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Macario ha vuelto

Telecinco entregó su Nochebuena a José Luis Moreno, como quien deja las llaves del piso el fin de semana

Hughes

Telecinco entregó su Nochebuena a José Luis Moreno , como quien deja las llaves del piso el fin de semana. Sus galas tienen algo reconocible, un clasicismo. Los escenarios respiran aire setentero y el público recuerda al de los programas de Íñigo. Fue la gala en que reapareció Macario , cuyo espíritu sobrevive en el Amador de Lo que se avecina y en el señor Martínez Pujalte . Tiene los mismos pelos en las piernas, pero hasta Macario ya parece menos hombre. Le tiró los trastos a Paz Padilla, quizás por aparentar, y luego arremetió contra la burocracia europea. Tras la aparición de Moreno y su alter ego (la relación con Macario es rica en lecturas), la noche la guiaron Paz Padilla y Joaquín Prat Jr , que es un presentador consorte, al que le va naciendo una vis cómica al estilo del mítico Ramonchu , pero con cierta (remota) galanura de cuando Andoni Ferreño . Él permanecía sentado en un sofá como el de Ana Rosa (su programa es, ante todo, una manera de sentarse en el sofá), pero al lado no estaba ella, ni el atildado Màxim, sino la otra cara de la cadena, el escote de Paz Padilla, quizás la primera concesión de Telecinco a la estricta heterosexualidad desde las Mamachicho. Paz Padilla estuvo siempre al borde de la irritación, incluso a Joaquín parecía sacarle un poco de quicio. Entre artista y artista se demoraban en largos diálogos cercanos al sainete. Ese entremés populachero y verderón es marca de la casa Moreno. Luego los artistas salían al escenario (la parte de escenario que no era el escote de Paz) entre un humo que impedía ver sus pies, como supervivientes del Thriller. Destacó Pablo Alborán, que yo creo que dejó a media España con el langostino en vilo cuando cantó Tanto. Tan romántico es que Paz, que había pasado de Macario, le tuvo que robar un beso (a veces olvidamos que Paz Padilla empezó con Chiquito). Tras horas de gala, mi tía empezaba a parecerme Charo Reina . ¿No serán nuestras cenas familiares también obra de José Luis Moreno? Al día siguiente, al despertar, como un dinosaurio en reposición, Paz Padilla seguía allí.

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