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energías renovables

Así se carga la batería de Europa

Varias firmas españolas trabajan en la primera gran planta solar que se construye en el Sáhara, cuyo objetivo es exportar energía al viejo continente

Día 07/11/2012 - 11.58h

La ciudad de Ouarzazate y la provincia a la que da nombre es un enclave geográfico de gran valor ubicado al sur de Marruecos. Además de situarse a rebufo de las Montañas del Atlas y estar próximo al valle del río Draa, esta población es conocida como ‘La puerta del desierto’ por su cercanía al Sáhara. Ese es el lugar escogido para instalar la primera gran planta solar del norte de África, una obra que comenzará en unos meses y en la que la participación española será muy significativa.

Aunque se esperaba que ocurriese antes de verano, finalmente fue a finales de septiembre cuando la Administración marroquí, a través de la Agencia Nacional de Energía Solar (MASEN), resolvió la adjudicación de un contrato que supone una cantidad de unos 700 millones de euros. El ganador del concurso público fue la empresa saudí Acwa Power que para ello se alió con Acciona y las ingenierías Aries IS, TSK EE y Sener. Un consorcio que se impuso, entre otras, a la candidatura encabezada por Abengoa o la de Enel y ACS. Ahora mismo, las compañías están cerrando lo que se denomina ciclo financiero y una vez terminado esta operación, darán comienzo las obras.

La de Ouarzazate será una instalación de 160 megawatios (MW) de potencia que utilizará un sistema de almacenamiento mediante sales fundidas que permite también generar electricidad en ausencia de radiación solar. La tecnología base para la captación solar de la central será 100% española.

Objetivos de expansión

Su culminación supondrá un importante avance dentro del ambicioso plan que el Gobierno marroquí comenzó a trazar en 2009 en lo que se refiere a las energías limpias. De aquí a tres años, el objetivo pasa por haber desplegado en esa zona, donde las horas de sol suponen más de 3.000 cada curso, una red de infraestructuras que sumen un total de 500 MW. Pero los planes no paran ahí puesto que las autoridades del país africano pretenden multiplicar esta capacidad por cuatro para el año 2020. Si se cumplen los tiempos, España podría empezar a consumir parte de la electricidad que aquí se genere en 2015 y 2016.

Para lograrlo, Marruecos ha flexibilizado el marco regulatorio creando una situación propicia para la inversión en renovables. La financiación necesaria para llegar a esos guarismos –2.000 MW en ocho años– ronda los 7.000 millones de euros. En el caso de este primer capítulo, el apoyo económico procede, entre otros, del Banco Mundial, la comisión europea o el Banco Áfricano para el Desarrollo.

«Ouarzazate tiene mucha relevancia para las empresas de nuestro país del sector de energías renovables, ya que pone de manifiesto que las compañías que se dedican al EPC como promotores son números uno», afirman desde Aries IS, donde también reconocen que este tipo de proyectos vienen a demostrar que las instalaciones de «gran tamaño son muchos más competitivas» que aquellas menos extensas, permitiendo mejorar los precios en aspectos como la venta de energía. «El hecho de que varias compañías españolas participen ha evidenciado el ‘know-how’ que tenemos en España», añaden desde la ingeniería.

La planta que se construirá en el sur de Marruecos es el primer eslabón de una larga cadena planificada por Desertec Industrial Initiative (DII), un titánico plan que pretende convertir la zona del Sáhara en una gran batería de energías renovables que puedan abastecer parte de las necesidades europeas y de otros países del entorno y que se ha visto acelerado tras la crisis de Fukushima y el apagón nuclear decretado por Alemania para 2022.

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