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Carlos Garaicoa: «El arte activista suele tender a hacer mala política»

arte

El artista cubano inauguró recientemente nuevo estudio en Carabanchel, que es además espacio expositivo. Entramos en él para charlar con él sobre su trayectoria y el papel de la cultura hoy

Garaicoa o la belleza del veneno

Carlos Garaicoa en su estudio en el barrio madrileño de Carabanchel M. Uriz

Miguel Uriz

Madrid

El barrio madrileño de Carabanchel ya no es lo que era. Los bajos de esta zona obrera ya no lo ocupan antiguas imprentas o talleres mecánicos. Ahora galerías, talleres y estudios de arte contemporáneo se distribuyen por todas sus calles. Una gran cantidad de creadores han trasladado a este lugar sus espacios de trabajo, fundamentalmente por el aumento de los precios del alquiler en el centro de Madrid.

En el número 62 de la calle Hermanos del Moral se sitúa el taller en el que trabaja el artista cubano Carlos Garaicoa. Su segundo estudio, después de el de La Habana, y al que llega desde la calle Puebla en pleno centro, ahora sede de la galería El Apartamento. Allí nos recibe para conversar sobre su larga trayectoria artística.

Mientras los asistentes ponen a punto algunas de las nuevas obras que próximamente se podrán ver, el artista comienza a trazar un relato sobre sus inicios en el arte contemporáneo. «Desde pequeño tuve una inclinación hacia el arte, pero no fue hasta los dieciséis años cuando comencé a mostrar mucho interés por este mundo. En aquella época, recuerdo que estaba muy metido, escribiendo mucho, visitando muchos círculos de artistas un poco bohemios en La Habana. Entonces, decidí acercarme a unos talleres amateurs, digamos no profesionales, que se llamaban casas de cultura y, a través de las mismas empecé a canalizar mi interés artístico», relata Garaicoa.

Hablando sobre su carrera, este artista cuenta su opinión sobre la situación política en su país. «Desde hace mucho tiempo he dejado de tener una opinión cándida sobre el régimen cubano. Aunque yo nunca tuve problemas directos con el gobierno, España ha sido un espacio de libertad absoluta para mí: aquí se me acogió con los brazos abiertos. Era un país que me conocía bastante, tenía una relación ya de años cuando me mudé en 2007. Llevaba ya un tiempo trabajando con la galería de Elba Benítez».

Cuando se le pregunta por sus influencias, por cuál ha sido su motor para crear, por qué es lo que le mueve, salen enseguida nombres de muchos escritores. La palabra siempre estuvo presente en la obra de Garaicoa. «Al no tener una formación como artista plástico, tengo una formación intelectual más amplia, quizá más literaria. He hecho una obra muy narrativa y muy cercana a escritores como Borges, Roland Barthes o Italo Calvino. También tengo una gran afición por la música. Mucha gente de mi familia se dedica a la música profesionalmente, siempre he estado rodeado de música. Soy muy melómano», confiesa este artista.

Reflexiones artísticas

La conversación fluye serena, sin prisa. Se nota que Garaicoa es un gran conversador al que le gusta tomarse su tiempo para explicar las cosas. Cuando es interrogado por el arte como activismo político, prefiere extenderse y no ser radical en su posición. «El arte tiene su propio cometido, su propio lenguaje y su propia problemática que resolver. Nunca soy categórico, ni quiero ser radical en mis posiciones, pero sí que pienso que me interesa más resolver cualquier discusión, aunque sea de índole política, desde las problemáticas del arte. Yo creo que el arte activista suele tender a hacer mala política y a ser arte malo. Muchas veces, porque sencillamente no sabe contar lo esencial. Cuando uno ve una obra lo que quiere es disfrutar de una pieza bien resuelta, ya sea una película o una pieza sonora», reflexiona Garaicoa.

Y añade: «Desde la cultura se puede educar. Yo tengo dos hijos, ambos han crecido rodeados de música, y eso se nota. No sé si serán grandes profesionales en la vida, pero su formación es muy abierta. Son sensibles a asuntos que a veces uno no piensa que lo fueran a ser siendo tan jóvenes, y eso es precisamente por su educación», concluye.

«El arte tiene su propio cometido, su propio lenguaje y su propia problemática que resolver»

 

«Yo pienso que la cultura y la creación de espacios para el pensamiento son cada vez más importantes. Evidentemente la manera de acercarnos a ellos es la que pierde fuerza con la popularización de las redes, que nos dan acceso a un maremágnum de textos y de imágenes», afirma cuando conversamos sobre la situación actual de la cultura. «Creo que lo que hay que hacer es educar desde la cultura y desde el arte. Y cuando hablo del arte y la cultura, no hablo de algo histórico o inamovible. Me refiero a formas buenas de entretener. Me refiero al buen cine, a la buena literatura, al teatro».

La entrevista cambia de tercio, y el artista es preguntado por cómo ve la actual escena de artistas que tienen su base en el barrio de Carabanchel, en el que acaba de hacerse un hueco, tras años en el centro de la capital. «Vine aquí por primera vez con Sabrina Amrani, cuando vi su espacio en el barrio, y me encantó Carabanchel. Tiene mucho que ver con el mío de La Habana, me siento como en casa. Estoy realmente fascinado con las posibilidades que da, aparte de la cercanía de la gente, tengo un entorno enorme para trabajar. Además, se está creando un movimiento nuevo en Madrid. Un grupo de artistas y galeristas alrededor de un barrio popular: eso no creo que hubiera sucedido aquí nunca. Este tipo de movimientos siempre ha estado más enraizado en el centro».

Imagen principal - Sobre de estas líneas, el estudio donde trabaja el artista Carlos Garaicoa. Arriba, uno de sus ayudantes con una obra en proceso de creación.
Imagen secundaria 1 - Sobre de estas líneas, el estudio donde trabaja el artista Carlos Garaicoa. Arriba, uno de sus ayudantes con una obra en proceso de creación.
Imagen secundaria 2 - Sobre de estas líneas, el estudio donde trabaja el artista Carlos Garaicoa. Arriba, uno de sus ayudantes con una obra en proceso de creación.
En proceso. Sobre de estas líneas, el estudio donde trabaja el artista Carlos Garaicoa. Arriba, uno de sus ayudantes con una obra en proceso de creación. M. Uriz

Al salir de su estudio, sus operararios continúan trabajando en la próxima exposición que prepara Garaicoa. Podrá verse a partir del 24 de febrero, en Elba Benítez, su galería de siempre en España, y en ella el cubano volverá a sus inicios, recuperando la pintura como forma de expresión artística. Sin embargo, el tema de la ciudad sigue presente como motor creativo en un autor que plantea reflexiones a una sociedad «que vive completamente acelerada y que no deja espacio al pensamiento».

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