Crítica de:
'Territorios', en el CAAC: el que se fue a Sevilla perdió su silla
Colección
'Territorios', en el CAAC, recorre el arte latinoamericano de las últimas décadas en el seno de la colección Jorge M. Pérez
Otros textos de la autora

Por mucho que quisiera, no puedo (no debo) arrancar esta reseña sin rebobinar en los últimos hechos acaecidos en el CAAC, entre otras razones porque contamina (y no debiera) la lectura final sobre esta exposición que se construye con los mimbres (cerca de 2. ... 000 obras) que atesora la Colección de Jorge M. Pérez (argentino, criado en Colombia y residente en Miami desde 1968; en esta ciudad se encuentra la sede y museo que alberga el conjunto).
'Territorios' se titula la selección de cincuenta piezas de arte contemporáneo latinoamericano traída y expuesta actualmente en las salas del Monasterio de la Cartuja e, ironías de la vida y de los títulos, que a veces los carga el diablo, aquí se ha entablado una verdadera lucha territorial entre el director saliente (cesado) de este centro, Juan Antonio Álvarez Reyes, y la directora entrante a golpe de zapateado (como ella sabe), Jimena Blázquez. «El que se fue (o quedó en) a Sevilla perdió su silla», afirma el refrán, y ya se sabe que estos dichos populares, tarde o temprano, terminan llevando la razón nos guste más o menos la realidad que retratan.
El primero, Juan Antonio Álvarez Reyes, más de diez años después de acceder al puesto, le ha sentado como un tiro (lógico) todo el proceso y no se ha quedado callado a la hora de poner los puntos sobre las íes. A la segunda, la coleccionista Jimena Blázquez, le ha llovido por todos lados: por cómo ha llegado (o la han traído) y por cómo ha firmado de su puño y letra exposiciones que ya estaban programadas desde la anterior etapa y a las que, difícilmente, se las puede voltear como una tortilla en tan poco tiempo sin que se rompan los huevos. Ella afirma que no le gustaba el planteamiento que se encontró sobre la mesa en estos 'Territorios' y que le dio varias vueltas hasta llegar a lo que vemos en sala. En su texto curatorial lo justifica todo y, una vez leído, yo le puedo achacar una cierta falta de originalidad o de ambición y de saltar las costuras como debiera si lo que quería era sentar un precedente de rompe y rasga. Tal vez, todo se deba a las prisas, que ya se saben son malas consejeras.



Relatados los hechos y como llevamos años en este país con la palabra 'supuestamente' en la boca a todos horas del día y para no pillarnos los dedos en nada y con nadie, pues, yo me voy a acoger a ella para proseguir hablando estrictamente de esta exposición, de las piezas que la componen, de la lectura que veo en sala y que adolece de lo que se cuenta sobre el papel o los papeles que yo he leído. Sería injusto para la Colección Jorge M. Pérez (y por el esfuerzo que ha supuesto traerla) seguir chapoteando en el barro de las polémicas. A él le ha pillado en medio de la refriega. Vaya por delante que las piezas y los artistas que construyen el discurso son incuestionables pero le falta riesgo a la tesis (se parezca mucho, poco o nada a la original), por mucho que Jimena Blázquez asegure que es lo que ha querido evitar. Todo en el supuesto de lo supuestamente creíble.
Como fallo destacable: la pieza de Doris Salcedo se pierde en medio de un pasillo
El recorrido se compone de distintos capítulos que hacen mención a asuntos más que evidentes dentro del discurso del arte latinoamericano de las últimas décadas (cartografías, identidades, Estados Unidos en el horizonte, la espiritualidad, la memoria política y la violencia...). Y, sin duda, son potentes en esencia y en presencia. Cada uno de ellos está encabezado por un poema o extractos de textos de autores latinoamericanos en un guiño a la transversalidad de la creación. Pablo Neruda reluce en todo lo alto y desde el frontispicio de la muestra: «Latinoamérica, tierra fecunda, /cuna de artistas rebeldes, /donde el verso se libera de grilletes. /donde la imaginación no conoce límites...». Lo siento por Neruda y por sus devotos, pero me suena manido. Pero no quiero ser demasiado negativa porque el conjunto de obras seleccionadas configuran un mapa del arte latinoamericano de primer nivel que conviene conocer y visitar.
- Territorios Colectiva. Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Sevilla. C/ Américo Vespucio, s/n. Comisaria: Jimena Blázquez. Hasta el 1 de septiembre. 3 estrellas
Como fallo destacable: la pieza de Doris Salcedo se pierde en medio de un pasillo. Como acierto evidente: la exposición de Julio Le Parc en la 'capilla de afuera' de La Cartuja
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