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¿Cenar lechuga produce gases? Lo que hay de cierto y lo que no sobre tomar este alimento al final del día

Aunque se trate de un alimento sano, existe una extendida creencia sobre que la lechuga provoca hinchazón

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¿Cenar lechuga produce gases? Lo que hay de cierto y lo que no sobre tomar este alimento al final del día Unsplash
Marina Ortiz

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Poner en práctica una buena alimentación es algo crucial para encontrarnos sanos a diferentes niveles. Para ello, los expertos recomiendan que, una de las características que debe cumplir nuestra dieta habitual es que sea variada, completa y rica en verduras y frutas, además de incluir siempre la hidratación necesaria, que suele establecerse en unos dos litros de agua diarios.

Dentro del mundo de las frutas y las verduras podemos encontrar una gran variedad y cada una de ellas nos aporta diferentes nutrientes y suntancias imprescindibles para el buen funcionamiento de nuestro organismo.

De todas ellas hoy te queremos hablar de la lechuga. Ese alimento de hoja verde, y no mucho sabor, que se suele utilizar habitualmente como base de ensaladas. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la lechuga es «una verdura cultivada al aire libre en zonas templadas de todo el mundo y también en invernaderos por lo que se encuentra en los mercados españoles y en su mejor momento de consumo durante todo el año».

Así, todo parece indicar que la lechuga es un alimento saludable y que no causa problemas a la salud, pero lo cierto es que existe una creencia popular sobre que la lechuga produce gases, sobre todo si se toma para cenar. Te contamos lo que se conoce sobre este hecho.

¿Cenar lechuga produce gases?

Esta es una pregunta que no tiene una respuesta clara aunque, a priori, no hay evidencia científica de que tomar lechuga específicamente para cenar produzca más o menos gases. Ahora bien, para poder contestar, una de las variantes que debemos tener en cuenta es el tipo de lucha del que se trate, ya que hay varios.

Pero, tomando como base las lechugas más habituales que se suelen encontrar en los supermercados, hay varios estudios al respecto, aunque no con un peso del todo concluyente. Según se apunta en 'Maldita', un estudio científico hecho sobre 12 personas analizó el volumen de gas y la distensión abdominal (el abdomen se siente lleno y puede parecer hinchado) después de comer lechuga.

Esta prueba detectó que había distensión abdominal y se producía gas «por la llegada al colon de hidratos de carbono resistentes a la digestión que las bacterias intestinales fermentaban produciendo gas, pero era una cantidad normal», explica a al medio Beatriz Robles, tecnóloga de los alimentos y nutricionista. Pero la distensión abdominal no se causaba por el volumen de gas, sino que se debía «a un descenso del diafragma, acompañado inevitablemente por una redistribución del contenido abdominal».

La lechuga no presentaría una producción de gas mayor que otras verduras

Así, este estudio indica que la lechuga produce una distensión abdominal, pero no por un aumento de gases «sino por una respuesta condicionada, aunque no pudieron establecer los mecanismos por los que los sujetos habían desarrollado esa respuesta. Si se les enseñaba a controlar la actividad de la pared abdominal, eran capaces de reducir esa distensión», así que puede que nos sintamos hinchados al comer este alimento, pero no más que como con cualquier otra verdura.

Lechuga Unsplash

En otro estudio publicado en PubMed, se indica que «un componente de la lechuga, la lactucina, podía tener cierto efecto irritativo en el intestino delgado e incrementar la secreción intestinal, aumentando el contenido de agua. Esto podría afectar y desencadenar esa respuesta abdominal anómala». Pero, en ninguna de estas investigaciones se hace referencia a si esto se produce de noche o de día, por lo que no habría evidencia de que cenar lechuga produzca gases según estas fuentes.

Por su parte, el dietista-nutricionista Ramón de Cangas y miembro del Comité Asesor del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas expresa que «la lechuga no tiene por qué sentar mal por la noche ni mucho menos» provoca retención de líquidos, «al contrario, es buena fuente de potasio y tiene bajo contenido en sodio, salvo que nos pasemos con la sal».

Lo que sí es seguro respecto a comer lechuga es que cada organismo es un mundo y a cada uno le puede sentar de manera diferente. Por ello, si cada vez que cenas o comes lechuga sientes que tienes muchos gases o molestias instestinales lo mejor será que acudas a tu médico especialista.

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