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TURISMO

Guía para no perderse por Málaga durante la Feria

Dos intensos días para disfrutar de esta ciudad abierta a diferentes culturas y civilizaciones

Guía para no perderse por Málaga durante la Feria FRANCIS SILVA

Guía Repsol

Desde siempre, Málaga ha sido una ciudad abierta a culturas y civilizaciones, y con ello se ha ganado una merecida fama de ciudad abierta, tolerante y cosmopolita que aún conserva. Tenemos 48 horas para descubrir las huellas de ese histórico pasado y disfrutar de su vibrante presente paseando y mezclándonos entre su gente. ¿Vamos?

Primera mañana

10.00 h - La casa de un genio, Picasso

En la primera planta del actual número 15 de la Plaza de la Merced, un 25 de octubre de 1881 empezó a vivir un genio. Y aquí podemos empezar nuestro recorrido por Málaga: en el Museo Casa Natal Picasso , es decir, la casa donde nació y vivió Picasso...

Paseando por sus estancias, entre curiosos recuerdos familiares, veremos su Colección Permanente. Sin duda, lo que más nos llamará la atención son los borradores del famoso cuadro Las señoritas de Avignon. Pero tampoco podemos perdernos la Suite de los saltimbanquis, un cuaderno con todos sus grabados realizados entre 1904 y 1906, entre otras obras aquí expuestas. En esta casa, Picasso vivió con su padre, ayudante de dibujo de la Escuela de Bellas Artes de Málaga y su primera gran influencia, así como con su madre y sus hermanas. Y se dice que hizo sus primeros garabatos sentado en la arena de esta misma Plaza de la Merced. Él, que siempre reivindicó su origen andaluz y su afición al flamenco y a los toros, pintó su primer cuadro muy cerca de aquí y lo tituló Vista al puerto de Málaga. Sin duda un homenaje en toda regla a la ciudad que le vio nacer.

12.00 h - Descubriendo La Manquita

Saliendo del museo, en un lateral de la plaza, nos encontraremos con el Teatro Cervantes. Este edificio, considerado Monumento Histórico Nacional, abre sus puertas -entre otras actividades- a las principales citas del Festival de Cine de Málaga, uno de los más importantes de Europa. En la misma plaza, pero cruzándola de frente, si cogemos la calle Granada podremos aprovechar para realizar unas compras. Entre las muchas tiendas que encontraremos, debemos buscar un lugar "mítico" en la ciudad y en la provincia: la charcutería Zoilo (c/ Granada, 65). Y es que no podemos irnos de Málaga sin nuestra ración de caña de lomo, salchichón, morcilla o morcón, tan típica de esta zona y de esta ciudad.

Y de ahí iremos directos a La Manquita, nombre con el que todos los malagueños denominan a su catedral. Considerada la mayor joya arquitectónica de la ciudad, esta catedral de estilo renacentista se encuentra en los límites de lo que fue la muralla árabe de Málaga. Mirémosla de frente y enseguida nos daremos cuenta del porqué de su popular nombre: le falta una de las torres principales. Y es precisamente este detalle, consecuencia de que el edificio no se acabara de terminar después de siglos de obras, lo que la convierte en la más original de las catedrales españolas. La Manquita cautiva por fuera y convence por dentro, de forma que tendremos muchas cosas que ver. Sin embargo, lo que debemos visitar sin falta es el patio que está "escondido" en la parte trasera de la catedral y que se conoce como los Jardines de puerta oscura, aunque lo suyo es disfrutarlos a plena luz del sol. Espectacular...

Primera tarde

14.00 h - Comida made in Málaga

Aprovechando que estamos en el mismo centro, en pleno casco antiguo, podremos saciar nuestra hambre en El Chinitas . Este restaurante (c/ Moreno Monroy, 4, a cinco minutos de la catedral), recupera el nombre del histórico teatro de la ciudad, que era frecuentado por artistas, literatos y poetas como Federico García Lorca. Es un típico entre los típicos, tanto por su arquitectura, como por su decoración y, claro está, por su carta. Este rincón con sabor malagueño ha recibido reconocidos premios por sus deliciosos platos. Indispensable el ajoblanco con pasas de Málaga, o una tortilla de camarones, o una fritura malagueña o, por qué no, un arroz caldoso con bogavante.

Y qué mejor que un buen café para la sobremesa, sin prisa, como se debe ir por Málaga. Un par de calles más arriba, en la Plaza de la Constitución, nos esperan ya en el Café Central -el de toda la vida- para descubrirnos las 10 formas de hacer café que solo aquí podremos ver.

16.00 h - La Málaga romana

No hay nada como caminar para digerir una buena comida. Por eso, iremos a nuestra próxima cita paseando por la calle Alcazabillas, sorteando sus múltiples terracitas. Frente a una de ellas, la del Café Nero, está el Cine Albéniz, o lo que es mejor: el cine de calidad.

Y, como si de una película se tratara, nos trasladaremos en un momento a una de romanos: hemos llegado al Teatro Romano de Málaga, en la calle Santiago, a los pies de la colina donde ahora se encuentra la Alcazaba. Este teatro funcionó hasta el siglo III.

Aunque estuvo sepultado durante siglos, hoy deja al descubierto una galería de entrada al proscenium (escenario), parte de la orchestra, el vomitorium o puertas de acceso a la grada y la cávea, con 3 gradas en las que hace miles de años otros se sentaron a disfrutar de alguna obra, igual que hoy haremos nosotros para disfrutar de esta obra histórica.

18.00 h - Paseo por las raíces árabes

Aunque parezca sorprendente, con solo andar unos metros, pasaremos del último vestigio de la época romana a una próspera medina andalusí. Estamos en la Alcazaba; una fortificación musulmana, construida estratégicamente en la falda del monte Gibralfaro y que es visible desde casi toda la ciudad. Esta joya de la arquitectura árabe es la obra militar musulmana más importante conservada en España.

Pero ese carácter militar no le resta belleza a sus estancias y jardines. Por ella pasaron desde emires árabes hasta los Reyes Católicos y algunos de sus descendientes. Y hoy nosotros pasaremos al primer recinto, donde están el Arco de Cristo y el Patio de Armas, hoy convertido en un patio árabe. Y de ahí, al segundo recinto en el que, pasando por debajo de su arquería califal, llegaremos a la sala desde la que se accede a la torre del siglo XVI y a la de Maldonado.

En ella hay que hacer un alto en el camino y coger la cámara, porque nos ofrece un magnífico mirador desde el que captar la mejor instantánea de Málaga. Si acceder a lo más alto de la ciudad se nos hace cuesta arriba, en la calle Guillén Sotelo, justo detrás del ayuntamiento, tenemos un ascensor que nos sube hasta sus puertas.

20.30 h - La ruta del tapeo

Ya que estamos aquí, podríamos quedarnos a cenar. Y es que aquí mismo, en la Subida de la Coracha, tenemos el Restaurante Mirador de Reding 1, desde el que podemos ver la puesta de sol mirando la Alcazaba. Al ponerse en el horizonte, este nuevo restaurante promete ofrecernos una buena cena a la carta, aliñada con unas impresionantes vistas panorámicas de la Málaga nocturna y la Alcazaba iluminada.

Aunque, si preferimos volver a tomarle el pulso a la Málaga actual, no hay mejor plan que ir directos al tapeo. Volvemos al centro para hacer una ruta que no olvidaremos. No tardaremos mucho. Comenzamos en la Bodega El Pimpi (c/ Granada, 62), que es un emblemático rincón de parada obligatoria, donde alucinaremos con el ambiente, sus vinitos malagueños y sus tapas. Para abrir boca, podemos ir pidiendo jamón y queso curado, unas anchoítas, unos buenos boquerones en vinagre, pipirrana con pulpo... Seguimos hasta La Campana (c/ Granada, 35), especializado en pescado y mariscos, donde no podremos perdernos un buen pescaíto. Y acabamos en el Pasaje Chinitas, en cuya pequeña bodega podemos pedirnos unas buenas gambitas.

Vayamos adonde vayamos, después de cenar nos espera un must de la noche malagueña: la Terraza del Hotel Larios (c/ Larios, 2) reúne, cada noche, a lo más granado de la ciudad. Excelentes vistas, ambiente agradable, buena música y un toque chic para completar este histórico día, en todos los sentidos.

Segunda mañana

09.00 h - Ascensión al Gibralfaro

Nuestra propuesta es empezar este segundo día por Málaga desayunando unos buenos churros con chocolate en un lugar clásico entre los malagueños, el Café Casa Aranda (c/ Herrería del Rey, 3); un local con solera que lleva más de 75 años despertando a la ciudad con sus famosas ruedas.

Después de recobrar fuerzas, nos vamos directos a la más impresionante atalaya de esta zona del Mediterráneo: el castillo de Gibralfaro. Si queremos ir andando, podemos disfrutar de un recorrido que nos lleva desde el centro de Málaga, por la plaza de toros La Malagueta y el paseo de Reding, hasta tomar el paseo Salvador Rueda. Una vez allí, veremos que llegar ha valido la pena.

Desde sus murallas y torres, tenemos una vista completa de la ciudad. Y ya que la fotografiamos al atardecer, podemos disparar aquí una panorámica de Málaga de día excepcional. Pasemos a su interior y, entre sus estancias, encontraremos una curiosidad: el Pozo Airón, de 40 m de profundidad y excavado en la roca, con varios aljibes.

No menos curioso es su antiguo polvorín, donde hoy se aloja un centro de interpretación. Y ahora, una vez vista desde el cielo, bajaremos de nuevo a la tierra para perdernos otra vez por las callejuelas del centro de Málaga, en dirección a la catedral.

12.00 h - Museo Picasso

Málaga es una ciudad bastante asequible y con buena movilidad, de forma que nos será fácil y cómodo ir y volver a los lugares que nos gusten. Por eso vale la pena pasar de nuevo por el centro de la ciudad para visitar un símbolo artístico de la ciudad: el Museo Picasso-Palacio de Buenavista .

Pero antes de entrar en él, pararemos un momento en cualquiera de las teterías que hay en la misma calle que desemboca a las puertas del museo y disfrutaremos de un auténtico té moruno, en un ambiente de fuerte personalidad morisca. Ahora sí, ya estamos preparados para entrar y disfrutar de la colección propia con 155 obras de Picasso. Esta colección refleja toda su evolución y revoluciones pictóricas. En pocos lugares del mundo se puede conseguir esto.

Hoy, el número 8 de la calle San Agustín alberga el deseo de Pablo Picasso de que su obra estuviera presente en la ciudad que le vio nacer. Deseo concedido gracias a Christine y Bernard Ruiz-Picasso, cuyas donaciones constituyen el fondo propio del museo, y a la Junta de Andalucía, que promovió este proyecto inaugurado por Sus Majestades los Reyes en el año 2003.

14.00 h - La hora de los típicos espetos

Algo obligado en Málaga es probar los míticos espetos, una antigua tradición que sigue en plena vigencia para los malagueños y cualquiera que pase por la ciudad. Es una forma particular de guisar las sardinas, pinchadas en palos de seis y colocadas sobre el espeto ardiendo encima de una barca en tierra firme. Las sardinas espetadas son tan ricas que no podemos irnos de Málaga sin catarlas. Así que no vamos a perdernos la oportunidad de probarlas frente al mar, que es donde mejor las guisan y donde mejor se comen.

Andando por la playa del Pedregalejo nos encontramos con el restaurante Miguelito el Cariñoso, de toda la vida. Él nos puede preparar como nadie este rico manjar. Aunque si nos apetece andar un poquito más por la playa, hacia el puerto de Málaga, ya pararemos a saborearlas en el Café París , galardonado con dos Soles Repsol.

Segunda tarde

16.00 h - El jardín más importante de Europa

Cambiamos la brisa del mar por el perfume de las flores. Para hacerlo, solo tenemos que salir de la ciudad unos 5 kilómetros dirección a Antequera y Madrid. Más conocido como la Joya de Málaga, el Jardín Botánico-Histórico de La Concepción es el jardín tropical más hermoso e importante de España y uno de los mejores de Europa. Más de mil especies de flora tropical y subtropical al aire libre nos dan la bienvenida.

Pero todavía nos queda mucho por ver en este lugar que fue encuentro de ilustres personajes de la época. Por ello, no está de más escoger uno de los 5 itinerarios que nos han preparado: jardines temáticos, joyas de La Concepción, vuelta al mundo, ruta de los miradores y ruta forestal. Los hay para todos los gustos, y nos mostrarán todas las perspectivas de estos jardines con vistas a una Málaga de la que empezamos a despedirnos.

18:00 h - Una cata de vinos malagueños

Ahora que apuramos las últimas horas en Málaga, propongamos un brindis a su salud. No hay mejor manera de hacerlo que en la Taberna Antigua Casa de Guardia (a no ser que sea domingo, día en que cierran).

Desde los Jardines de la Concepción, volvemos a Málaga ciudad (solo serán 10-15 minutos en coche) y a su céntrica Alameda Principal. En el número 18, nos espera esta antigua taberna, tan añeja como alguno de sus caldos. Por sus más de 150 años de historia han pasado la mismísima Isabel II, Antonio Gala, Encarnita Polo y el doctor Gregorio Marañón, entre otros personajes.

No nos extrañe pues escuchar a algún malagueño decir: "Málaga tiene dos catedrales, una es la eclesiástica y la otra, la del vino: Antigua Casa de Guardia ". Catémosla. Con solo poner un pie dentro, ya huele a vino. Y ahí están sus tinas y sus mesas de madera gastadas, puestas en fila, esperándonos.

Hay que pedirse un vino de Málaga con marisco, ya sea un moscatel, un pajarete -indispensable, según algunos- o un Pedro Ximen, ganador de la Gran Medalla de Oro al mejor vino licoroso en el año 2004. Cualquiera de ellos puede ser el encargado de dejarnos el mejor sabor de boca a esta histórica escapada malagueña. Así que... ¡a su salud!

Fuente: Guía Repsol

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