La llegada de José Miguel G. Cortés a la dirección del IVAM ha levantado muchas expectativas. Sobre él recae la responsabilidad de aupar a un museo sumido en el descrédito, y de hacerlo con un presupuesto en mínimos históricos (5,5 millones en 2014). Este profesor universitario y crítico de arte quiere dejar atrás el pasado y dotar al IVAM de una personalidad propia. Por eso sus primeras medidas han sido despedir al equipo directivo de Consuelo Ciscar y anunciar que el arte del entorno mediterráneo será uno de los factores distintivos.

–¿Le dan vértigo las expectativas que han depositado en usted?

–La gente tiene ilusión por el cambio, y la energía y el esfuerzo para lograrlo va a ser total. Pero hay que pedir paciencia. Consolidar un museo es un proyecto a largo plazo. Que nadie espere un cambio radical en seis meses.

–¿Cree que haber dirigido el EACC, un museo que no contaba con un gran presupuesto [empezó con 1, 8 millones de euros], no tenía colección propia y operaba desde la periferia, supone una ventaja para conducir el IVAM en estos difíciles momentos?

–Para empezar, todos somos periféricos. Valencia es periferia de Madrid y Castellón lo es de Valencia. Por eso creo que hay que contar con todas las minorías. En cuanto al dinero… es fundamental, no nos engañemos. Pero con mucho dinero es muy fácil hacer cualquier cosa. Lo necesitamos y lo vamos a pedir a la Generalitat y al Ministerio, pero lo fundamental es tener ideas.

–¿Decidió postularse inmediatamente al concurso o cuando conoció quiénes formaban el comité de selección?

–Yo no había pensado en dirigir el IVAM hasta que se anunció el concurso público. Al principio me desincentivaban los aspectos administrativos que implicaba la convocatoria. Lo que me interesa es el debate de ideas, no la burocracia. Lo decidí cuando vi que el jurado me merecía respeto.

–¿Cómo ha vivido la evolución del museo durante los últimos años?

–Por una parte me resultaba ajena porque no me sentía representado, pero al mismo tiempo estaba muy preocupado, porque el IVAM es de todos. También querría que funcionasen fantásticamente bien el Palau de les Arts o el San Pío V. Espero que podamos trabajar entre todos para que Valencia se convierta en un foco de cultura.

–Una de las primeras medidas que ha adoptado es pedir al nuevo administrador del IVAM un informe de la situación económica del museo. Joan Llinares fue precisamente el director ejecutivo encargado de reconducir las cuentas del Palau de la Música de Barcelona tras el desfalco de Millet ¿Espera sorpresas?

–He hecho lo que hace todo el mundo al llegar a una institución. Es como cuando te compras un piso pero antes quieres conocer sus cargas. Yo no desconfío de nadie, solo quiero conocer la situación porque quiero hacerme responsable de lo que ocurra a partir de septiembre de 2014, pero de nada de lo anterior.

–Su plan estratégico se basa en que haya menos exposiciones temporales pero más trabajadas, y en dedicar dos de las ocho salas del museo a exhibir de forma permanente la colección propia ¿Qué discurso interno se dará a esta selección de obras?

–Estamos aún trabajando en ello, pero me comprometo a anunciarlo a principios de enero. Sí sé que no vamos a presentarla nunca más como hasta ahora: “El dibujo en la colección del IVAM”, “La fotografía en la colección del IVAM”…, ese tipo de exposiciones es del siglo XX como mínimo. Será cronológico y transversal. No vamos a hablar de generalidades, sino de ideas y planteamientos. Me interesa reflejar cuáles son los elementos biográficos, sociales, políticos e ideológicos que llevan a una persona a crear una escultura de diez metros y a otra un dibujo de veinte centímetros. Sin ellos el público no puede entender por qué el pop art americano era tan diferente al pop de Equipo Crónica, por ejemplo.

–¿Va a trabajar con absoluta libertad?

–Durante más de veinte años he demostrado mi independencia de criterio. Tengo la promesa de la consejera de Cultura de que no van a haber injerencias y no tengo ninguna razón para dudar de ello.

–¿Le han ofendido las críticas de quienes le han tildado como pupilo de Consuelo Ciscar, porque fue ella quien le designó como director de EACC?

–Detesto a la gente que lo soluciona todo en la barra de un bar sin tener ni idea de lo que habla. La realidad es compleja y siempre hay matices. Me refiero a eso que Raimon decía de que no existe el verde, sino todos los colores del verde.

–Según las cifras publicadas por el IVAM (pero no auditadas externamente), en 2013 visitaron el museo 1.156.280 personas, poco menos de la mitad que el museo del Prado. La cifra es poco creíble..

–Yo y mi equipo vamos a llevar una política de transparencia en todos los sentidos y, cómo no, también en este. Mi intención es ofrecer una cifra de visitantes acorde con la venta de entradas. En cualquier caso, no soy muy amigo de los ránkings.