Navia interior: Palacios, casonas de indianos y naturaleza
Hay una Navia de costa, pero también otra de interior, un recorrido por antiguos palacios, iglesias o casonas de indianos

Hay una Navia costera, que tiene al mar Cantábrico como indudable protagonista con sus espectaculares playas o con ese Puerto de Vega que es uno de los pueblos pesqueros más bonitos de Asturias. Pero también hay una Navia interior que merece la pena ser visitada. Un recorrido por antiguos palacios, iglesias o casonas de indianos, o americanos, que es como se conocía en esta zona a aquellos emigrantes que triunfaban al otro lado del Atlántico y volvían millonarios, dejando constancia de su éxito con suntuosas viviendas. Tanto en Navia, la capital, como en otras parroquias del concejo, especialmente en la de Villapedre, puede el viajero descubrir estas casonas, la mayoría de las cuales han sido rehabilitadas por nuevos propietarios o reconvertidas en hoteles. Algunos de estos edificios, como los que albergan los casinos de Navia y de Puerto de Vega, fueron construidos con aportaciones de estos indianos. Y junto al exhibicionismo arquitectónico de los «americanos», el señorío de los viejos palacios de la nobleza: el medieval de Anleo, el de Andés, el de Lienes, el de Tox, el de Campo-Osorio, donde nació Ramón de Campoamor, o la casa de Trelles, en Puerto de Vega, donde falleció Jovellanos en 1811.
De las iglesias de Navia, muchas de ellas bajo la advocación de Santiago Apóstol ya que el Camino de Santiago que va por la costa atraviesa de pleno el concejo, destaca sobre todo la de Santa Marina, que domina desde lo alto Puerto de Vega y que fue construida en 1730 por el entonces poderoso gremio de Marinería y Comercio. Un templo barroco cuyo retablo rococó es una auténtica obra maestra. Además de visitar la iglesia el viajero puede disfrutar de magníficas vistas. Como puede disfrutarlas desde la capilla de la Atalaya, de 1613, también en Puerto de Vega, donde se guarda a la Virgen de la Atalaya, patrona de los marineros.
Para los que gustan de hacer rutas a pie, además de la senda costera, la ruta del Bajo Navia, que va siguiendo los meandros del río en sus últimos kilómetros, es especialmente atractiva, entre castaños y robles. Entre cuatro y seis horas de caminata siempre siguiendo el cauce hasta que llega a la ría. Y aunque no está en los límites del concejo, los amantes de la naturaleza tienen una visita obligada a las Cascadas de Oneta, en el vecino Villayón. Tras un paseo de media hora se llega a un paraje espectacular, un conjunto de tres saltos de agua rodeado de abedules, castaños y robles. También fuera del concejo, pero a tan sólo cinco kilómetros de Navia, se halla el Castro de Coaña, del siglo I, uno de los mejor conservados de España. Monumento Histórico Nacional.
Y ya de regreso a la capital del concejo, un paseo por sus calles, como la de Las Armas, del siglo XIII. O contemplar los restos de la muralla que protegía la ciudad. O recorrer el agradable paseo que, junto a la ría, desemboca en la playa y en los pinares que la rodean. Y de paso tomarse unos culines de sidra, comprar un recuerdo, o algunas de las conservas de pescado de mucha calidad que se elaboran en el concejo.
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