CrÍTICA DE:
Rosario de Velasco: el enigma desvelado en el Museo Thyssen
MADRID
Recuperada gracias a una exhaustiva investigación y una exitosa campaña en redes, una muestra en el Museo Thyssen le hace justicia
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!['Las lavanderas', obra de 1934](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/20/Velasco_Lavanderas_0-R0ruiwwwjGlbrYRAkNRS7sK-1200x840@diario_abc.jpg)
Durante décadas, Rosario de Velasco (1904-1991) ha sido recordada por una sola pintura: la espléndida 'Adán y Eva' (1932), con la que logró una medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes y que se conserva en el Museo Reina Sofía. No ... fue un éxito puntual. Aquellos años treinta fueron una época dorada para la autora, presente en varias ediciones de la Bienal de Venecia y en importantes muestras colectivas.
Después de la Guerra Civil, su proximidad a la Falange y a la Sección Femenina parecía augurarle un estatus artístico relevante, asentado en un imaginario pictórico que encajaba a la perfección en la particular vuelta al orden del primer franquismo cultural. Sin embargo, y pese a su amistad con Eugenio D'Ors, uno de los críticos más influyentes de la posguerra, la voz de Velasco se fue silenciando progresivamente.
Inicio incierto
Su redescubrimiento llega ahora con una exposición organizada por el Museo Thyssen y el Museo de Bellas Artes de Valencia. El proyecto tuvo un precario punto de partida: apenas unas pocas obras y escasa información sobre el paradero de gran parte de su producción. Sin embargo, una eficaz campaña de búsqueda en redes y medios logró que numerosos propietarios respondieran a la convocatoria.
Finalmente, se localizaron 254 piezas. Para esta muestra, se han seleccionado treinta pinturas de los años 20 a los 40, junto con una sección dedicada a su ecléctico trabajo como ilustradora. La calidad del conjunto es muy desigual. Sobresale la compleja figuración que elaboró durante la Segunda República, dotada de sutiles conflictos formales, con un peculiar sentido de la corporeidad y enmarcada en la relectura del clasicismo que se difundió por Europa en Entreguerras.
![Imagen principal - De arriba abajo, 'Eva y Adán', obra propiedad del Museo Reina Sofía; 'Carnaval' y 'Retrato del doctor Luis de Velasco' (c. 1934)](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/20/Velasco_Adan_Eva__0-U85315514262YRJ-758x470@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - De arriba abajo, 'Eva y Adán', obra propiedad del Museo Reina Sofía; 'Carnaval' y 'Retrato del doctor Luis de Velasco' (c. 1934)](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/20/Velasco_Carnaval_-U53223342471zGE-464x329@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - De arriba abajo, 'Eva y Adán', obra propiedad del Museo Reina Sofía; 'Carnaval' y 'Retrato del doctor Luis de Velasco' (c. 1934)](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/20/Velasco_Doctor_-U22201355232VSo-278x329@diario_abc.jpg)
Resulta sorprendente lo tardío que ha sido el estudio y reconocimiento de la aportación de Rosario de Velasco. Incluso durante la irrupción de la narrativa historiográfica feminista, cuando se rescató del olvido a otras mujeres de su mismo contexto, su figura no fue tomada en cuenta. Los posibles motivos de esta situación se analizan en el ensayo central del catálogo, escrito por Estrella de Diego, quien argumenta que esta marginación responde a una combinación de factores que van más allá de su condición de mujer.
La escasa participación de Rosario de Velasco en los eventos de Estado más representativos del franquismo se debió, sobre todo, a su estilo figurativo en un mundo que, a partir de los cincuenta, no solo estaba dominado por hombres, sino también por pintores abstractos: sus obras informalistas ofrecían, en los eventos internacionales, una imagen de modernidad del régimen que, aunque falsa, resultaba operativa.
Ya en democracia, sus filiaciones conservadoras y su propuesta figurativa provocaron que su trabajo fuera leído como un claro retroceso respecto a la utopía vanguardista. Esta interpretación fue consolidada por la nueva historiografía académica española, influida tanto por el marxismo como por los cambios epistemológicos del Posestructuralismo. Incluso para las teóricas de género, las figurativas fueron las últimas en ser reconocidas, al ser vistas, según De Diego, «demasiado aquiescentes con la pintura que se esperaba de las mujeres, demasiado dóciles».
![Rosario de Velasco](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/20/Velasco_Nios_-U52641435251kra-366x206@diario_abc.jpg)
Rosario de Velasco
Museo Thyssen. Madrid. Paseo del Prado, 8. Comisarios: Miguel Lusarreta y Toya Viudes de Velasco. Hasta el 15 de septiembre. Tres estrellas
Rosario de Velasco siempre ha estado rodeada por una nebulosa de misterio. En esta cita se desvelan las claves necesarias para entender el auge y olvido de una producción que nunca se ajustó a la idea de vanguardia, pero que tampoco puede ser etiquetada como academicista. Su compromiso fue con la dimensión lírica de lo cotidiano, pero también con la voluntad de erigir su representación como un hecho pictórico y, sobre todo, como una honda reflexión estética.
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