice que sus personajes no son ni hombres ni mujeres, son otra cosa. Desde el punto de vista de la teoría 'queer', Picasso podría ser el prototipo de hombre que se relaciona con hombres de una manera cerrada, pero que, desde su homosocialidad, tiene un especial atractivo por la performatividad de género».
Pero, ¿esta teoría no refutaría el machismo y la homofobia que el feminismo más radical le recriminan? «El primer marchante que sitúa a Picasso en el mundo del arte es Wilhelm Uhde, que es gay. Y su último gran amigo fue Cocteau. De todo esto ya hablaron Linda Nochlin, Robert Lubar... Mi manera de investigar este asunto es muy psicoanalítica. He procurado que no se note mi filiación con la teoría psicoanalítica como historiador del arte, pero llevo ahí mucho tiempo, y hay determinados presupuestos de Freud en la teoría sexual y en otros parámetros a los que tengo que recurrir para saber qué está pasando con Picasso. Creo que es posible desde la mirada 'queer' releer a Picasso. Y esto no pone en duda ni su predominante heterosexualidad, ni el hecho de que sus relaciones con las mujeres pudieran tener una clave heteronormativa con tintes misóginos. No creo que Picasso fuera homófobo. Pertenece a la sociedad patriarcal plenamente. Quien se libre de culpa que tire la primera piedra».

Cita el famoso cuadro 'Busto de mujer joven' (1906), el Picasso de Jaime Botín incautado, que se incorporó en 2022 a la colección del Reina Sofía. «Se basa en un retrato etrusco de un hombre con barba. Picasso lo convierte en mujer –explica Carmona–. Hace ya mucho tiempo que William Rubin dijo que la gran inspiración de Picasso para 'Las Señoritas de Aviñon' eran los 'esclavos' de Miguel Ángel. Hay una performatividad, una transición de género. En esa época estaba de moda Sar Péladan, jefe de la Orden Rosacruz, un tipo muy influyente en los ambientes artísticos. Para él, el colmo de la perfección artística era la androginia y Leonardo da Vinci. Picasso se retrata a sí mismo varias veces desnudo cuando era joven, simulando la pose de Sar Péladan. Su 'Arlequín con espejo' es una copia de una 'Venus con espejo' de Bellini. Toma como modelo para autorretratarse a un arlequín narcisista que se mira en un espejo como la vanidosa Venus. En 1927, los cuadernos de dibujo de Picasso están llenos de figuras con genitales masculinos y femeninos al mismo tiempo. Y las famosas mujeres de Picasso corriendo en la playa... Esa monumentalidad es masculina. Entre las esculturas antiguas del Louvre, a Picasso le gustaba el 'Apolo Licio', que tiene una pose femenina, como una Venus, y es citado por Picasso en muchas de sus obras. Creo que es posible la mirada 'queer' sobre Picasso». Pero explica Eugenio Carmona que es profundamente contradictorio: «En un mismo texto hace una afirmación trans y otra homófoba».
Muchos personajes de la época rosa de Picasso, explica Eugenio Carmona, «fueron vistos como de género fluido. Hoy en día no. En mi conferencia los comparo con David Bowie. Es el fundador del glam rock, del gay rock, y es un padre de familia con hijos. En 1906 hay un fenómeno muy peculiar, que es la erotización del cuerpo masculino de los adolescentes por parte de Picasso. Ese año depositó su pulsión escópica tanto en cuerpos masculinos como femeninos».
La cuarta y última conferencia de Eugenio Carmona se titula 'Picasso contra Picasso'. ¿A qué se refiere? «Creo que las narrativas que se han trazado sobre Picasso a veces han querido exaltarlo como artista y como hombre y, sin embargo, han creado una figura que se vuelve contra el propio Picasso y su identidad. Han triunfado narrativas como el Picasso-Balbazul, el Picasso conquistador de mujeres y el Picasso en conflicto continuo con las mujeres que conquista. Creo que Picasso, ya de mayor, se sentía muy cómodo con esta imagen que se daba de él como alguien que había recorrido una vida sentimental compleja y variada».
Advierte Carmona que «se dan interpretaciones de la obra de Picasso que disminuyen la cualidad intelectual y cultural de sus obras, las trasladan al territorio de la anécdota, y esa anécdota suele estar teñida de heteropatriarcalidad y de machismo. Y entonces acabamos interpretando a un Picasso con pistas falsas. Picasso es un tipo que nació en 1881, que hizo del deseo un absoluto, que en su obra quiso representar ese absoluto que era el deseo, que su deseo estaba prioritariamente marcado por lo heterosexual. Tiene, obviamente, una carga heteropatriarcal y misógina propia del momento de la historia y de la cultura en las que nació. Pero quizás no era tanto como se ha planteado, al moverse en un ambiente tan moderno».
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