Público en televisión: del bocadillo gratis a pagar por asistir
Algunos programas utilizan figurantes para llenar sus gradas mientras otros, como «La Voz», cobran 45 euros por asistir
Decía Margaret Thatcher que «vivimos en la era de la televisión». «Una sola toma de una enfermera bonita ayudando a un viejo a salir de una sala» dice más «que todas las estadísticas sanitarias». Quizá por esa importancia de lo que antes llegaba a nuestros ojos a través de un tubo de rayos catódicos, la pequeña pantalla necesita mostrarse viva ante los espectadores. Esa parte de realidad que teóricamente huye de lo programado la aporta, en buena medida, el público que asiste a los programas, con sus aplausos, sus quejas y sus silencios.
Hace unas semanas, saltaba a la palestra que Telecinco cobraba 45 euros a quien quisiera asistir como público a «La Voz» , el «talent show» que tanto éxito de audiencia cosecha para la cadena de Mediaset. «Cobramos entrada porque no lo entendemos sólo como un programa de televisión sino que es un gran espectáculo, como asistir a un gran concierto », señalan a ABC fuentes de la cadena.
La bloguera Sonia Gil asistió hace unos días a la grabación del programa y discrepa de las similitudes de este con un concierto al uso: «No tiene nada que ver, realmente es como ir a un programa de televisión. Te dicen cuándo aplaudir, cómo comportarte, no te dejan hablar… Todo son instrucciones». Gil se queja del frío y la espera: «Te hacen llegar a las 19.30, te guardan el abrigo, entras al plató y hasta las 22.30 no empieza». Y tampoco parece muy satisfecha por cómo se disfruta: «No hay pantallas donde ver las actuaciones si no tienes buena visibilidad» y antes de arrancar «mueven mucho a la gente para que no se vean huecos».
Fuente de ingresos
Asistir como público a programas de televisión también es una fuente (modesta) de ingresos. Muchas cadenas, sobre todo para nutrir el graderío de los programas diarios, contratan los servicios de agencias que les proporcionan personas dispuestas a aplaudir. La Agencia Penélope es una de ellas. Su responsable explica que surten de público a programas como «Espejo Público» y «La Sexta Noche» . En el primero, los asistentes reciben una remuneración de veinte euros, en el segundo, de diez. Sin embargo, matizan que estas personas sólo van «a aplaudir» y que no hay que confundir esa labor con la de un extra o figurante de una serie o película . « Los diez o veinte euros , más que una remuneración, son para que puedan cubrir los gastos que conlleva asistir ».
Como si de un proyecto de ficción se tratara, las cadenas orientan a estas agencias sobre el tipo de público que quieren mostrar. «Para ‘Espejo Público’ nos piden unas 26 personas con un aspecto que al espectador le haga sentir que están interesados en el programa . En ‘La Sexta Noche’ se requieren casi 200 personas y eso hace que se mezclen perfiles, gente de distintas edades, aunque se sigue buscando que les interese lo que se aborde», explican desde la agencia.
Aplausos sinceros
Otros programas gozan de una demanda de público que les permite prescindir de agencias. Es el caso de «Sálvame» , el magacín de las tardes de Telecinco presentado por Jorge Javier Vázquez . En la cadena explican que «un grupo de coordinadores organizan grupos de distintas partes de España que quieren venir». Sólo se recurre a una agencia «si fallan dos o tres personas previstas».
Isabel Gracia , quien hace años asistió a uno de los programas que más popularidad dieron a Ana Rosa Quintana , «Sabor a ti» , en Antena 3, evoca una forma de disfrutar de la televisión. «La asociación de mujeres de mi barrio organizó hasta dos viajes para ir al programa», explica, y ellas sólo tenían que pagar «el transporte en autobús hasta Madrid». « Les llevamos magdalenas de un horno tradicional, que nos agradecieron antes de empezar y que mostraron en directo», recuerda. Una muestra de autenticidad que se escapa y humaniza hasta el más sesudo de los guiones.
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