El castillo de El Madriguera, el nonagenario bajo sospecha de expolio
La Policía recupera más de un centenar de piezas arqueológicas y otros bienes culturales de procedencia ilícita que un anciano de una pedanía de Murcia adquirió durante más de 70 años y guardaba en cuatro fincas de su propiedad
![El castillo del vizconde de Ros en Balsicas](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2022/10/28/balsicas-RdiVjYcH6TfNRH0TxAC9QEI-1240x768@abc.jpg)
Se asomó a la puerta de su castillo y miró por un momento a ambos lados de la calle. Sus ojos observaban con astucia. De no haber estado su hija junto a él, tal vez este anciano menudo, de tez curtida por el sol, habría ... hablado del día en que la Policía Nacional se presentó en el pueblo, intervino en cuatro de sus fincas y se llevó más de un centenar de piezas arqueológicas y otros bienes culturales por ser, según el comunicado policial, de procedencia ilícita. «Dice por ahí que si hubiera tenido 20 años menos, no hubiera entrado ni un solo policía en su casa. Bueno es él» cuentan en Balsicas.
En esta pedanía murciana de Torre Pacheco, de unos 3.000 habitantes, todos alertan sobre el fuerte temperamento de J.M.P., a quien conocen como 'el Madriguera' aunque hayan olvidado ya el porqué de su apodo. «Aquí todos tenemos alguno», comentan. A sus casi 90 años, los vecinos aseguran que se mueve de aquí para allá como una liebre. No para ni a jugar una partida en el club de mayores del que es socio.
Una cadena con candado en la verja del castillo del Vizconde de Ros indicaba a las cinco de la tarde que, efectivamente, su dueño había salido. El nonagenario compró hace unos años este palacete del siglo XIX a los descendientes del militar Antonio Ros de Olano y lo rehabilitó.
Que J.M.P. tenía antigüedades en él no era ningún secreto. Le gustaba enseñarlo a quienes se asomaban a sus puertas. Aún en Tripadvisor se puede encontrar un largo comentario de un visitante ocasional. También se podían concertar visitas guiadas a través de un blog y durante mucho tiempo el anciano acarició la idea de abrir un museo en esta antigua hacienda almenada.
El dron delator
Fue precisamente un particular que visitó el castillo quien puso sobre la pista a José Enrique Carrera, inspector jefe del grupo de Patrimonio Histórico de Murcia, extrañado al ver en el patio restos arqueológicos. Así se inició la 'operación Madriguera' que ha llevado a la recuperación de entre 100 y 150 piezas de sospechoso origen y a que J.M.P. fuera detenido y se encuentre ahora en libertad con cargos, por su presunta participación en un delito contra el patrimonio histórico.
La Policía investigó durante meses al anciano y utilizando un dron del servicio de medios aéreos comprobó que en los espacios abiertos de sus fincas había efectivamente objetos que parecían sacados de yacimientos arqueológicos. Ante la posibilidad de que las piezas fueran vendidas por sus sucesores a compradores extranjeros en caso de fallecimiento, se decidió intervenir.
Expertos en Historia, Bibliografía y Escultura enviados por la Consejería de Cultura de la Región de Murcia acompañaron a los agentes en la inspección y seleccionaron los objetos que fueron incautados.
Los policías, que tuvieron la precaución de acudir acompañados de una ambulancia dada la avanzada edad del acusado, se llevaron dos cañones de galeones del siglo XVII, una basa de columna romana del Cerro de la Almagra de Mula, unas vagonetas de la Sierra Minera de la Unión declaradas bienes de interés cultural que sospechan que pudieron ser robadas, unas anclas de alto valor histórico de origen romano de plomo y plata, ánforas también romanas, así como bombas de la Guerra Civil, pilas bautismales y numerosas obras de imaginería religiosa. «Tenía en su casa una buena colección de imágenes. Una parte no era de calidad, pero otra que nos hemos llevado era muy buena», apuntan las mismas fuentes.
Entre las piezas incautadas también figuran una armadura, una caja de más de medio centenar de monedas medievales y romanas, un par de escopetas del siglo XIX o dos noráis del puerto de Melilla, que a saber por qué vías llegaron hasta esta pedanía murciana.
La Policía sospecha que los objetos proceden de expolios en iglesias y yacimientos arqueológicos terrestres y subacuáticos que el hombre habría ido recibiendo y adquiriendo a lo largo de los últimos 70 años. En toda una vida. Según fuentes de la investigación, no poseía facturas ni documentación sobre la procedencia de las piezas. «A este hombre le venía mucha gente a ofrecer cosas y luego él comerciaba. No tenía conciencia de estar haciendo nada mal», relata el jefe de la sección de Patrimonio Histórico. En internet aparece en una guía en el apartado de 'Restauración de obras de arte y Antigüedades', aunque no se dio de alta como anticuario.
«Sus» normas
El Madriguera «es un superviviente», «una persona hecha a sí misma» según le describe el inspector Carrera, que no ve que se ajuste al perfil de otros delincuentes que le ha tocado detener en su larga carrera policial aunque está convencido de que «ha delinquido».
Nacido en 1933 en Avileses, una cercana pedanía murciana, fue un niño de la posguerra que salió adelante en una población pequeña como Balsicas, muy apartada de la ciudad de Murcia. Nunca fue a la escuela, ni aprendió a leer o a escribir, «pero sí a firmar», añade con intención el policía.
Trabajó como agricultor y montó una empresa de derribos que le fue bien económicamente. Así fue comprando terrenos que después vendió y a través de los derribos llegaron a sus manos todo tipo de objetos abandonados en las casas que iba a demoler. Bienes con los que «trapicheaba», a juicio de la Policía. «Uno no llega a tener las propiedades que tiene este hombre solo con una empresa de derribos», sostienen.
Reacio a acatar normas de otros, él era quien decidía si lo que hacía estaba bien o mal. Así se lo dejó ver a los agentes durante los registros, cuando les dijo que no reconocía la autoridad de las fuerzas del orden. Tampoco conocía la Ley de Patrimonio de 1985 ni la obligación de informar sobre las piezas que al parecer encontraba en el campo o entre los tabiques de las casas que echaba abajo. Al menos eso aseguró a los policías, aunque citado días después en comisaría con su abogado, se negó a declarar.
ABC quiso contrastar todos estos extremos el pasado 24 de octubre con el propio 'don José', como también le llaman en Balsicas. En el palacete que Isabel II concedió al vizconde de Ros por los servicios militares prestados no se veía un alma. Tampoco en una casa cercana también de su propiedad, rodeada de cámaras de vigilancia, donde según fuentes policiales se incautaron las obras de mayor valor.
Al poco una de las hijas se acercó disgustada para comunicarnos que la familia no desea hacer ninguna declaración por el momento. Ni siquiera para decir que J.M.P. solo es un «coleccionista» que llegó a «endeudarse» para comprar «bienes que creía que tenía que mantener y proteger» y que la investigación policial es «un sinsentido», como habíamos oído a otro familiar.
Abandonábamos Balsicas cuando el anciano, que había regresado ya al castillo, se acercó con curiosidad a la entrada. Si su hija no lo hubiera impedido, tal vez no le habría importado compartir su historia. Según quienes le conocen, no cree tener de qué arrepentirse.
Más de 200.000 obras recuperadas
El juzgado número 6 de San Javier lleva la investigación, que aún sigue abierta. Los expertos estudian las piezas incautadas para tratar de averiguar su antigüedad y procedencia. En los últimos años, solo en Murcia el Museo Arqueológico y otros centros museísticos de la Región han incorporado más de 200.000 piezas arqueológicas y artísticas que habían sido atesoradas ilegalmente por redes organizadas y por particulares, como este vecino de Balsicas.
En un esfuerzo por concienciar a la ciudadanía, el Arqueológico murciano organizó recientemente una exposición titulada 'Luchando contra el expolio', en la que se recordó la legislación y se difundió un decálogo para salvar el patrimonio. «Si en tus paseos encuentras algún vestigio arqueológico da cuenta lo antes posible a las autoridades competentes», «si tienes objetos arqueológicos, desde hace años en tu domicilio, deposítalos en el museo más cercano» y «no compres objetos arqueológicos, la mayoría de los casos proceden de expolios en yacimientos» fueron algunos de los mensajes que se remarcaron. A la vista está que hay que seguir insistiendo.
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