Raúl Torres, cofundador de PLD Space: «Vamos a construir un nuevo cohete en dos años: un Miura 1 a lo bestia»
El nuevo lanzador de la compañía española PLD Space partirá al espacio en 2026 con al menos cinco satélites, alguno de ellos nacional
El Miura 1 hace historia y se convierte en el primer cohete 'made in Spain' en surcar los cielos
Habla con el mismo ímpetu que sin duda le ha hecho falta para sacar adelante uno de los proyectos más alucinantes que se hayan llevado a cabo en los últimos años en España: fabricar un cohete desde cero y lanzarlo. Lo consiguió hace un par ... de semanas, cuando el Miura 1 salía disparado de las instalaciones de lanzamiento de El Arenosillo (Huelva). El vehículo alcanzó los 50 km de altura para después precipitarse en el Atlántico, donde se hundió de una sola pieza y no pudo ser recuperado. Como el cohete, Raúl Torres, el treintañero cofundador, CEO y director de lanzamiento de PLD Space, es rápido, directo en su conversación y parece impulsado a su objetivo. Pero le duelen las críticas. Cuando le dicen que el Miura, que está construido con el objetivo de ser reutilizable, no se recuperó o voló muy bajo parece llevarse las manos a la cabeza mentalmente. «Es que ha sido un éxito, hemos hecho otras 99 cosas bien», dice. El objetivo final es sacar adelante el impresionante Miura 5, la opción comercial de la compañía, una bestia de dos etapas y 70 toneladas frente a la cual el actual prototipo, de dos y media, parece un juguete.
—Dice que aún no asume que el Miura 1 cruzara el cielo.
—Cuando te preparas para que todo pueda salir mal, es difícil alegrarse. Hemos estado descolocados muchos días, viendo los vídeos (del lanzamiento) decenas de veces. Nos decíamos: «Es real». Una sensación que nunca había vivido. El cohete estaba mejor diseñado de lo que imaginábamos.
—Pero les han criticado por la escasa altitud a la que llegó y, sobre todo, porque no fue recuperado.
—Es injusto. No era el objetivo llegar más alto. Cuando estábamos encerrados en el centro de control tomamos la decisión de cambiar la trayectoria por una más horizontal y alcanzar los 50 km (en vez de los 80 que se anunciaron) a causa del viento. A 80 km, si se producía un fallo y el cohete explotaba, se habría generado un peligroso entorno de fragmentos que habrían alcanzado la plataforma o la playa. Priorizamos la seguridad. Y no recuperamos el cohete, pero es que era un objetivo secundario. El 99,9% de todos lo cohetes que ha lanzado Europa han sido desechables. Y de todos solo se ha recuperado un trozo en un lanzamiento, para un estudio científico.
—¿Qué es lo que os ha dado más quebraderos de cabeza?
—El desconocimiento de la parte de vuelo, la dinámica, si el cohete haría lo que debía hacer. Y lo hizo.
—¿Cuál es ahora el siguiente paso?
—Estamos terminando de integrar el Miura 'number 2', pero aún no sabemos si se lanzará o no. Si se hace, será a principios del próximo año desde Huelva, quizás con otra trayectoria. Esa es la parte más compleja, porque una de las mayores dificultades que hemos tenido durante la fase de vuelo ha sido que las aletas del cohete generan mucha perturbación al sistema de control. Pero es posible que no hagamos ese lanzamiento, porque no nos va a dar mucha información nueva. Nuestro objetivo máximo es Miura 5, en el que ya tenemos a todo el equipo trabajando. En dos años tiene que estar listo. Va a ser un esfuerzo titánico, pero podemos hacerlo.
—¿Cómo va a ser el Miura 5?
—Mucho más grande, brutal. En vertical, Miura 1 mide como un edificio de tres plantas. Miura 5, como uno de once. Pero desde el punto de vista técnico no es mucho más sofisticado; es un Miura 1 a lo bestia. Por tanto, las dinámicas, el funcionamiento, la programación, la forma de controlarlo, de encenderlo, de hacerlo volar... es igual. Desarrollarlo nos costará 100 millones de euros.
—¿Para cuándo el primer vuelo?
—En diciembre de 2025 mandaremos el cohete a Kourou, en la Guayana Francesa, y en el primer cuarto de 2026 estará listo para lanzar. El primer vuelo llegará a 500 km en órbita polar. El lanzamiento costará 9 millones de euros. Para que se haga una idea, el de Ariane 5 cuesta 176, el de Vega (ambos lanzadores europeos) en torno a 40.
—Incluso tiene su propia plataforma en Kourou.
—Sí, al lado de la de Ariane 5. El Miura 5 se integrará en horizontal en un hangar y una carretera en línea recta 2 kilómetros lo llevará hasta la plataforma de lanzamiento. Va a estar todo construido a final del 2025. Ha costado algo más de 15 millones de euros.
—¿Tienen ya clientes para ese primer vuelo?
—No puedo avanzar mucho, pero ya tenemos más de cinco satélites educacionales y comerciales a bordo. Nuestros clientes son eminentemente europeos y también hay alguno español. Pero en total, con los clientes actuales podríamos cubrir ya los primeros quince lanzamientos de Miura 5.
—¿Cómo cree que serán los cohetes del futuro?
—Todos reutilizables. Tienen una gran cantidad de ventajas: supone una reducción de hasta el 40% del precio frente a lo que supondría lanzarlo de nuevo; ya ha volado y lo conoces; y reduce mucho los tiempos desde que el cliente te contacta hasta que puede volar. Pero es cierto que hacerlo y que te salga bien es muy difícil. Esperamos que los primeros cohetes se nos sigan rompiendo cuando caigan. SpaceX lo logró a la decimoquinta y con dinero, por decirlo de alguna forma, ilimitado.
—¿Habrá más actores espaciales?
—No, quizás incluso menos. Es un negocio con una barrera de entrada tan gigante que incluso teniendo todo el dinero no eres capaz de llegar. Hace falta tener acierto técnico. Por ejemplo, el dueño de Amazon fundó Blue Origin un año antes que Elon Mask fundase SpaceX. Los dos son multimillonarios, tienen más dinero que muchos países, y sin embargo SpaceX ha conseguido todos sus objetivos y Blue Origin casi ninguno. Vemos a muchos competidores que levantan rondas de inversión mayores que nosotros y todavía no han hecho nada.
—¿Cómo valora la creación de la Agencia Espacial Española?
-Es clave, porque va a aglutinar el desarrollo tecnológico de todo el país desde el punto de vista empresarial y científico. Y el día de mañana será un actor relevante como cliente.
—A su socio, Raúl Verdú, y a usted les llaman los Elon Musk de Elche, donde estudiaron.
—Musk es mi inspiración. Todo el mundo se reía de él al principio, nadie se lo creía y ha cambiado el paradigma de la industria espacial a nivel mundial. No tenemos su capacidad financiera, pero la historia de SpaceX y la nuestra se parecen. Ellos también empezaron con un cohete pequeño pero la NASA confió en ellos.
—¿Confía en que la ESA haga lo mismo con ustedes?
-Sí, de hecho ese es un objetivo. Ahora nos ve como un proveedor de servicio de lanzamiento, cosa que hace años no era así.
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—¿Animaría a otros emprendedores?
—No hay muchos con nuestra trayectoria, pero hemos sufrido que da para un libro. Nadie habría apostado que esto iba a hacerse real.
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