Yincana sensorial y juegos refrescantes: ideas para recuperar el deseo sexual en verano

La sexóloga Rosa Navarro, asesora de Diversual, explica juegos y técnicas sencillas que ayudan a recuperar la pasión en pareja durante las vacaciones

Y además: la técnica MDV que ayuda a disfrutar de las vacaciones como nunca

Cómo saber si mi pareja es adicta al sexo

Pongamos el sexo en la agenda. No en esa que durante el resto del año está repleta de reuniones, obligaciones y entregas, sino en la agenda de verano que incluye lo que ilusiona probar, conocer y descubrir. Apliquemos también en las relaciones sexuales una «actitud exploradora». Si durante las vacaciones intentas hacer algo distinto, atrayente, curioso, insólito, nuevo o interesante; ¿por qué cuando se trata de tu intimidad sigues haciendo lo mismo? El contexto veraniego, con menos obligaciones y horarios más laxos, invita a la experimentación y al juego. Por eso la sexóloga Rosa Navarro, asesora de Diversual, propone aprovechar las vacaciones para reactivar la pasión dormida. «Hay que plantearlo como un objetivo real y marcar el trabajo que queremos hacer para lograrlo. Si no, es probable que, a pesar de todo el tiempo libre que tenemos, acabemos priorizando otras actividades», explica.

Precisamente despertar la curiosidad por lo nuevo y por probar algo diferente en el ámbito sexual es una de las claves que propone la experta y que empieza por hablar abiertamente sobre las fantasías sexuales de cada uno para averiguar si éstas pueden llevar a realizar alguna práctica concreta que aún no se haya probado o si requiere una investigación conjunta sobre el uso de accesorios o juguetes eróticos que puedan suscitar un interés compartido.

Jugar a recordar momentos excitantes del pasado puede ayudar a reactivar la pasión.

Otra de las fórmulas que propone Navarro consiste en rescatar situaciones del pasado que se recuerden como excitantes en pareja y volver a probarlas añadiendo alguna variación para sorprender. Así, la sexóloga de Diversual pone un ejemplo sencillo, que cada uno puede modificar en función de sus gustos o aficiones: si nos gustaba sorprender con mensajes al móvil que incluyeran algún texto provocativo o una canción evocadora, las vacaciones pueden ser un buen momento para retomar la práctica.

Una cuestión básica es recordar que el único límite a la hora de introducir algo novedoso en las relaciones sexuales está en los gustos de la pareja, porque la imaginación es ilimitada. Por eso una de las técnicas más efectivas para reactivar el deseo consiste en que la pareja sea capaz de crear sus propios juegos eróticos. Sin embargo esto no siempre resulta fácil, debido a la falta de práctica a los miedos e inseguridades e incluso a esa especie de presión que puede surgir por la necesidad de aprovechar el tiempo hacer algo nuevo.

Para evitar ese bloqueo o incluso esa pereza la sexóloga propone comenzar con estas tres propuestas sencillas y, a partir de ahí, que la pareja vaya enriqueciendo la práctica con lo que les resulte más excitante:

1. Yincana sensorial. Podemos jugar con la privación sensorial de forma artificial preparando una sesión en la tapemos los ojos a la pareja y vayamos utilizando distintos elementos como plumas, aceites, música, susurros, líquidos o alimentos que nos permitan ir estimulando el resto de sus sentidos: olfato, gusto, tacto y oído. «Incluso puede probarse a pasar por su boca alguna parte de nuestro cuerpo de forma delicada, sin que sea qué zona está besando o lamiendo», propone la sexóloga.

2. Vestirse para la ocasión. La lencería erótica es algo que, según explica la asesora de Diversual, puede dar mucho juego. De hecho, puede introducirse en la práctica de dos formas: una es usándola uno mismo y sorprendiendo a la pareja y la otra es comprándola para la otra persona y dejándola en algún lugar inesperado para que la descubra y sienta el deseo de probarla juntos. En este sentido la experta recuerda que existe un amplio abanico de opciones para ir más allá del conjunto sexy o el disfraz, pues se puede optar por joyas eróticas, accesorios para el pelo, antifaces, máscaras y todo tipo de artilugios sugerentes...

3. Juegos refrescantes. Las altas temperaturas pueden ser un problema o, tal como sugiere Navarro, una oportunidad pues es posible aumentar el atractivo de las prácticas sexuales utilizando elementos refrescantes: desde colarse en la ducha de la pareja hasta deslizar cubitos de hielo por su cuerpo, pasando por hacer un estriptis al ritmo del ventilador.

Uso de juguetes y accesorios

Los juguetes eróticos también pueden contribuir a dar alas a ese deseo apagado. Lo primero que se debe decidir a la hora de elegir uno de ellos es qué tipo de estimulación se desea potenciar y en qué tipo de práctica se desea incluir ese accesorio. Tal como revela la sexóloga los más fáciles de incorporar, tanto por su uso como por la dinámica en la que se emplean, son los anillos para el pene y las pinzas para pareja, que se usan durante la penetración y que tienen un funcionamiento sencillo.

Para aquellas personas que deseen avanzar y probar algo más sofisticado pueden probar algún accesorio como las esposas, las palas de cuero y los látigos que suelen relacionarse con el BDSM (Bondage-Disciplina-Dominación-Sumisión-Sadomasoquismo) una práctica, eso sí, que requiere el consentimiento explícito de ambas partes.

Mirarse... y verse

Retomar y prestar atención a las pequeñas muestras de afecto físicas como los besos, las caricias y los abrazos diarios, de la forma que más nos apetezca, puede ser otra forma de reconectar con la pareja, ya que, según asegura Navarro, es bastante habitual que la pareja no sea consciente de lo mucho que les gustaban y disfrutaban de ese tipo de conexiones hasta que las vuelven a probar.

Por último la experta recuerda que lo más efectivo para recuperar el interés por el otro es dedicarse tiempo de calidad: desde un paseo por un entorno tranquilo a una charla en el mar, en la piscina o en el sofá de casa. «Destinar una situación específica de ese tiempo libre para compartir momentos juntos, sin interrupciones, es lo que más puede ayudar a fomentar la cercanía y la comunicación», explica. En definitiva y, tal como comenzaba este artículo, hay que poner el sexo en la agenda de verano.

 

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