'Mari Chordà… Y muchas otras cosas: un mujeraje': La revisión de la artista en el MACBA está servida

Queda demostrado en las salas que Chordà es mucho más que una artista plástica, ejemplifica lo que podemos denominar hoy comúnmente una 'artivista', una artista/activista que apunta con su actividad y su propia vida hacia un compromiso social con el mundo que la rodea, siempre ligada al territorio y la comunidad en que se sitúa.

Su diálogo con el entorno empieza en su propia tierra, en la Amposta que siempre la acompaña y de la que se siente deudora. Desde la periferia se traslada a la capital, a una Barcelona efervescente y cultural que la hace adaptar su modelo de acción colaborativo a un entorno urbano, ampliando sus redes de acción en una comunidad activa.

En la muestra queda especialmente reflejado este aspecto de la artista y poeta que es Chordà, recogiéndose sus proyectos e iniciativas comunitarias. Desde los Bares/Bibliotecas de Amposta como La Llar, hasta la creación en Barcelona de La Sal como espacio colaborativo y revista, conformando un lugar para las actividades reivindicativas de las mujeres. Todo con una coherencia y apuntando hacia unos objetivos de los que ahora estamos muy acostumbrados, pero de los que fue una pionera en esa Cataluña de los años sesenta, conformando unos colectivos de los que participan otras mujeres destacadas a las que también da espacio la muestra.

De entre las piezas plásticas reunidas, destacan sus autorretratos, dando especial importancia a la visibilidad de partes a la anatomía femenina como reivindicación de sí misma y de todas. Los fluidos, la sensualidad y el cuerpo toman formas inesperadas y a la vez lúdicas. Colores y líneas se ponen al servicio del gozo y el juego libre, sin normas y entrelazándose acertadamente con sus poemarios. De entre el centenar de trabajos se presentan dos inéditos: el mural 'Dissoldre's 2', que se incorpora como donación a la Colección del MACBA, acompañado de unas recreaciones de sus piezas más lúdicas para activar el juego, un componente protagonista de sus piezas que apunta a esa libertad de la que Chordà quiere hacer herramienta para accionar las múltiples posibilidades de su obra.

En la última sala se presenta una Chordà actual, que conecta con la fotografía y el vídeo con el componente básico de su territorio: el agua. Un agua característica y turbia propia de la zona del Delta del Ebro, donde el río se mezcla con el mar. En ese elemento, una mujer desnuda y libre se mueve en una experiencia sencilla, tranquila y plástica pero llena de significados. Esta acción está reflejada en una serie fotográfica que vuelve sobre la sexualidad libre y sin prejuicios, ese cuerpo que materializa la lucha feminista y la visibilización de la mujer de manera precisa y preciosista.

Acompañando esta acción que se muestra como serie fotográfica y vídeo-instalación con el título 'Úter/Ou' se sitúan sus 'espiroquetas', en homenaje a la bióloga Lynn Margulis. Y es que el MACBA pone el foco en Chordà mientras ella propone en su propia trayectoria ese protagonismo tejido de colaboraciones, visibilizaciones y homenajes como autora de su propia trayectoria. Un concepto de la autoría como diálogo y composición coral entre profesionales variadas a la búsqueda de su reivindicación en conjunto como mujeres.

Mari Chordà

'Mari Chordà… Y muchas otras cosas: un mujeraje'. MACBA. Barcelona. Plaza dels Àngels, 1. Comisaria: Teresa Grandas. Hasta el 12 de enero. Cuatro estrellas

De 'Úter/Ou' se desprende también una lectura del territorio, al aludir tanto al agua como a la tierra y a las profesiones artesanales a través de la creación de un espacio de cobijo y cuidado con el 'vímet' (mimbre) propio de la zona del Ebro como material protagonista dentro del que se puede ver y oír el desarrollo de ese cuerpo femenino en el agua, con su danza en libertad por ella misma y por todas.