La Biblioteca Nacional, otra vez anegada por la lluvia: «Esto jamás lo había visto»

En concreto, según relata Rodríguez, las lluvias de este viernes han inundado el depósito de música, que es una zona que ya ha sufrido goteras en ocasiones anteriores y los trabajadores de la BNE tienen plásticos preparados para actuar: «Esto ha evitado que hubiera destrozos en el material», dice el portavoz de UGT de la BNE. El problema es que en esta ocasión el agua ha llegado también a la sala de lectura de la sede de Recoletos, donde los usuarios pueden consultar libros y documentos de los fondos de la biblioteca.

Otras zonas que en anteriores ocasiones sufrieron goteras hoy se han salvado. «El depósito norte, que antes se calaba, ahora no se ha calado». Lo mismo ha ocurrido en la zona de restauración, que se ubica frente al depósito de música: «Ahí ha habido problemas de goteras por las lluvias y hoy estaba totalmente seco», cuenta Rodríguez, de UGT. «No sabemos en qué estado están las obras para que haya ocurrido esto».

Fue en enero cuando la BNE comenzó las obras para arreglar los desperfectos que desde hace tiempo provocan estos incidentes cuando llueve con fuerza. La última gran crisis se vivió en la DANA de septiembre de 2023: alrededor de mil documentos del Departamento de Música y Audiovisuales se mojaron debido a las goteras que hubo en ocho dependencias distintas de las dos sedes de Recoletos y Alcalá de Henares.

Todos los documentos afectados pudieron ser recuperados, pero la gravedad de las goteras llevó a la dirección, cuando la máxima responsable era todavía Ana Santos, a pedir al Ministerio de Cultura obras de emergencia. «La no intervención inmediata supone un grave riesgo de pérdida del patrimonio bibliográfico e inmobiliario de la institución», se advertía en uno de los informes que acompañaban a dicha petición, y se alertaba de «posibles nuevos riesgos ante futuros pero cada vez más frecuentes, fenómenos climatológicos excepcionales».

Pese a esta situación, el Ministerio de Cultura tardó casi cuatro meses en poner en marcha las obras solicitadas. En diciembre el Consejo de Ministros aprobó la declaración de emergencia para «reparar la impermeabilización de las cubiertas y otros elementos constructivos» en las dos sedes de la BNE por un importe de 1,9 millones, y en enero dieron comienzo estos trabajos.

Esta situación, desvelada por ABC en varias informaciones, llevó a PP y Vox a exigir explicaciones al departamento que dirige Ernest Urtasun. El ministerio siempre ha defendido que las goteras y los daños estructurales han sido provocados únicamente por la situación excepcional de la DANA –algo que desmienten las fuentes de la BNE consultadas, que hablan de daños estructurales, y el propio informe de la declaración de emergencia– y que los daños patrimoniales sufridos han sido mínimos.

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Jaime G. Mora

En una respuesta parlamentaria registrada a principios de junio, Cultura aclaraba que las obras que se están ejecutando pretenden cubrir «las necesidades que se han venido demostrando desde la última gran reforma a comienzos de la década de 1990». Y aseguraba: «En todo caso, la integridad de los fondos que alberga está asegurada». «El edificio de la BNE –garantiza Cultura– no padece de graves problemas estructurales, sino que los problemas detectados en las obras que estamos realizando están todos relacionados con atascos en bajantes y en la red de saneamiento y pérdida de sellado en sus lucernarios».