De 'influencer' a 'referencer'
El 'engagement' de auténtico valor
Ayudando a una persona quizás no vayas a cambiar el mundo entero, pero sí que puedes contribuir a mejorar la vida de esa persona
Somos seres sociales por naturaleza y la tecnología se ha convertido en una buena aliada para que podamos conectar con los demás. Pero pueden suceder dos cosas con una pantalla de por medio, que nos quedemos en la superficie o que, por el ... contrario, que aprovechemos el 'engagement', que es la conexión online, para construir relaciones humanas valiosas.
Instagram me abrió una puerta al mundo. Gracias a esta aplicación he tenido la oportunidad de conocer a 'personas-joya' con las que he acabado entablando una amistad. En los más de trece años que llevo en esta red social, he tenido la oportunidad de construir una comunidad de 129 mil personas. Ha sido un proceso natural que, hoy, resultaría complejo por el cambio de intereses del algoritmo. Es cierto que uno no tiene la capacidad de crear lazos estrechos con todos, pero eso no significa que, para mí, no sean importantes y los considere alejados de lo que Ortega y Gasset llamaba “masa” y Byung-Chul Han, “enjambre digital”.
![Imagen - «La misión altruista da sentido a mi actividad digital»](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/bienestar/2024/08/24/maria-de-leon-1-ok-U71603001563TgB-170x170@diario_abc.jpg)
«La misión altruista da sentido a mi actividad digital»
María de León Castillejo
Consultora de comunicación
Los seguidores no deben ser considerados como números de los que nos podamos jactar para alimentar nuestro ego sino seres humanos a los que poder ayudar, cada uno desde el campo que domine. Es por eso por lo que la misión de un verdadero 'referencer' debe ir más allá de la venta de productos y contribuir al crecimiento de su comunidad virtual, ya sea a través del contenido que comparta o de la actitud ejemplar con la que se enfrenta ante los diferentes desafíos que la vida le presente.
A mí me gusta ser una especie de conejillo de indias que testa o estudia para luego hacer un filtro objetivo de lo que pueda aportar de forma positiva a los demás. También me satisface responder ante la llamada de aquellos que me piden un empujón para darse a conocer y acabo haciendo de altavoz. Además, me siento bien en el papel de puente entre aquellos que considero propicio que se conozcan o más aún, después de estudiar Humanidades, de conectar el mundo académico con el de las redes sociales para dejar mi semilla humanista en el ámbito virtual. Desarrollo esta labor siempre con la humildad de reconocer la consigna socrática y es que “solo sé que no sé nada”. Esta misión altruista es la que da sentido a mi actividad digital y es la que combino con mis acuerdos comerciales para, así, poder subsistir. Si no la hubiese encontrado, seguramente, hubiera cerrado mi cuenta hace mucho tiempo, cuando me cansé de ser, tan solo, un escaparate.
Cuando pienso en el término “Común-Unidad” me gusta hacerlo con una mirada profunda para recordar el significado que esto lleva implícito que es, por un lado, el respeto por la diversidad y por el valor que cada uno puede aportar en este mundo y, por otro, la necesidad de que haya un elemento unificador para que ésta no se desintegre y que es, precisamente, nuestra esencia humana que nos dota de una dignidad. Esta visión me ayuda a tener siempre presente que, independientemente de lo que uno haga o tenga, no debemos considerarnos nunca ni por encima ni por debajo de nadie. En sentido ontológico todos somos iguales y la maravilla de la naturaleza es que, a la vez, somos muy diferentes. La contrariedad del 'selfie', por ejemplo, es que borra esa huella de expresión personal estandarizando las mismas poses cuando ponemos boca de pato, guiñamos el ojo o sacamos la lengua. Lo explica muy bien el filósofo coreano en su ensayo 'No-Cosas'.
Sin esta visión de doble vertiente, corremos el peligro de caer en el colectivismo o en el individualismo, respectivamente. Hay estudios que demuestran que vivir en comunidad mejora la autoestima porque es una respuesta concreta a nuestra necesidad natural de pertenencia a un grupo. En cambio, vivir aislados potencia la depresión.
El ámbito virtual debe acoger a todos por igual y, aunque es cierto que los que tienen una mayor audiencia tienen la capacidad de movilizar más, esto no los convierte en personas más valiosas. Uno de los lemas que pivotan mi vida, especialmente cuando interactúo en las redes sociales, es qué ayudando a una persona, quizás, no vayas a cambiar el mundo entero, pero si puedes contribuir a mejorar la vida de esa persona y es que todos podemos ser' referencers' en nuestro círculo.
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- Por unas redes sociales con valores.
- Del personaje público a la persona real.
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