Trabajo de mujeres y trabajo de hombres: la diferencia empezó en el Neolítico
La división sexual de las tareas ya existía hace 7.000 años, según el estudio de las herramientas halladas en 600 tumbas del centro de Europa
![Agricultores del Neolítico](https://s2.abcstatics.com/media/ciencia/2021/04/13/261399-kjdH--1248x698@abc.jpg)
La incorporación de la mujer al mercado laboral en lo que tradicionalmente se han considerado trabajos masculinos es sin duda alguna un logro. Y un logro reciente. No ha sido hasta las últimas décadas que, en los países occidentales, ellas han podido optar a puestos ... o sectores que antes les estaban vetados. No es extraño que haya costado tanto, ya que la división sexual del trabajo es prácticamente tan antigua como la agricultura. Un equipo de investigadoras de diversas universidades y centros europeos, entre ellos también el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), lo ha constatado tras analizar centenares de herramientas en tumbas de principios del Neolítico en el centro de Europa. Las halladas en enterramientos de varones habían sido empleadas en trabajos de carpintería o en actos de violencia, mientras que las de las mujeres tenían marcas de haber tratado pieles de animales y otras fibras orgánicas.
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El estudio, publicado en la revista PLOS ONE , supone la evidencia más temprana de la división sexual del trabajo en el continente. Comprende el análisis de unas 400 herramientas de piedra enterradas en 600 tumbas en seis necrópolis de hace 7.000 años de lo que hoy son Eslovaquia, República Checa, Alemania, Austria y Francia. Estos yacimientos pertenecen a los primeros grupos neolíticos que llegaron al centro de Europa a través de los Cárpatos desde el Próximo Oriente llevando consigo su ganado,predominantemente vacas, aunque también cerdos y cabras..
Azuelas y sílex
![Una tumba del cementerio de Aiterhofen (Alemania)](https://s1.abcstatics.com/media/ciencia/2021/04/13/esqueleto-U30834880027REI-U4022528535314o-220x290@abc.jpg)
«En las tumbas, mayoritariamente en las masculinas pero también en las de las mujeres, encontramos azuelas (un tipo de hacha que se enmanga de manera perpendicular al mango) y láminas de sílex», explica Alba Masclans, de la Institución Milá y Fontanals de investigación en Humanidades (IMF - CSIC) en Barcelona. Para determinar cómo y para qué fueron utilizadas estas herramientas, la arqueóloga y su equipo examinaron al microscopio las características físicas y los patrones de desgaste de los filos. Al observar las trazas de la materias en los objetos, comprobaron que las herramientas relacionadas con varones «fueron utilizadas para la caza, la carnicería, la tala de árboles, la carpintería o incluso la violencia interpersonal. Sin embargo, vemos que las mujeres las empleaban en el tratamiento de fibras, cueros y pieles de animales», apunta.
Las investigadoras también encontraron variaciones geográficas en estos resultados, lo que sugiere que a medida que las prácticas agrícolas se extendían hacia el oeste, la división sexual del trabajo pudo haber cambiado. Las herramientas analizadas no fueron necesariamente utilizadas por las personas con las que fueron enterradas, pero podrían haber sido elegidas para representar actividades típicamente realizadas por cada sexo.
¿Comienzo de la desigualdad?
![Una azuela del cementerio de Nitra](https://s2.abcstatics.com/media/ciencia/2021/04/13/azuela-U30834880027REI--220x220@abc.jpg)
Pero, ¿por qué hombres y mujeres comenzaron a realizar trabajos diferentes? «Aquí está el 'quid' de la cuestión», reconoce Masclans. «Durante el Neolítico hay un incremento en la producción social. La población empieza a acumular cada vez más cantidades de grano y cabezas de ganado, aparece el trabajo especializado y, en estrecha relación con lo anterior, las primeras evidencias claras de jerarquías sociales. La cuestión es que hasta este momento nadie había investigado si ese inicio de la especialización pudo estar vinculado a la división sexual del trabajo, y nuestro estudio indica que pudo ser así», afirma.
«Ahora debemos avanzar más para saber qué pudo implicar esa división para los hombres y, especialmente, para las mujeres», señala Masclans. «La especialización del trabajo es uno de los factores principales para generar desigualdades. Me interesa saber si esas desigualdades comenzaron por el género», continúa.
En 400 años, estos grupos migrantes colonizaron desde las llanuras húngaras hasta del norte de Francia. Durante esa gran expansión, las mujeres tuvieron muchos más hijos que en épocas anteriores, lo que implicó necesariamente cambios en sus vidas. Sin embargo, este incremento en el tiempo dedicado a maternar y el hecho de que trabajaran en cosas distintas no puede ser juzgado desde el punto de vista ni los prejuicios de la moral actual. «Si la división sexual del trabajo implicó una discriminación de la mujer es la pregunta a resolver», afirma Masclans. «No significa obligatoriamente que el trabajo femenino no estuviera valorado socialmente. A lo mejor para esa gente las actividades que ellas hacían eran las más importantes».
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