La Biblioteca Nacional de España, otra vez inundada por las lluvias: «Parecía un diluvio»
El agua ha llegado a los depósitos de libros y se han dañado alrededor de un centenar de libros, todos del fondo moderno
La Biblioteca Nacional, otra vez anegada por la lluvia: «Esto jamás lo había visto»

El fuerte aguacero que cayó el miércoles en Madrid ha provocado, otra vez, importantes goteras en la Biblioteca Nacional de España (BNE), en la sede de Recoletos, concretamente. Tal y como ha podido saber ABC, el agua empezó a caer el miércoles por la mañana ... en la planta 12 del depósito general, la más alta del edificio. Con el paso de las horas el agua se filtró hasta la planta 10. Aunque no hay un recuento oficial, se estima que se han podido dañar entre cincuenta y cien libros.
Óscar Arroyo, director de la BNE, asegura al otro lado del teléfono que todos los ejemplares afectados son del fondo moderno y que se podrán salvar sin problema. «De todo lo que puede pasar climatológicamente, los daños del agua son casi lo de menos. El agua hay veces que no es un elemento que destruya, consolida las fibras. [...] Hemos retirado los libros de esa parte del depósito y ahora están bajo el cuidado del departamento de conservación», afirma.
«A las siete de la mañana empezó a caer el agua en el depósito de la planta 12. Luego fue lloviendo más y a las nueve aquello ya parecía un diluvio –relata Jesús Rodríguez, portavoz de UGT de la BNE–. Tuvimos que vaciar las estanterías lo más rápido posible. Entramos con paraguas y chubasqueros», relata Rodríguez. El agua se fue acumulando hasta formar una piscina. Las imágenes muestran cómo el agua anegó la signatura 1, en la planta 12. «Cuando paró de llover, pudimos vaciar la sala».
Aunque ambos insisten en que lo que se ha visto afectado es del fondo moderno, otras fuentes internas recuerdan que en la planta 11 se preservan importantes fondos, especialmente hispanoamericanos, de considerable valor.
El problema viene de lejos, y aunque parecía ya solucionado las goteras no dejan de reaparecer. En diciembre de 2023, el Ministerio de Cultura aprobó unas obras de emergencia por valor de casi dos millones de euros para reparar la impermeabilización de las cubiertas de la Biblioteca Nacional, entre otras cosas. Las intervenciones empezaron en enero, justo cuatro meses después de que la por entonces directora de la institución, Ana Santos, lo solicitase. «La no intervención inmediata supone un grave riesgo de pérdida del patrimonio bibliográfico e inmobiliario de la institución», se advertía en uno de los informes que acompañaban a dicha petición. También se alertaba de «posibles nuevos riesgos ante futuros pero cada vez más frecuentes, fenómenos climatológicos excepcionales». De hecho, fue con la DANA de septiembre de 2023 cuando se activaron todas las alertas. Entonces se dañaron alrededor de mil documentos del Departamento de Música y Audiovisuales debido a las goteras que hubo en ocho dependencias distintas de las dos sedes de la BNE (Recoletos y Alcalá de Henares).
Pero si las obras empezaron hace meses, ¿qué ha ocurrido ahora? «Los operarios que estaban trabajando en la BNE se dejaron una canalización sin proteger, y esa es la que ha filtrado por encima del depósito toda esa bañera de agua. Este problema, además, se ha unido a que había un tapón en el sumidero... El agua buscó su propia salida», afirma Rodríguez, de UGT. Y añade: «No sé si fue una negligencia por parte de la empresa de la obra. Estamos esperando que nos den una explicación desde la gerencia de la Biblioteca».
El director Óscar Arroyo confirma que el agua se filtró por las bajantes que estaban arreglando en esos momentos: «El lunes y el martes abrieron ahí. El miércoles llovió y el agua entró». El miércoles por la tarde empezaron a solucionar el problema. Se tapó parte de la cubierta y, además, se condenó esa bajante por la que había entrado el agua. «Ha vuelto a llover y el agua no ha entrado», apunta Arroyo. ¿Y no es una negligencia por parte de la empresa que realiza las obras? «Pediremos responsabilidades, evidentemente», confirma.
«Llevamos años detrás de este asunto. Ha tenido que pasar esto para que se actúe», insiste Jesús Rodríguez. Tampoco es la primera vez que ocurre un problema con estas obras. En agosto, Jaime G. Mora informaba en estas páginas de que se había inundado la sala de lectura María Moliner. Entonces, la lluvia afectó a los ejemplares que se custodiaban allí. «Aquello también fue un error de la empresa, porque quitaron el sellado de la cubierta y llovió», recuerda Rodríguez.
«Lo de agosto fue peor, efectivamente –reconoce Arroyo–. La empresa retiró las juntas y llovió, pero ya está arreglado. De hecho, esta vez no ha entrado el agua por ahí».
Otra de las salas donde todavía hay goteras es la del pulidero, que es donde se cataloga gran parte de la colección de la BNE. Rodríguez asegura que aún no saben cuál es el origen de esa gotera. «Sí que lo sabemos, hay que cambiar la bajante entera. Pero ahí no han intervenido todavía», asevera Arroyo. ¿Lo van a hacer en esta intervención? «Por supuesto». ¿Y cuándo terminarán las obras? «En teoría acaban el mes que viene. Ya está casi todo arreglado».
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