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Dervla Murphy: el mundo en bicicleta

TERRA IGNOTA

Viajó 8.000 kilómetros en solitario desde Dunkerque a Nueva Delhi, superando peligros y adversidades

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Murphy bautizó a su bicicleta con el nombre de Rocinante ABC
Pedro García Cuartango

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Recorrió 8.000 kilómetros en bicicleta desde la localidad francesa de Dunkerque hasta Nueva Delhi. La irlandesa Dervla Murphy tenía 32 años y soñaba con hacer este viaje desde niña. Salió con 63 libras en el bolsillo, una mochila y un saco de dormir para cruzar el continente europeo en el crudo invierno de 1962 y llegar en verano del año siguiente a las altiplanicies de Afganistán a unas sofocantes temperaturas. Luego se dirigió a la capital de la India, donde permaneció poco tiempo porque, invitada por una hermana del Dalai Lama, se instaló durante cinco meses en el campo de refugiados tibetanos de Dharamsala.

«Mis padres me regalaron al cumplir 10 años una bicicleta de segunda mano. Y mi abuelo me envío al mismo tiempo un atlas usado. Yo nunca había tenido una bicicleta. En ese momento, decidí que algún día iría a la India. Nunca he olvidado el lugar donde se me ocurrió la idea: una colina de Lismore. Pensé que, si seguía practicando el ciclismo, podría llegar a la India dando pedales cuando fuera mayor», relató Murphy.

El viaje de un año fue una prueba de su firmeza de carácter. Llevaba en su equipaje una pequeña pistola que había aprendido a manejar días antes de su aventura. Iba sola y dormía al aire libre cuando no encontraba cobijo. Fue atacada por una manada de lobos en un bosque de Yugoslavia, fue robada por unos bandidos al atravesar Irán, acosada por los insectos y las enfermedades y recibió un disparo en las costillas en Afganistán. Pero también fue acogida por un príncipe urdu en Pakistán y disfrutó de la hospitalidad de las poblaciones por la que pasaba.

Dervla Murphy viajaba en una bicicleta que bautizó con el nombre de 'Rocinante' en homenaje a Don Quijote, personaje con el que identificaba por su espíritu errante. Las peripecias de su aventura quedaron recogidas en su extraordinario libro 'A toda máquina. De Irlanda a la India en bicicleta', que acaba de publicar la editorial Capitán Swing. A lo largo de su vida, escribió más de una veintena de obras.

Murphy bautizó su bicicleta con el nombre de Rocinante

Había nacido en 1931 en Lismore (Irlanda), pero sus padres se trasladaron a Dublín cuando era adolescente. Fue internada en un colegio de ursulinas a los 14 años, ya que su madre estaba incapacitada. A los 17 años, se enamoró de un joven llamado Godfrey, que murió diez años después. No se casaron y Dervla, que tuvo una hija con un editor irlandés, permaneció soltera hasta su muerte en 2022 cuando había cumplido 90 años.

Era una mujer irreverente, que despreciaba las convenciones sociales y tenía un sentido muy arraigado de la independencia. Alta, fuerte y con una voz profunda, su personalidad era incomprendida en un país católico como Irlanda. Al cumplir los 18 años, Dervla comenzó a viajar en bicicleta, a pie y en autobús, a veces sola y en ocasiones con otras amigas, por Inglaterra, Francia, Bélgica y Alemania. Recorrió España en 1954 y 1956, ya que sentía una gran afinidad cultural con nuestro país. En 1966, Murphy hizo su primer viaje a África. Exploró Etiopía en una mula, atravesando zonas en guerra. Tiempo después, voló con Rachel, su hija de 5 años, a la India, lo que la inspiró para escribir un libro de su experiencia en ese país. Justificó que la acompañara su hija con el argumento de que un niño percibe lo que se escapa a los ojos de los adultos. Otro de sus muchos viajes fue a Camerún, cuyos caminos recorrió a caballo.

La aventurera irlandesa colaboró con Save the Children y otras asociaciones humanitarias. Movida por sus inquietudes políticas, fomentó un diálogo entre católicos y anglicanos en Irlanda a finales de la década de los 70. También se implicó en la lucha contra el sida, lo que la llevó a Kenia y Zimbabue en los años 90.

Murphy pasó el último periodo de su vida en Lismore, rodeada de libros y sin televisión, gratificada por la compañía de tres nietas. «Hay poco tiempo y mucho que leer», declaró a la BBC antes de morir. «Fue una mujer comprometida con los mejores valores humanos y la defensa de la diversidad», afirmó Michael Higgins, presidente de Irlanda, al conocer su fallecimiento.

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