Como ya se va convirtiendo en costumbre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, presentó ayer en Ifema la nueva edición de la Cibeles Madrid Fashion Week, acompañada por algunos de los diseñadores de moda más importantes de España. El escaparate por excelencia de la moda nacional celebra su 52 edición del 17 al 22 de septiembre en el pabellón 14.1 de la Feria de Madrid (Pasarela Lancia).
Aguirre, con un vestido color lila y unas plataformas de esparto marrón, destacó, en un discurso teñido de datos económicos, la importancia de «la consolidación de Madrid como región de la moda en este momento de crisis». Pero el imprevisto de la jornada ocurrió cuando Elio Berhanyer, vestido íntegramente de blanco y con un gorro tipo «kipá» judío, tuvo que sentarse en una esquina del escenario tras sufrir un mareo. «Un poco de agua, por favor», solicitó Aguirre, y mientras algunos abanicaban al diseñador, que cerrará la «fashion week» madrileña el 22 de septiembre, la presidenta continuó con un discurso antianorexia: «Cibeles fue la primera pasarela en el mundo que exigió a sus modelos un índice de masa corporal de 18. El exceso de delgadez es una enfermedad».
El mareo de Berhanyer se produjo, según la directora del evento, Cuca Solana, por un golpe de calor provocado por las luces del escenario. «Con el calor que hace Elio viene con el gorro puesto, pues claro», bromeó.
Las palabras de la presidenta regional culminaron a golpe de flashes y brindis con vino junto a diseñadores como Roberto Verino, Hannibal Laguna, Javier Larrainzar, Ana Locking, Ion Fiz, Juana Martín o David Delfín. Otra de las figuras que acudió a la presentación fue Elisa Palominos, una de las sonadas incorporaciones este año —la otra es Martin Lamothe—, quien ha trabajado con diseñadores como Galliano para Dior, y que no pasó desapercibida con su peculiar conjunto en rojo, con moño incluido, y unos zapatos de esparto gastados de tanto uso.
«Soy Cibelino»
Jesús del Pozo, uno de los habituales de la pasarela, que demostró su entusiasmo por el crecimiento de la moda española, comentó que la «obligación de un diseñador es que la moda se pueda llevar con comodidad» y que apostará un año más por el blanco y negro porque «son colores que siempre van a funcionar». Con Cibeles casi a punto de arrancar, la diseñadora Alma Aguilar indicó risueña que solo le faltan «los zapatos, como siempre» y definió su modelo de clienta como alguien «que le da importancia a la moda pero de forma puntual, no “fashion victims”».
Bajo el lema de «Soy Cibelino», que orgullosamente lucía Aguirre en la camiseta anudada que se colocó por encima del vestido, la nueva edición de Cibeles contará este año con 45 desfiles y 54 diseñadores, tres más que en la edición anterior de febrero, además de incorporar por primera vez las redes sociales. Según explicó la presidenta autonómica, la moda representa un 4% del PIB regional y contribuye a que, de forma hasta ahora inédita, el PIB madrileño sea el mayor de toda España. «Es la primera vez que superamos a Cataluña en el PIB y estamos muy satisfechos», indicó.
