Qué hago si creo que tengo depresión: ¿es mejor un psicólogo o un psiquiatra?
Los expertos recuerdan que los trastornos mentales no se pueden autodiagnosticar y alertan sobre los servicios y ofertas de ayuda psicológica que no son profesionales
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La salud mental es una de las principales preocupaciones de los españoles y las cifras relacionadas con estos trastornos o patologías mentales son reveladoras. Según los datos del Colegio Oficial de Psicólogos (COP) en España el 30% de españoles ha tenido ansiedad en el último mes, el 25% ha sufrido síntomas de depresión y 1 de cada 8 ha mostrado signos de padecer un trastorno de la conducta alimentaria. Se sabe, además, según apuntan desde el COP, que hasta el 60% de las ausencias al trabajo que se producen al año están ocasionadas por situaciones de estrés.
Sin embargo, el sistema nacional de salud apenas cuenta con cinco psicólogos por cada 100.000 habitantes, frente a los 18 de la Unión Europea o los 26 de la OCDE. Así, la combinación de esta falta de recursos, el abuso de los tratamientos farmacológicos, la ausencia de una ley de publicidad sanitaria que regule el sector y el incremento de la demanda de atención psicológica, particularmente, en estos dos últimos años a consecuencia de los efectos de la pandemia, han hecho que proliferen ofertas y servicios desarrollo personal que prometen ayudar con recetas mágicas, pseudoterapias, o soluciones fáciles a quienes necesitan atención psicológica o quieren encontrarse mejor.
Este tipo de ofertas, según alertan los colegios profesionales de psicología, entrañan un riesgo grave para la salud, puesto que se trata de servicios realizados por personas que no cuentan con titulación, garantías, ni conocimiento para realizar intervenciones relacionadas con el bienestar y la salud psicológica, y que son, principalmente, «ayudólogos» (que ofrecen psicochorradas y que son unos trileros emocionales, según alerta el psicólogo Nacho Coller ) que, bajo distintas etiquetas, ofrecen sus servicios sin tener las competencias exigidas por las autoridades sanitarias para atender estos problemas y situaciones.
Contra esta situación los profesionales de la psicología insisten en la importancia de acudir solo a profesionales colegiados y colegiadas y a no ponerse en manos de personas que no tienen la titulación ni las competencias ni la formación necesaria para ayudar a cuidar la salud mental y el bienestar.
No se puede autodiagnosticar
Identificar a tiempo una patología es precisamente una de las razones por los que los profesionales de la psicología y la psiquiatría insisten en la necesidad de recibir un asesoramiento correcto. Así, una de las patologías que genera una mayor inquietud es la depresión. Por un lado es un trastorno que no se puede autodiagnosticar y, por el otro, es susceptible de ser confundido con episodios puntuales o pasajeros de tristeza, melancolía o apatía.
Una definición básica es la que aporta la Organización Mundial de la Salud: la depresión es trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. Pero además, tal como alertan los expertos, la depresión es un proceso en sí misma por lo que, si no se detecta y trata a tiempo, puede suponer un riesgo para la salud o incluso para la vida de esa persona, ya que quien la padece se va aislando y puede entrar en un bucle anímico, emocional y mental del que le resulte difícil salir.
Síntomas de la depresión
Uno no deduce que tiene depresión de la noche a la mañana, sino que es un plato que se va cocinando a fuego lento durante días, semanas y meses. Puede empezar con la pérdida de motivación para hacer algo que antes se hacía sin problema y hasta con gusto y continuar por una necesida de aislarse o separarse de las personas que solían acompañarte para hacer esos planes. Podría decirse que aunque no haya cambios signiticativos en su vida y todo siga igual, en realidad ellos los ven con otros ojos: con los de la desmotivación e inapetencia.
Según explicó recientemente en ABC Bienestar la psicóloga Paloma Rey la depresión es un trastorno que puede llegar sin avisar, sin que exista una causa concreta y además puede afectar a algunos aspectos de la vida cotidiana de este modo:
1. Aislamiento social. Algunas personas que sufren depresión empiezan a evitar realizar planes sociales, argumentando estar muy ocupadas o no tener tiempo. «Generalmente, los planes que les generan rechazo son aquellos que anteriormente realizaban sin dificultad», explica Rey.
2. Olvidos y distracciones. Una característica común de las personas con depresión son los olvidos frecuentes, así como las distracciones, e incluso pueden llegar a quedarse callados en una conversación porque han perdido el hilo o porque no han seguido el discurso.
3. Peor rendimiento. Se observa que las personas con depresión ven disminuida notablemente su efectividad en las tareas que desempeñan, necesitando más tiempo y cometiendo más errores.
4. Irritabilidad. Puede darse que una persona que hasta ese mometno parecía tranquila y calmada empiece a mostrarse más irritable, se enfade con más frecuencia y con mayor intensidd.
5. Bajo estado de ánimo y facilidad para llorar. Otra de las circunstancias que puede darse es que, sin motivo aparente, esa persona con depresión recurra al llanto o muestre ojos vidriosos.
Tampoco deben considerarse como «normales» signos de fatiga, estado de ánimo bajo, falta de apetito, insomnio, tristeza, y de pérdida de interés y de capacidad para disfrutar de cualquier actividad que se prolonguen en el tiempo (que vayan más allá de las dos semanas) y que aparezcan simultáneamente dentro de un cuadro general de abatimiento y no de forma aislada.
¿Se trata con un psicólogo o con un psiquiatra?
Pero entonces la depresión, ¿se trata con un psicólogo o con un psiquiatra? Según opina Pilar Conde, la psicóloga y directora técnica de Clínicas Origen, frente a la creencia generalizada de que un especialista sustituye al otro, en realidad pueden ser dos tratamientos complementarios y no excluyentes. Para Conde, por tanto, si la persona se muestra receptiva al uso de medicación se puede plantear el abordaje terapéutico junto al farmacológico y, tras la estabilización, el psiquiatra irá realizando una retirada progresiva de las pastillas.
En el caso de que esa persona no se muestre receptiva a la farmacología se puede plantear empezar con la terapia y si al cabo de un mes aproximadamente no se observa mejoría tras implementar herramientas terapéuticas, se podrá abordar en terapia la importancia que puede entrañar, en su caso, el hecho de tomar medicación.
Dependiendo del grado de severidad de la depresión, se puede precisar desde un primer momento, tal como explica Conde, de la toma de la medicación, que se puede ir combinando con la activación conductual, proceso en el que se va llevando a cabo una planificación progresiva. Con ella se van retomando actividades abandonadas, ya sean de ocio o en las que se tiene una responsabilidad, como los estudios o el trabajo.
La experta incide en el hecho de que el apoyo de las personas del entorno resulta vital, porque es probable que la persona que se encuentra deprimida no tenga la motivación necesaria para pedir ayuda, que en realidd es el primer paso para salir de ella.
La regulación de las emociones es otro de los puntos clave para que la persona salga de la depresión. La terapia cognitiva ayuda a identificarlas, comprenderlas y gestionarlas, con el objetivo de ir flexibilizando los pensamientos irracionales que se puedan estar teniendo.
Así, ponerse en manos de profesionales ayudará a trabajar la falta de asertividad, en la toma de decisiones y a la resolución de problemas que puedan estar conduciendo y manteniendo el estado depresivo.
La depresión puede considerarse persistente cuando se ha prolongado durante dos años, aunque, tal como aclaran desde Clínicas Origen, se deben valorar factores como la toma de medicación y/o el tratamiento con un psicólogo. Cuando éstos no han funcionado se puede hablar claramente de depresión persistente.
Por qué se sufre depresión
La depresión tiene muchos orígenes: puede ser endógena, debida a problemas orgánicos y biológicos, por ejemplo la herencia genética, y exógena, originada por factores externos.
Pero los profesionales de la salud mental vienen detectando un detonador común que hay que vigilar cuando se tiene predisposición a padecerla o cuando los problemas pesan demasiado. Son los cambios en la vida, cambios de calado que pueden llegar a romper el equilibrio entre lo positivo y lo negativo, afectando a la vida diaria y a la manera de pensar, sentir y comportarse.
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