Tras pedir abiertamente que EA, Alternatiba y sus socios «independientes» estuvieran en las urnas del 22-M y por tanto, en las instituciones, algunas voces en el socialismo vasco comienzan a cuestionarse si tal vez su apoyo cerrado a la coalición no haya sido tan buena empresa. El consejero de Interior del Gobierno Vasco, Rodolfo Ares, mostró su primera decepción por la ausencia de representantes de Bildu en el homenaje que se tributó ayer en la localidad guipuzcoana de Andoain al periodista José Luis López de Lacalle, asesinado hace once años por ETA. Pero es que el máximo responsable vasco en la lucha antiterrorista pareció obviar que la banda ha prohibido a la coalición que participe en los homenajes a las «víctimas españolas», según se recoge en un documento aportado por la Guardia Civil al Tribunal Supremo y que el Constitucional desdeñó.
Al acto en memoria de Lacalle, desarrollado en el parque que lleva el nombre del periodista acribillado por las balas de ETA, acudieron su viuda, Mari Paz Artolazabal, y su hijo Alain. Junto a ellos, el consejero Rodolfo Ares; el alcalde, el socialista Estanis Amutxastegi; la directora del Servicio de Atención a las Víctimas del Terrorismo, Maixabel Lasa, o los candidatos a diputado general de Guipúzcoa por el PSE y PP, Miguel Buen y Juan Carlos Cano, respectivamente. En su alocución, el regidor de Andoain dijo «echar en falta» a quienes «han estado diciendo barbaridades del Estado de Derecho». «Esos que jalearon la muerte de José Luis y a sus asesinos —recordó— todavía no se han incorporado al Estado de Derecho». También para Ares hubiera sido «más adecuado» contar con Bildu en el acto. Pero no fue así. Imposible olvidar que días después del asesinato, el cabeza de Bildu por Guipúzcoa, Martín Garitano, priorizó unas «víctimas». «La muerte de López de Lacalle me ha impresionado. Como me ha impresionado este mismo fin de semana ver la infinita amargura en los ojos de la madre de Iñaki, un vecino al que un poder vengativo niega la libertad», dejó escrito en «Gara».
Tres detenidos
En este contexto, grupos de proetarras protagonizaron ayer incidentes en Mondragón, después de que la Ertzaintza impidiera un homenaje que se intentaba tributar al etarra Jon Agirre, que acaba de salir de prisión tras cumplir una condena de 30 años, y que había sido prohibido por la Audiencia Nacional. Las cargas comenzaron cuando el ex preso se asomó a un balcón y fue recibido por los aplausos de los potenciales votantes de Bildu. Entre los asistentes se encontraban las alcaldesas de Mondragón y Vergara, Inocencia Galparsoro y Agurne Barruso, ambas de ANV.