¿Adiós al omeprazol? Así ayuda la cúrcuma a mejorar las digestiones

Un estudio reciente revela que un compuesto presente en esta especia podría aliviar la indigestión y reducir la acidez. Te contamos lo que hay detrás y si realmente es comparable al efecto de un fármaco

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Garbanzos con cúrcuma.

Los ardores de estómago y las molestias digestivas después de comer son tan comunes para algunas personas que parecen haberlos normalizado. Tanto es así que no pocos recurren de forma habitual a los antiácidos o supuestos «protectores de estómago» que se venden sin receta en la farmacia. Sin embargo, el hecho de que sea una práctica habitual no quiere decir que sea inocua ni mucho menos aconsejable, pues el consumo indiscriminado de omeprazol puede ser más peligroso para la salud de lo que se cree.

Conscientes de esta práctica y de la necesidad de dar alternativas al consumo indiscriminado de fármacos un grupo de investigadores de la Universidad de Bangkok ha publicado recientemente en la revista 'British Medical Journal' (BMJ) los resultados de un estudio encabezado por el Dr. Krit Pongpirul en el que se comparan los efectos del omeprazol con los de la curcumina, un compuesto presente en la cúrcuma, en los casos de dispepsia y malestar estomacal.

A la curcumina, componente mayoritario de esta especia frecuente en la gastronomía de Oriente y del Sudeste Asiático, se le atribuyen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antimicrobianas. Y precisamente gracias a estas características es por lo que podría ser útil no solo para combatir el estrés oxidativo y la inflamación del cuerpo, sino también para mejorar la digestión y aliviar la acidez estomacal, según explica Vicente Javier Clemente, profesor de Nutrición de la Universidad Europea, quien detalla así su funcionalidad:

- La inflamación en el tracto digestivo puede contribuir a que se produzcan problemas digestivos y acidez estomacal. Sin embargo la capacidad antiinflamatoria de la curcumina puede ayudar a reducir esa inflamación y a aliviar los síntomas.

- Estimulación de la producción de bilis: la cúrcuma puede estimular la vesícula biliar para que produzca bilis, un líquido necesario para la digestión de las grasas. Esto puede mejorar la capacidad del cuerpo para descomponer los alimentos y evitar las indigestiones.

- Ayuda a reducir la sensación de malestar estomacal gracias a la capacidad de la cúrcuma para aliviar los espasmos en el tracto gastrointestinal.

- Protección del revestimiento gástrico: se ha sugerido que la curcumina puede ayudar a proteger esa parte contra lesiones y úlceras. Algo que podía ser especialmente beneficioso para los que padezcan acidez estomacal crónica.

Usos que se están investigando

Por otro lado y, según apunta el profesor de la Universidad Europea, se está investigando su posible papel en la reducción del riesgo de enfermedades crónicas como patologías cardíacas o algunos tipos de cáncer. Se ha investigado su potencial en el alivio del dolor, la gestión de enfermedades neurodegenerativas y su apoyo en la salud articular.

Además la cúrcuma se ha usado tradicionalmente en la medicina ayurvédica y la cocina india por sus supuestos beneficios para la digestión y la salud del hígado. Eso sí, como precisa el Profesor Clemente para aprovechar sus propiedades es aconsejable consumir la cúrcuma junto con pimienta negra, pues esta última contribuye a mejorar su absorción por parte del organismo.

Eso sí, el experto destaca que la cúrcuma, por sí sola, puede no resultar suficiente para tratar los problemas digestivos graves o la acidez crónica, por lo que lo aconsejable es acudir a un profesional de la salud para que le realicen un diagnóstico y un tratamiento adecuados a su situación particular.

A pesar de que la cúrcuma puede ser útil en casos como el síndrome de intestino irritable, la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn, la dispepsia, el reflujo gastroesofágico, la prevención del cáncer colorrectal y el alivio del dolor abdominal, el profesor Clemente insiste en que el consumo de cúrcuma nunca debe reemplazar el tratamiento médico convencional y siempre se debe buscar la orientación de un profesional de la salud antes de usarla como complemento para manejar estas afecciones.

Dosis recomendadas

Antes de nada, el experto explica que es importante tener en cuenta cómo se consume la cúrcuma y en qué dosis, pues si se toma en grandes cantidades puede ser peor el remedio que la enfermedad, ya que puede llegar a producir irritación gástrica o incluso pueden tener interacciones con algunos medicamentos.

En este sentido el experto alerta de que las personas que consuman anticoagulantes o que tengan trastornos de la coagulación deben consultar con el médico antes de usar la cúrcuma.

Los formatos más frecuentes de consumo de cúrcuma: en forma de suplemento y en polvo.

Aunque es cierto que la dosis recomendada y la forma de consumir la cúrcuma puede variar según la afección y la tolerancia individual, el profesor de la Universidad Europea aporta unas pautas generales:

- Cúrcuma en polvo: para uso general y culinario se puede agregar de 1/2 a 1 cucharadita de cúrcuma en las comidas diarias. Se puede agregar a guisos, curry, sopas y batidos. También se puede hacer té de cúrcuma mezclando cúrcuma em polvo con agua caliente y otros ingredientes como jengibre y miel.

- Suplementos de cúrcuma. Si se usan los suplementos estandarizados de curcumina las dosis oscilan entre los 500 mg y los 2000 mg por día, divididos en dos o tres tomas. (En este caso el experto aconseja consultar con un profesional cuál es la dosis adecuada para cada situación). Suelen estar disponibles en forma de cápsulas o tabletas y lo que sí que conviene tener en cuenta es que la dosis máxima de cúrcuma que se considera segura se sitúan torno a los 8.000 mg al día.

Cuidado con los falsos mitos

Por último el experto incide en la necesidad de mantener una perspectiva realista y consultar siempre a un profesional antes de hacer cambios drásticos en la dieta o tomar suplementos en dosis excesivas. Cabe recordar en este sentido que algunos falsos mitos en torno a las propiedades nutricionales de la cúrcuma incluyen exageraciones sobre su capacidad para curar enfermedades graves, la expectativa de que se conseguirán resultados inmediatos, la idea de que se absorbe fácilmente por sí sola por parte del organismo, la creencia de que puede prevenir y tratar todas las enfermedades y la suposición de que no tiene efectos secundarios en dosis elevadas.

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