Inscrito en la tradición del cosmopolitismo latinoamericano, Alejandro Rossi debió nacer en Florencia y pasar sus estudios en Roma, Buenos Aires y Los Ángeles. Recaló en México, en cuya UNAM se graduó y realizó su obra literaria. Perfeccionado en Friburgo y en Oxford, enseñó en la ciudad donde adquirió su ciudadanía mexicana y en las letras de ese país cabe situarlo por derecho propio. Allí enseñó, investigó y participó de empresas culturales como las revistas «Crítica», «Plural» y «Vuelta», estas últimas bajo la dirección de Octavio Paz.

La obra de Rossi, salvo un ensayo inicial, «Lenguaje y significado» (1968) y un estudio sobre Ortega y Gasset (1984), es resistente a los géneros. Si bien recogió relatos breves y se asomó a la novela autobiográfica, su libro más característico es «Manual del distraído» (1978), serie informal de piezas breves donde la crónica urbana, la reflexión filosófica y social, la escena anecdótica, la remembranza, se sintetizan en una prosa económica, incisiva, austera y a la vez irónica, si por ironía se entiende una forma intermitente de la inteligencia.

Si bien su formación proviene de la analítica del lenguaje y remite a las tradiciones del positivismo lógico, a Frege y a Wittgenstein, la libertad intelectual de Rossi le permitió circular por todos los ámbitos del pensamiento contemporáneo, resolviendo una actitud escéptica de partida con un opción liberal y democrática en el terreno político. No es ajena a su obra, aunque de registros muy distintos, la inevitable cercanía magistral de Octavio Paz y, más alejados en el tiempo y en lo generacional, esa labor enciclopédica y, al mismo tiempo, fragmentaria, de pensadores en nuestra lengua tan próximos y a la vez singulares como Borges, Ortega y Alfonso Reyes.

Esta libertad unida a la diversidad de sus curiosidades y experienciads de lector, observador apasionado y sereno, y viajero, reservan para una obra relativamente breve y concisa una prolongada posteridad de lectores.