Cáncer, envejecimiento prematuro e incluso disfunción eréctil: las contraindicaciones de viajar al espacio
En los últimos años proliferan los estudios que indican que la gravedad cero y la radiación de más allá de las fronteras terrestres influyen en la salud de las personas
Los astronautas pueden sufrir disfunción eréctil tras viajar al espacio
![El astronauta Scott Kelly durante su estancia en la ISS](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/ciencia/2023/11/24/m16-014-RSf9ubxIBHaI7MZPVf0MRiP-1200x840@abc.jpg)
La Luna no es un lugar agradable para pasar unas vacaciones: no tiene atmósfera, por lo que es necesario llevar un traje especial que limite la radiación solar que cae a plomo sobre el regolito; eso sí, la estancia sería muy tranquila, ya que ... no hay ni viento ni sonido; además, las temperaturas varían desde los 120 grados de día a más de 200 por debajo de cero en algunos lugares a los que nunca llega la luz del Sol. En Marte no se vive mejor: este desierto helado sí tiene atmósfera, pero muy tenue y compuesta básicamente por dióxido de carbono, nitrógeno y argón, con algo de oxígeno, agua y metano, nada respirable por los seres vivos que moran la Tierra.
Una estancia en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) mejora algo las cosas: dentro de este laboratorio espacial no es necesario llevar traje espacial y se puede respirar con normalidad. Sin embargo, la ingravidez atrofia músculos y huesos, además de que la radiación se sigue 'colando' en las instalaciones: aunque los blindajes de la infraestructura y el campo magnético de la Tierra amortiguan el impacto, un astronauta recibe allí en una semana la dosis que recibiría en nuestro planeta en todo un año. Todo ello provoca que las personas que viajan al espacio tengan más riesgo de padecer cáncer, enfermedades cardiacas o envejecimiento prematuro, entre otras patologías.
Ahora, un estudio publicado en la revista 'The FASEB Journal' ha encontrado un nuevo inconveniente de estos viajes: los hombres, tras una estancia en el espacio, podrían sufrir disfunción eréctil durante un tiempo prolongado. La investigación se ha hecho en base a experimentos con ratones, donde se ha visto que la ingravidez y los rayos cósmicos aumentaron el estrés oxidativo, lo que a su vez afectó al funcionamiento de la arteria que suministra sangre al pene y al tejido eréctil. Incluso un año después se notaban los daños.
«Con las misiones tripuladas al espacio previstas para los próximos años, este trabajo indica que la salud sexual de los astronautas debería vigilarse de cerca a su regreso a la Tierra», explicaba en un comunicado Justin D. La Favor, investigador de la Universidad Estatal de Florida (EE.UU.) y autor principal del estudio. «Aunque los efectos negativos de la radiación cósmica fueron duraderos, las mejoras funcionales inducidas al atacar de forma aguda las vías redox y del óxido nítrico en los tejidos sugieren que la disfunción eréctil puede ser tratable», asegura. Es decir, que la disfunción eréctil en los astronautas, si se trata, puede ser revertida.
Daños irreparables
Pero no todos los daños espaciales pueden ser atajados de forma tan sencilla. Investigadores de la Universidad de Florida publicaban hace apenas unos meses un estudio en la revista 'Scientific Reports' en el que analizaron los escáneres cerebrales de 30 astronautas antes y después de sus viajes espaciales.
Los resultados revelaron que los ventrículos del cerebro, unos órganos en los que se crea y almacena líquido cefalorraquídeo (que rodea el cerebro y la médula espinal, acolchándolos y protegiéndolos de traumatismos), además de ser los responsables de eliminar los desechos y entregar nutrientes a nuestra mente, se expandían «de forma significativa» en aquellas personas que completaron misiones más largas de seis meses. Además, estos cambios no se recuperaban por completo hasta pasados los tres años, por lo que los autores señalan que los viajes repetidos podrían significar cambios irreversibles en el cerebro de los astronautas.
Unos meses antes, otra investigación publicada en 'Nature Communications Biology' revelaba que los astronautas corren más riesgo de desarrollar mutaciones en el ADN que los hacen más propensos a desarrollar enfermedades cardíacas y a padecer cáncer. A estas conclusiones se llegaron tras analizar muestras de sangre de 14 personas que viajaron en el programa de transbordadores espaciales entre 1998 y 2001.
«Los astronautas trabajan en un entorno extremo en el que muchos factores pueden dar lugar a mutaciones somáticas, sobre todo la radiación espacial, lo que significa que existe el riesgo de que estas mutaciones se conviertan en hematopoyesis clonal», indicó por su parte David Goukassian, de la Escuela Icahn de Medicina de Mount Sinai, y autor principal del estudio.
Los gemelos espaciales
Uno de los experimentos más completos y también más llamativos es el conocido como 'Estudio de los gemelos', publicado en 2019 en la revista 'Science', en el que participaron los hermanos Scott y Mark Kelly, ambos astronautas.
Scott Kelly permaneció durante un año en la ISS. A su vuelta, se le hizo un completo análisis fisiológico y se comparó con otro similar al de su gemelo. Lo más sorprendente de los resultados fue que los telómeros de Scott, las 'tapas' protectoras en los extremos de los cromosomas y un importante biomarcador del envejecimiento, se alargaron tras su estancia (una señal de rejuvenecimiento), aunque luego volvieron a acortarse incluso más que antes. También se observaron cambios en la microbiota intestinal del astronauta, así como cambios en la agudeza visual.
«La expresión génica cambió dramáticamente», explicó en aquel entonces Christopher Mason, profesor de fisiología y biofísica en Weill Cornell Medicine y uno de los autores del estudio. «En los últimos seis meses de la misión, hubo seis veces más cambios en la expresión genética que en la primera mitad». Si bien muchos de las variaciones se revirtieron después de que Scott regresara a la Tierra, el 7% persistieron después de seis meses en la Tierra, incluidos déficits cognitivos, daños en el ADN y algunos cambios en la activación de las células T.
MÁS INFORMACIÓN
Y la lista de estudios sobre cómo afecta el espacio al cuerpo humano no hace sino aumentar. No es casualidad: esta década veremos cómo las nuevas generaciones de astronautas vuelven a la Luna, preparándose para la siguiente y la primera visita a Marte. La exploración espacial humana se expande.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete