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El espíritu de San Ildefonso

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«Con toledanos así no debemos tener ningún miedo al porvenir». Son palabras del alcalde para reconocer la valía de los galardonados en el Día de la Ciudad de Toledo

El espíritu de San Ildefonso, el de la alegría, y el de las buenas acciones en favor de a la comunidad, estuvieron ayer muy presentes en el acto institucional del Día de la Ciudad celebrado en Toledo con motivo de la festividad de su patrón, San Ildefonso. El alcalde, Emiliano García-Page, presidió el acto de entrega de Honores y Distinciones en el Centro Cultural San Marcos y en el que destacó la labor realizada por las entidades y los ciudadanos galardonados, «con toledanos así no debemos tener ningún miedo al porvenir».

En esta festividad se reconoce el trabajo y la dedicación de colectivos, entidades o personas cuya actividad ha destacado en la defensa o promoción cultural y social de la ciudad. Así, quienes ayer fueron homenajeados «son luces que hoy en día nos sirven para iluminar el camino a seguir como sociedad», añadió el alcalde en su intervención.

Durante el acto fueron reconocidos el dramaturgo Antonio Martínez Ballesteros, Medalla de Oro de la Ciudad; el ceramista Pablo Aquilino Sanguino Arellano, Hijo Adoptivo; la profesora Marina Blanca Riaño Gómez, Hija Adoptiva; el catedrático José Sánchez-Beato Pastrana, Hijo Predilecto (a título póstumo); el ceramista José Aguado Villalba, Hijo Predilecto (póstumo); la Asociación de Mujeres «María de Padilla», Ciudadanas de Honor; a los primeros residentes del Polígono, dedicación de la calle Tiétar, y a las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla, dedicación de la calle de la Paz y de la Cuesta de los Capuchinos.

Page afirmó que se siente orgulloso de ser alcalde de una capital «que tiene entre sus convecinos a personajes tan singulares como Antonio Martínez Ballesteros, Pablo Sanguino o Marina Riaño; su compromiso con el devenir cultural de la ciudad son ejemplares». Sus actividades, «son brillantes destellos de la generosidad creativa que durante siglos han ejercido muchos toledanos, contribuyendo a hacer más grande a Toledo».

Ese mismo espíritu «lo mantuvieron en vida con ejemplaridad don José Aguado Villalba y don José Sánchez-Beato Pastrana», con cuyos reconocimientos la ciudad de Toledo «salda un gran deuda pendiente con ellos, deuda que deberíamos haber cubierto mucho antes». Con el galardón a la Asociación de Mujeres «María de Padilla», «reconocemos a este grupo de mujeres que tanto han luchado por reivindicar sus derechos y, sobre todo, el respeto que como personas merecen». También se reconoció el «enorme esfuerzo, valentía e ímpetu reivindicativo de aquellos primeros vecinos del naciente Polígono Industrial hace más de 40 años». La dedicatoria de sendas calles a Ceuta y Melilla confirma el «gran afecto muto» y contribuye a «estrechar lazos e intercambios entre nuestras tres ciudades» que tienen la interculturalidad y la convivencia como principales señas de identidad.

El espíritu de San Ildefonso

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