La isla paradisíaca exclusiva que sólo 400 turistas pueden visitarla a la vez

«En ella residen unas 380 personas», explican a ABC responsables de turismo de Lord Howe Island, situada en Australia, con sólo 11 km. de largo y 2 km. de ancho. Todos ellos son fundamentales para impulsar el desarrollo turístico de la zona llevando a cabo, al mismo tiempo, proyectos de conservación y protección de la isla desde hace un siglo. Por ello, «sólo acoge a 400 turistas al mismo tiempo», explican. «Es un destino líder mundial en prácticas turísticas sostenibles y experiencias regenerativas para los visitantes -continúan-. Con ello, se pretende proteger las numerosas especies únicas. Así, Lord Howe obtuvo el reconocimiento de Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1982».

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Conocer su exuberante vegetación o sus aguas color aguamarina, que albergan un arrecife de coral intacto repleto de vida marina, es posible en cualquier época del año gracias a su suave clima: las temperaturas en la isla se sitúan entre los 20°C y 25°C en verano y los 12°C y 19°C en invierno.

«Es un lugar reconocido mundialmente por su excepcional valor natural, cultural y científico, que abarca el arrecife de coral más meridional del mundo, emblemáticas excursiones de un día y actividades al aire libre únicas que fomentan una profunda conexión con el lugar», aseguran.

Llegar hasta Lord Howe es posible sólo en avión. «Desde Sídney hay durante todo el año servicios regulares diarios con un tiempo de vuelo inferior a dos horas», explican, aunque también hay posibilidad de viajar desde otros puntos de Australia, como Port Macquarie, Gold Coast y Newcastle.

Una vez allí, los viajeros no tienen ni que preocuparse de cómo desplazarse. «Hay un número limitado de coches de alquiler, pero la mayoría de los visitantes -e incluso los lugareños- prefieren desplazarse sin vehículo a motor. Con sólo 11 kilómetros de longitud y un límite de velocidad de 25 kilómetros por hora, la isla es perfecta para explorarla a pie o en bicicleta, y varios operadores ofrecen bicicletas de alquiler», explican los responsables a ABC.

Igualmente, una pequeña comunidad de apasionados operadores locales son los que se encargan de ofrecer experiencias únicas «para garantizar un lujo sencillo y sin complicaciones a cada visitante». La oferta no es muy amplia pero sí variada: desde pensiones y apartamentos independientes para familias hasta exclusivos alojamientos. «Sólo hay 400 camas para visitantes en Lord Howe, que es parte de lo que la hace tan especial», recuerdan.

Una vez allí, se pueden hacer excursiones que ofrecen aventuras tanto por encima como por debajo del agua, ya sea pesca, ir en kayak o buceo; observación de aves (hay 14 especies únicas); pasear por las playas de arena blanca o hacer senderismo porque, aunque casi dos tercios de la isla son reservas permanentes, existen varios senderos señalizados por los que conocer sus montes o acantilados.

Reservar todo con tiempo es requisito imprescindible para poder conocer un lugar tan especial. «El coste varía y oscila entre 2.000 y 5.000 dólares o más por viajero», aseguran a este diario. Es decir, entre los 1.800 y 4.600 euros.